Los pies de barro de la jornada laboral de cuatro días en España: inviable para autónomos y la mayoría de asalariados

En ocasiones, la realidad aplasta las buenas intenciones y desarma los argumentos más racionales de ciertos elementos de la política. Este puede ser el caso del nuevo proyecto piloto lanzado por el Gobierno para impulsar la jornada laboral de cuatro días en España. Un reto mayúsculo, no solo por la compleja composición del tejido empresarial con un elevado peso del sector servicios y conformado en un 98% por pequeñas y medianas compañías sino porque el modelo choca, además, con la cultura del trabajo de nuestro país donde la eficiencia del uso de horas de trabajo y la productividad son asignaturas pendientes ya desde hace años. De hecho, desde este punto de partida, la loable medida impulsada por el Ejecutivo parece tener los pies de barro, al menos en el corto plazo y con las condiciones actuales del mercado de trabajo. Los expertos apuntan hacia varios puntos ciegos de este proyecto, si bien el principal está en el elemento de la productividad . De este modo, si las empresas que se acojan al plan no registran unos cambios mínimos, el plan habrá fracasado antes de empezar a rodar y antes de poder alcanzar a un buen puñado de los más de 20 millones de afiliados de nuestro país. Durante este mes, las pymes de hasta 249 trabajadores podrán acceder al proyecto piloto aprobado por el Gobierno para incentivar la reducción de la jornada laboral de cuatro días, que prevé ayudas de hasta 200.000 euros por negocio durante el próximo año. El Ejecutivo estima que a esta primera toma de contacto para impulsar este recorte de horas semanales, de 40 a 32 horas, se podrían acoger unas 160 empresas afectando a cerca de 3.000 trabajadores. Sin embargo, como se ha mencionado, el reflejo de la productividad será la primera piedra de toque. Los expertos consultados por ABC señalan precisamente que la reducción de horas de trabajo debería traducirse automáticamente en un incremento de los niveles de productividad, o al menos en el mantenimiento de los mismos registros acoplados a la actual jornada de 40 horas semanales. «La experiencia histórica nos dice que esto no suele ocurrir», señala el profesor colaborador de economía aplicada de la URJC e investigador asociado de Fedea, Miguel Ángel García . Y en este mismo se pronuncia el economista Javier Santacruz , quien explica que un primer proyecto piloto se ha podido observar con la fuerte irrupción del teletrabajo forzado por la crisis sanitaria y que ha quedado reducido a volúmenes testimoniales solo tres años después, precisamente por esta detección de pérdidas de productividad en la mayoría de los negocios. Rezago de eficiencia laboral Sin embargo, el problema de la eficiencia en el puesto de trabajo viene de atrás y se agrava en la comparativa internacional. El licenciado y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, Joaquín Maudos , apuntaba en un reciente análisis sobre la evolución de la productividad en España que el patrón de crecimiento de nuestra economía lleva décadas apoyándose en la acumulación de factores de producción, siendo negativa la contribución de la productividad. De hecho, desde el año 2000, la productividad ha caído un 14,7 % , lo que ayuda a explicar que el PIB per cápita de España sea un 18,5 % inferior al de la eurozona, siendo también más baja la productividad por hora trabajada (un 14,1 % inferior). Detrás de estos pobres resultados en términos de productividad está el bajo esfuerzo inversor en sus principales determinantes: España se sitúa por debajo de la media europea en variables como el stock de capital tecnológico en relación al PIB (un 66,1 % inferior), capital humano (un 4,2 % menor), stock de capital público (un 26,6 % inferior en relación a la población) y stock de capital productivo por empleado (29,9 % inferior), entre otros, señala el análisis incluido en Cuadernos de Información Económica, N.º 285 (noviembre-diciembre 2021) de Funcas . «En este contexto, se entiende la exigencia de las reformas estructurales a las que obligan los fondos europeos de recuperación, ya que son condición necesaria para maximizar el impacto de las inversiones en términos de crecimiento del output potencial. De las inversiones previstas, adquieren gran importancia las que tienen como objetivo aumentar la digitalización, dado el impacto de la transformación digital sobre la productividad», apunta el profesor Maudos. Golpe de realidad En este sentido, Miguel Ángel García explica sobre el proyecto piloto del Gobierno dotado con 9,6 millones de euros que «es una buena idea si se mantiene la productividad» pero que pierde enteros en el aterrizaje a la realidad. «En el sector del comercio y la hostelería parece complicado acometer la reducción a 32 horas», señala el investigador de Fedea advirtiendo que en cualquier caso el proyecto impulsado no supondrá un cambio de la estructura laboral de España. Además, apunta el investigador de Fedea que Sin embargo, señala que este tipo de medidas debería de nacer desde la propia empresa, a través de la negociación colectiva, y siempre y cuando el sector de actividad permita esta operativa de mantener la productividad, reduciendo horas de trabajo, y sin mermar las condiciones salariales de la plantilla . Si bien, admite que la experiencia prueba que el modelo es aplicable a tan solo un puñado de sectores , asociados a producciones en cadena o trabajos repetitivos. El economista Javier Santacruz trae en este punto a colación otro elemento que obstaculizaría la implantación más allá del aspecto sectorial, enfocado en los servicios y no en esas tareas más de producción en cadena: el troceo masivo de lo contratos de trabajo que se ha acelerado tras la aprobación de la reforma laboral. «En los dos últimos sobre todo se está creando empleo a tiempo parcial y fijo discontinuo. Con esta estructura en las plantillas es difícil abordar la reducción de horas semanales», advierte. MÁS INFORMACIÓN El mayor ensayo de la semana laboral de cuatro días demuestra cómo transforma a la plantilla Así ha funcionado reducir la semana laboral en el resto de países europeos El Gobierno plantea la semana laboral de cuatro días en plena crisis del tejido empresarial Además, relata el experto que hay multitud de actividades que se bien podrían platearse una constricción horaria por la naturaleza de su trabajo, esta resultaría imposible por la dependencia de relaciones comerciales con otras empresas. Este sería el caso precisamente de la mayoría de los 3,3 millones de autónomos de alta en España. Aunque muchos pudieran reducir las horas de trabajo en pos de una mayor productividad, sería imposible por la dependencia de las relaciones comerciales. Por ejemplo, este sería el caso de una pequeña empresas de administración de fincas. y otros negocios no necesariamente apostados en el comercio y la hostelería. «Pero hay otras, en las que directamente esta supresión de una jornada de trabajo es inviable, como en educación o sanidad», señala Santacruz.
Source: abc economia

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