La mesa de los ERTE termina y el Gobierno legislará mañana con o sin acuerdo

Hasta el último minuto. Reeditando un escenario inédito en Europa y que ha disparado la inseguridad jurídica en nuestro país, el Gobierno y los agentes sociales han exprimido hoy al máximo la mesa de negociación de los ERTE de fuerza mayor, cuya vigencia expira mañana. La mesa, que comenzó a reunirse a las once de la mañana, terminó en torno a las nueve de la noche con una propuesta que los agentes sociales deberán someter mañana a primera hora a sus órganos de Gobierno. Sea cual sea su resultado, el consejo de ministros de mañana dará luz verde a la normativa.

Las posibilidades de un acuerdo se alargan por tanto a mañana por la mañana. Fuentes de la negociación apuntan a que aún se mantiene viva la esperanza ya que, según concretan, se han puesto sobre la mesa algunas mejoras en exoneraciones que podrían acercar las posturas. Sin embargo, el ambiente es menos optimista en la orilla empresarial donde, aunque se remiten a la reunión de la ejecutiva de mañana, se niegan a hablar de acuerdo. Los sindicatos serían, por contra, más propensos al acuerdo.

Y es que tras un intenso fin de semana en el que los papeles han volado de un lado al otro de la mesa, el Gobierno se lo jugó todo a una nueva propuesta en la que, aunque mantenía las ayudas solo para algunos sectores y su cadena de valor, mejoraba las condiciones de las empresas que se quedaban fuera del paraguas a través de los llamados ERTE de rebrote. Así, el Ejecutivo planteó asimilar las condiciones de estos ERTE de rebrote a los de fuerza mayor en caso de un confinamiento o cierre impuesto por la Administración.

En concreto, el Gobierno planteó unas exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social de hasta el 85% en las empresas más afectadas por la pandemia, descuentos a los que se podría acceder de tres maneras. La primera de ellas es formar parte de uno de los sectores considerados centrales en esta pandemia (turismo, transporte, cultura…). La segunda, demostrar que la facturación de la empresa depende de una compañía de las consideradas más afectadas (por ejemplo, una tintorería que trabaja para un hotel hoy cerrado o un supermercado en una zona turística), esto es, formando parte de su «cadena de valor». Que se cumplen las condiciones debería ser autorizado por la autoridad laboral, punto que generó un fuerte rechazo entre los agentes sociales que ponen de ejemplo los colapsos ocurridos en el ingreso mínimo vital o el Sepe y rechazan un proceso tan burocrático.

La tercera vía para acceder a estas exoneraciones sería a través de los ERTE de rebrote, pero esto solo protegería en caso de que la empresa tenga que cerrar debido a un confinamiento impuesto por las autoridades que limite o paralice su actividad. En este caso no existe límite sectorial para acceder. Esta sería por tanto la única protección que quedaría para sectores duramente dañados como la hostelería y el comercio.

Como en las anteriores ocasiones, las exenciones también van disminuyendo conforme pasan los meses. Las ofrecidas son del 85% y 75% en octubre y noviembre, en función de si la empresa tiene menos de 50 trabajadores o por contra tiene una plantilla superior. Para los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021, las exenciones serían del 70% y 60% en el primer caso y el 60% y 50% en el segundo.

Desde que el 1 de septiembre comenzara la mesa de negociación en Palma de Mallorca, las conversaciones han ido enredándose como una madeja de lana. Las posturas entre los agentes sociales y el Gobierno comenzaron más cercanas pero las propias discrepancias internas en el seno del Gobierno se encargaron de poner distancia. La prórroga de los ERTE ha sido, de hecho, la causa de una nueva grieta en la coalición del Gobierno que dejó a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, del mismo lado que empresarios y sindicatos, y del otro al titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá. También entraron en escena la ministra de Economía, Nadia Calviño, –partidaria de establecer unas ayudas más «quirúrgicas» debido a las restricciones presupuestarias– y la de Turismo, Reyes Maroto, –que apoyaba la idea de dedicar unos mayores esfuerzos a la industria de su cartera–.
Source: ABC

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