Nadie canta aún victoria pero ambas entidades han vuelto al redil del entendimiento para cerrar la operación. Caixabank -más bien la Fundación Bancaria La Caixa- y Bankia -con el FROB, en la figura de Jaime Ponce, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, al frente- han logrado salvar las líneas rojas de cada una de las partes con respecto a la ecuación de canje de las acciones. Un tira y afloja para tratar de alcanzar un acuerdo para su fusión por absorción más pronto que tarde con el beneplácito del Banco de España, que ha estado representado en numerosas ocasiones por la subgobernadora, Margarita Delgado.
Este pasado fin de semana las negociaciones se enquistaron en qué porcentaje le correspondería a cada banco en la nueva entidad. El FROB, representado por su presidente, Jaime Ponce, exigía mejorar la posición de Bankia en la operación, en vista de que la entidad se ha disparado en Bolsa las dos últimas semanas. La Fundación La Caixa -bajo la presidencia de Isidro Fainé- no estaba dispuesta a tragar con cualquier pretensión que tuviera a bien ahora la institución pública. Abiertos a negociar, sí, pero no a cualquier precio.
Entonces, llegó el entendimiento. Pero no por completo. Fuentes financieras consultadas por ABC apuntan a que todavía quedan flecos en las cifras y también respecto a la composición del consejo de administración resultante. La posición de José Ignacio Goirigolzarri como presidente ejecutivo con funciones limitadas no está discutida; como tampoco lo están los plenos poderes del que sería consejero delegado, Gonzalo Gortázar. Un equilibrio de poder en el que Caixabank terminará por imponerse dado que se especula con que su peso sobre el banco que se alumbre estará en el entorno del 75%. El FROB, por su parte, lograría una prima de más del 20%, como se pedía, y alcanzaría, así, el 15,4% del capital. Bajo este escenario, el Estado también estará representado en el consejo de administración bajo la figura del consejero dominical.
Cesión a Bankia
Los primeros números que se habían tenido en cuenta para el intercambio de acciones para el Estado estaban en el 14%, pero ahora, dicen fuentes financieras, se ha dado luz verde a las peticiones de Bankia. La Fundación La Caixa, a través de Criteria, superaría el 30% del accionariado, algo que ya ocurre en la actual Caixabank, para mantener ciertas ventajas fiscales. «Los puntos clave de una fusión siempre se dejan para el final», dicen fuentes cercanas a la negociación. Nadie da nada por sentado, pero las sensaciones son más que positivas. Todo está dispuesto para que el acuerdo final sea posible. Las líneas rojas sobre la ecuación de canje -para que nadie parezca que queda especialmente menospreciado- están cercanas. Tras los flecos, eso sí, llegarán los trámites necesarios para que la operación pueda salir adelante.
Expertos consultados por este periódico explican que dado el porcentaje que ha trascendido para cada parte, y sin cifras oficiales aún, estaríamos ante un canje de casi tres acciones de Bankia por una de Caixabank, que se podría compensar con una prima sobre el precio actual y de esa forma valorar más cada acción de Bankia para bajar las de Caixabank.
Las fuentes consultadas próximas a la reunión explican que hoy martes no estaban convocados aún los consejos de administración -que deberán enviar sendos hechos relevantes- de ninguno de los dos bancos. Lo que se espera es que se convoquen este miércoles para que puedan celebrarse el jueves, ya que puede hacerse este movimiento con apenas 24 horas de antelación para darle tiempo a los consejeros de revisar la documentación.
Una vez se dé luz verde al acuerdo en ese órgano se deben convocar las respectivas juntas de accionistas, que son un mero trámite teniendo en cuenta que la operación ya la están negociando los accionistas mayoritarios. Y en estos meses tras la aprobación y previamente a la ejecución habrá de recibirse el visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y los supervisores bancarios, tanto nacional y europeo.
Source: ABC