¿Qué le espera al alquiler turístico en 2021?

Aunque ya llevamos varios meses con los planes de vacunación en marcha, el ritmo de inmunización de la población no es todo lo rápido que se esperaba. Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, aún está en el aire cuáles serán y cómo se aplicarán las restricciones a la movilidad. Lo que sí se prevé es que el sector del alquiler turístico en España no volverá en 2021 a ser como era, y es probable que algunos de estos cambios se conviertan en definitivos.

Con un 66% de turistas extranjeros menos que en 2019, según los datos de Frontur, y un turismo nacional marcado por la crisis económica y la precaución sanitaria, 2020 ha sido un año pésimo para el turismo en lo cuantitativo, y extraño desde el punto de vista cualitativo.

Temor al contagio, menor capacidad adquisitiva, toques de queda… El sector espera que algunas de las variables de esta ecuación que dio un resultado para olvidar en 2020 desaparezcan en 2021, pero es consciente de que se tardará tiempo en recuperar los niveles de actividad de 2019. Algunos estudios hablan ya de que, como mínimo, esto no llegará hasta 2024.

El aspecto positivo es que las ganas de viajar no han desaparecido, sino que se han pospuesto, lo que da esperanzas para un efecto rebote como el que vivió el turismo interior en China tras el levantamiento de las restricciones de movilidad.

Auge del turismo rural y reservas de última hora
Para el alquiler turístico este escenario ha supuesto consecuencias dispares, según las zonas, además de profundos cambios. Mientras que en la costa, más dependiente del turismo internacional, se constató la caída de la demanda durante el verano pasado, el turismo rural repuntó como alternativa más segura a la masificación del litoral.

Mientras tanto, en Andalucía, Cataluña, la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Madrid y las islas, donde se concentra más del 80% del total de viviendas turísticas de toda España, los propietarios han optado en muchos casos por convertir sus inmuebles al alquiler de larga estancia, un fenómeno que se prolongará en 2021, al menos, hasta la llegada del verano.

Además de decantarse por un turismo nacional y más rural del que habitualmente elegían, los viajeros se han acostumbrado a postergar las reservas lo máximo posible, ante el temor de una evolución negativa de los datos sanitarios y de posibles limitaciones de última hora.

Por otro lado, el alojamiento en viviendas de alquiler se ha postulado en 2020 como una opción con menos contacto que los hoteles, y por tanto más segura a los ojos de los turistas, una tendencia sin duda positiva para el sector.

Recuperación a varios ritmos
Tanto profesionales como turistas confían en poder alcanzar cierta normalidad, al menos a partir de mitad de año, gracias al efecto de las vacunas, con la esperanza puesta en unas menores restricciones de movilidad. La recuperación de la capacidad económica de la demanda, sin embargo, será lenta, y ni tan siquiera hay previsiones seguras acerca de cuándo podría alcanzarse una inmunidad suficiente en la población como para poder convivir con el virus que permita un cambio de escenario.

Los agentes turísticos y turoperadores confían en que la actividad comience a recobrar cierto brío con la llegada del buen tiempo, sobre todo, en lo que respecta a viajes familiares a destinos rurales, de naturaleza, sol y playa. Según la encuesta realizada por la consultora Interface Tourism, el 60% de los cerca de 600 operadores y agentes preguntados esperan que el mercado turístico opere con normalidad en el segundo trimestre del 2021.

La estimación es que el turismo nacional se recuperará mucho más rápido que el internacional, lo que hace presagiar otra temporada difícil para el alquiler turístico en la costa. Según la previsión de la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol), los vuelos internacionales no volverán a los niveles anteriores al Covid-19 hasta como mínimo 2024, si para entonces la vacuna ya se ha administrado ampliamente entre la población. Si esa distribución de la vacuna se demora hasta 2022, su expectativa es que la actividad plena no se recupere hasta 2026.

Para 2021, y en adelante, los expertos creen que algunas tendencias aparecidas en 2020 entre los turistas se mantendrán, al menos temporalmente. Por ejemplo, la de la búsqueda de destinos menos masificados, y con preferencia por el alquiler, por delante de los alojamientos hoteleros.

Creen, también, que la huella psicológica que ha dejado la pandemia en los viajeros hará que muchos opten por destinos más cercanos, y que pospongan de este modo por un tiempo los destinos internacionales.
Source: ABC

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