El tiempo se agota: mañana domingo se sabrá si el portazo de Reino Unido a la Unión Europea (UE) será por las bravas (un «Bréxit duro») o si se llegará a algún tipo de acuerdo, justo antes de que el árbitro pite el final del partido. En cualquier caso, hay dos grandes escollos para este entendimiento: cómo articular una competencia justa entre las empresas de ambos lados del Canal de La Mancha y la pesca. En este último caso, están en juego para España los 2150 empleos directos de los que se nutren las tripulaciones de los 88 barcos, que actualmente faenan en aguas británicas. A los que se suman 55 buques más de bandera española. Una actividad que también genera alrededor de 10.750 puestos de trabajo indirectos en puertos como Vigo, Celerio, Burela, Coruña, Ondárroa o Santander, según Cepesca (Confederación Española de Pesca). Sin embargo, las mayores consecuencias las sufrirán «vecinos» de Reino Unido como Francia, Alemania, Irlanda o Dinamarca.
En paralelo, Reino Unido va preparando el terreno para el día después: Según informa, «The Guardian», el gobierno de Boris Johnson ha movilizado a cuatro barcos patrulla para que, a partir del 1 de enero si la ruptura con el club comunitario es brusca protegan las aguas de su zona económica exclusiva (ZEE) que se adentra hasta las 200 millas náuticas de la costa. Una operación que desde el gobierno británico aducen que se llevaba preparando desde hace «mucho tiempo» y han asegurado que los patrulleros británicos actuarán con la debida contención. Sin embargo, el citado medio británico asegura que los buques de la Royal Navy tendrán competencias para «detener, inspeccionar y confiscar» a todos los barcos comunitarios que faenen en esas aguas.
Como con Marruecos
A efectos prácticos, sin acuerdo mediante, el próximo 1 de enero Reino Unido pasará a ser un tercer país más de cara a la Unión Europea (UE) y, por lo tanto, recuperará la soberanía completa sobre sus caladeros. Es decir, será necesario firmar un tratado de pesca para acceder a estas aguas. También puede suponer un desplazamiento de la flota a otros caladeros como el irlandés, ya bastante concurrido y generar roces entre los socios comunitarios.
En las aguas británicas la flota española captura cada año alrededor de 9.000 toneladas de pescado, principalmente de especies como la merluza, el gallo y el rape, por un valor de 27 millones de euros. En total, los pesqueros españoles pescan hasta 29.000 toneladas anuales lo que equivale a más de 121 millones de euros.
Noruega amenaza con «cerrar» sus aguas
Otra derivada del divorcio entre el Reino Unido y Bruselas puede ser el cierre de las aguas noruegas a los pesqueros de ambos países. Una amenaza verbalizada este viernes por el ministro de Pesca noruego el conservador Odd Emil Ingebrigtsen, según informó Reuters.
Noruega, que no pertenece a la UE pero sí participa del Mercado Único, ya tiene un tratado bilateral con los británicos pero prefiere un acuerdo trilateral que implique a Londres, Bruselas y Oslo. Un extremo que no se ha producido ante la paralización de las conversaciones entre ambos lados del Canal de la Mancha. Al respecto, Ingebrigtsen declaró en el parlamento noruego que «si no hay acuerdo para el uno de enero, no abriremos los caladeros noruegos a las flotas comunitaria y británica».
En esta línea, el ministro también ha apuntado que en reciprocidad Bruselas y Londres también pueden dar un portazo a las embarcaciones noruegas a partir del 1 de enero.
Exportaciones pesqueras
El comercio entre Reino Unido y España en términos pesqueros no es muy relevante. Los ingleses han exportado en recientes ejercicios una media de 21.000 toneladas de pescado por un valor de 95 millones de euros, con un relevante retroceso en 2018. En paralelo, España ha vendido en suelo británico una media anual de 43.000 toneladas de productos pesqueros en los últimos años, por un montante de 246 millones de euros y en ascenso. El 96% fueron mariscos frescos, y congelados.
Source: ABC