El reciente fallecimiento de Mariano Rabadán nos ha dejado impresionados, no sólo a sus familiares y a los numerosísimos colegas de profesión y amigos que ha tenido a lo largo de su vida, entre los que presumo de encontrarme, sino a la comunidad financiera española con los que ha tenido una gran relación.
Su trayectoria profesional es bien conocida por todos, destacando el impulso que, en las diferentes instituciones en la que trabajó y desde 1991 desde Inverco, dio a las Instituciones de Inversión Colectiva y a los Fondos de Pensiones. Participó activamente en la redacción del Real Decreto Ley 7/1964, que reguló por primera vez en España los fondos de inversión y las sicav, y posteriormente en la transposición de la primera Directiva europea de Fondos y Sociedades de Inversión en 1985. También fue un decidido impulsor de la Ley 8/1987, que reguló por vez primera los Fondos de Pensiones.
En los años sesenta, como un auténtico pionero y de la mano de su admirado y querido maestro Rafael Termes, se fue a Suiza a aprender el funcionamiento de la industria de gestión de activos que luego impulsaría en España, en un momento en el que los activos fuera de balance eran considerados un «atentado al pasivo bancario» como insistían entonces ilustres representantes bancarios.
Sin duda, Mariano ha desempeñado un papel importante en la modernización del sistema financiero y, fundamental en el nacimiento y desarrollo de las Instituciones de Inversión Colectiva y de los Fondos de Pensiones.
El germen de Inverco, nacida en 1978, fue una plataforma informal de debate de los representantes de las entonces seis gestoras registradas, a los que invitaba a reunirse una vez al mes en su despacho. Una reunión de colegas promoviendo el desarrollo de una industria, entonces incipiente, y sin presagiar probablemente ninguno de ellos la importancia que alcanzaría posteriormente.
Sus inquietudes no se limitaron a su labor estrictamente profesional, sino que se extendieron también al ámbito docente, desde el que promovió el desarrollo del mercado de capitales, la educación financiera y la creación del Instituto de Analistas Financieros.
He sido testigo directo durante veinte años de su forma de enfrentar los problemas: con rigor pero al mismo tiempo con flexibilidad, con contundencia pero también con diplomacia, y siempre con un gran precisión técnica.
Ha sido una persona luchadora, infatigable e insistente. Quizá su origen aragonés, del que tanto presumía y se vanagloriaba, le imprimió ese carácter. No había gestión que por muy perdida que estuviera se resistiera a abandonarla, nunca daba nada por perdido.
Por ello, y en representación de todos nuestros asociados, queremos dejar constancia de estos sentimientos sinceros y profundos hacia un profesional íntegro como pocos y hacia un amigo al que siempre tendremos presente.
Descanse en paz
ANGEL MARTÍNEZ-ALDAMA
ES PRESIDENTE DE iNVERCO
Source: abc economia