El presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU. en España: «Sin consenso no saldremos bien parados de esta»

Hoy os propongo una conversación con Jaime Malet, presidente de AmChamSpain, la Cámara de Comercio de EE.UU. en España. En la entrevista hablaremos de la perspectiva económica española, de Cataluña, de las relaciones de España con Estados Unidos y de las próximas elecciones estadounidenses.

– Querido Jaime, has tenido recientemente una conversación con la ministra Calviño, ¿te ha convencido relativamente del plan para la recuperación económica?

La vicepresidenta Calviño tiene un conocimiento valioso de cómo funcionan los mecanismos financieros en la Unión Europea, por su experiencia anterior como alta funcionaria y directora general de Presupuestos de la Comisión. Veo, además, ortodoxia y búsqueda de criterios de eficiencia en la máxima responsable económica del Gobierno. La suma de estos factores la convierte en imprescindible para articular la aplicación de los 140.000 millones de euros de ayudas europeas del fondo «Next Generation» y, en general, para traer sentido común a la necesidad perentoria de paliar los efectos de la pandemia en medio de una gran fragmentación política y erosión institucional.

También veo bastante realismo sobre la dura realidad de la situación económica, que tardó mucho en llegar en la crisis financiera de hace diez años. Y creo que se está avanzando en la forma en que se van a invertir los fondos europeos, en la taxonomía de los proyectos dentro de esa percepción de urgencia. Creo que no toca otra que un gran consenso entre las principales fuerzas políticas, bajo la escrupulosa mirada de nuestros acreedores internacionales, para acometer reformas de gran calado que transformen nuestro modelo productivo.

Todavía no nos damos cuenta de los efectos que la caída brutal de demanda y destrucción de oferta va a tener en nuestra riqueza y en la estructura productiva del país. Pero creo que sin consenso no saldremos bien parados de esta.

– ¿Hay algo que no te parezca acertado?

Como le señalé a la vicepresidenta, no nos parece acertado que se haya restringido desde marzo la inversión extranjera en amplios sectores a empresas y fondos estadounidenses (y de otros países equiparables extracomunitarios como Japón o Canadá). Y en cambio se permita, sin restricciones, la inversión de empresas y fondos europeos en España.

En estos momentos creemos que la inversión estadounidense es más necesaria que nunca. Otorgar una ventaja competitiva a los inversores europeos puede llevar a una pérdida de soberanía a muy bajo coste. En la Cámara creemos que las limitaciones a la inversión extranjera para impedir adquisiciones oportunistas en sectores críticos tiene que ceñirse exclusivamente a empresas de países que no pertenezcan a la OCDE.

– ¿Qué incidencia puede tener en la política económica española la presión de la extrema izquierda para aumentar la fiscalidad y modificar la reforma laboral?

Somos contrarios a incrementar impuestos en estos momentos. En España solo el 32,4% de la población trabaja para el sector privado. Creemos que en el escenario de pandemia y pospandemia hay que ir con mucho cuidado con anuncios de incrementos impositivos o de nuevas figuras tributarias que puedan desincentivar aún más la actividad empresarial y la inversión. Entendemos que habrá que consolidar, pero no es el momento de hablar de ello.

En cuanto al mercado de trabajo nosotros somos partidarios de cambiar el marco laboral, pero no en el sentido que se ha anunciado. Creemos que el sistema es todavía demasiado rígido para permitir la reubicación de la fuerza laboral desde sectores que van a adelgazar necesariamente hacia aquellos que tienen que tirar de la economía en los próximos años. La reforma laboral y la reforma educativa son fundamentales para el reskilling, la adaptación de los trabajadores a las nuevas aptitudes que se van a necesitar. Esto era ya así antes de la pandemia, por el proceso de digitalización, la I.A., la robótica, etc. Ahora es todavía más necesario.

– Como catalán, ¿como ves la situación política catalana en relación a la necesidad de unir esfuerzos para la recuperación económica de España?

La situación política catalana es un desastre desde hace ya años. Y pese a lo dramático de la pandemia parece que lo único que sigue interesando es acrecentar el victimismo, la gesticulación inútil y buscar nuevos frentes, por ridículos que parezcan, para la confrontación, necesariamente muy poco inteligente, con el resto de España. Por desgracia está llegando un momento de realismo. Miles de compañías han marchado, el talento no viene ni va a venir del resto de España, tampoco de Europa, y si no cambia el discurso rápido la decadencia de Cataluña va a durar décadas. Además, el mundo ha cambiado y lo que pasa aquí tiene muy poca importancia, menos todavía que hace tres años. Le han lavado la cabeza a cientos de miles con los medios públicos de comunicación.

En pocos sitios democráticos hay una televisión como TV3 pagada por todos los contribuyentes que trabaja 24/7 para mantener a unos tensados y a otros aburridos o amedrentados. En Cataluña hay muchos que piensan que las grandes manifestaciones y la queja continua, pese a manejar durante décadas presupuestos millonarios, son el símbolo de la grandeza de un pueblo, pero yo observo el mundo y solo veo tantos gestos histriónicos en las dictaduras más decadentes. Soy catalán de pura cepa y me causa un daño enorme que unos cuantos políticos le han hecho esto a Cataluña, una tierra de gente trabajadora y seria.

– En calidad de presidente de AmChamSpain, ¿como ves la relación política y comercial entre España y EE.UU.?

Veo bien la relación y muchas oportunidades en el futuro. España y Estados Unidos comparten intereses geoestratégicos y económicos. EE.UU. es el primer inversor en España desde los años 60 y crea efectos enormemente positivos desde entonces en el tejido productivo. Por otra parte EE.UU., que era un destino imposible para la inversión española, es hoy el segundo destino inversor. Hemos pasado de ser un inversor muy menor a ser el 11º inversor directo. La relación es buena políticamente, sin estridencias, y ello se iba a plasmar en el viaje de estado de los Reyes en Abril que se tuvo que cancelar por la pandemia.

Sobre todo veo grandes oportunidades para afianzar nuestra colaboración, especialmente tras el Brexit. EE.UU. necesita tener un aliado estable dentro de Europa, y España puede ocupar ese lugar, teniendo en cuenta intereses compartidos de influencia mutúa en otras latitudes (Latinoamérica y el Mediterráneo principalmente) y la lengua, que compartimos con más de 50 millones de estadounidenses.

– ¿Como ven a España los inversores estadounidenses en esta situación?

Los inversores de todo el mundo están en una situación de wait & see. El 2018 fue un año récord de inversión extranjera pese a la inestabilidad política pero en cambio el 2019 la inversión extranjera estuvo en mínimos. Nosotros como entidad tenemos la responsabilidad de trabajar por el equity story ante los grandes inversores estadounidenses y trabajamos con nuestros trescientos socios para atraerlos a España.

– Última pregunta. ¿Como de importantes son las elecciones estadounidenses, no solo para EE.UU., y cuáles serían las consecuencias de un eventual cambio de liderazgo?

Las elecciones en EE.UU. son siempre importantes y si hay cambio de líder mucho cambiará, pero no todo. Entre otras cosas, no cambiará la lucha por la hegemonía mundial entre China y EE.UU., que durará décadas. Tampoco va a cambiar el proceso de repliegue en la globalización. Los cambios tecnológicos permiten cada vez más producir cerca (nearshoring o offshoring) y la pandemia, que ha hecho visible la enorme dependencia que los occidentales tenemos de las exportaciones chinas, va a acelerar enormemente este proceso.
Source: ABC

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