Los laboratorios en los que se iluminan las ideas empresariales

La creación de nuevas startups en España se cuenta por miles: más de 4.000 durante el pasado año, según el informe «Startup Ecosystem Overview’s» de Mobile Word Capital. Encuentran inspiración y apoyo en aceleradoras, hubs de innovación o incubadoras de empresas, pero también en las escuelas de negocio, expertas y pioneras en haber sabido tender puentes entre el mundo académico y la empresa. Prueba de ello es que muchos de sus MBA para emprendedores se encuentran en el Top 40 de la última clasificación publicada por Financial Times.

«El objetivo fundacional de las escuelas de negocio es la formación de profesionales capaces de liderar empresas y organizaciones que contribuyan al desarrollo de una sociedad mejor. Y aunque el foco es la formación, somos conscientes de la necesidad de aportar o facilitar a los emprendedores el acceso a otros recursos para validar y hacer crecer sus iniciativas», señala Vicente Arregui, director ejecutivo ESIC Emprendedores, para quien las escuelas de negocio «han de responder con sus programas formativos a la demanda de profesionales capaces de crear sus propias compañías, o de liderar la innovación en las organizaciones en las que trabajen, participando activamente en el intraemprendimiento corporativo». Arregui señala que siempre han apostado para que los alumnos piensen y actúen como emprendedores. Pero reconoce que se ha producido en los últimos años un proceso de mejora con herramientas y técnicas específicas para el lanzamiento de startups.

Para ello diseñan y llevan a cabo servicios de apoyo a los emprendedores con asesoramiento, mentorización, cediendo espacios de trabajo o facilitando el acceso a la financiación. «Desde ESIC se se les ayuda a desarrollar su negocio y a emplear, en cada fase de su proceso de crecimiento, los recursos adecuados para avanzar de manera óptima. Las escuelas de negocio son un motor del emprendimiento, pero al mismo tiempo el emprendimiento y la innovación se han convertido en un motor necesario para las propias escuelas de negocio, una oportunidad de seguir siendo líderes en la capacitación de los profesionales que las empresas y la sociedad demandan», sentencia Arregui.

Cada año aumenta la lista de empresas exitosas que se crean tras salir por sus puertas: Privalia, Holaluz, Ecooltra, MasMovil, Wallapop, Bussu, Cuideo… en ellas los emprendedores encuentran un entorno apropiado para construir equipos, para establecer relaciones comerciales sólidas y un valioso networking.

Catering de emprendimiento
«No formamos solo creadores de empresas, sino emprendedores en su sentido más amplio. Nuestra misión es estimular la mentalidad emprendedora que muchas veces está latente», explica Daniel Soriano, Director del Centro de Emprendimiento e Innovación de IE Business School, para quien la formación es, sin duda, un buen pasaporte para el éxito siempre y cuando esté enfocada a lo que necesita un emprendedor. «La persona que apuesta por un MBA acaba recibiendo experiencias formativas de altísimo valor. Aunque el aprendizaje puede venir de muchos ámbitos, la formación adecuada combinada con experiencias te permite capturarlo. En nuestros programas destilamos aprendizajes claves de emprendedores reales en el menor tiempo posible, para centrarse en lo importante», explica. Y puntualiza que se trata de ser como un «catering de todos los elementos que el emprendedor necesita para que le sea lo más fácil posible aprenderlo y aplicarlo».

En esta escuela, y en su denominada «Area31», más de un centenar de emprendedores al año transforman sus ideas de negocio en proyectos reales. Soriano, con una dilatada experiencia como mentor de startup, tiene claro los aspectos que debe potenciar un emprendedor para tener éxito: «Curiosidad, coraje, adaptación y capacidad de ejecución. Quien no tenga curiosidad por su cliente o mercado está muerto. Se necesita un proceso continuo de adaptación a lo que el mercado va demandando, así como capacidad de ejecución. Además, hay dos conceptos que han de ir de la mano, el propósito y la visión. Su unión es lo que te hace ser resiliente», señala Soriano, quien precisa que «no debería existir la palabra fracaso como la entendemos. No hay bola de cristal, por lo que el fallo y la iteración son necesarios para aprender, de ahí que prioricemos la realización de experimentos baratos y rápidos para testar el mercado. Todo emprendedor que ha fallado en el pasado está mejor considerado por un inversor que el que lanza una startup por primera vez porque ya se ha enfrentado a lo duro que es el mercado».

La posibilidad de llevar los conocimientos a la práctica resulta algo fundamental. Y uno de las escuelas que en ello trabaja es Business Consulting School of Management (BCSM), que se centra en aprender haciendo y donde los alumnos aplican desde el primer día los conocimientos adquiridos. «Somos consultores entrenando a consultores con un método exclusivo, fuertes valores y una sólida red de alianzas. Nuestro método único, haciendo proyectos reales, permite a los alumnos llegar a las empresas con experiencia real en proyectos de consultoría», señalan.

Según cálculos de la Asociación Española de Escuelas de Negocios (AEEN), estos centros generan más de 500 millones de euros anuales, y suponen también una importante fuente de actividad económica y de ingresos del mercado internacional. No en vano, muchos de estos alumnos son una fuente de recursos económicos tras terminar su formación: entre el 10% y el 20% se vinculan a empresas españolas y entre el 5% y el 10% se establece dentro de nuestras fronteras para emprender.

Triporate, formación para un camino lleno de dudas
Los fundadores de esta plataforma para viajes de empresas se conocieron en un hackaton de emprendimiento. En solo un mes cumplirán cuatro años, da empleo a cerca de una treintena de personas, servicio a más de 150 empresas y realizaba (hasta antes de la pandemia) unos 4.000 viajes al mes. «El paso por una escuela de negocio (en su caso ESIC) puede considerarse la antesala de lo que será el mundo real. Aprendes a validar con poco coste, a definir modelos de negocio y a ser capaz de ejecutar con velocidad, cuestiones importantes a la hora de enfrentarse a un camino lleno de incertidumbre», señala Sergio Orozco, CEO y uno de los fundadores de Triporate, quien insiste en que «aporta una base que te ayuda a entender el concepto de empresa en profundidad. Y es una oportunidad para abrir la mente a posibilidades que uno no se plantea cuando comienza la formación». «Emprender es algo serio, hay que pagar nóminas, enfrentarse a responsabilidades, tomar decisiones…,Los inversores valoran la experiencia, no ponen dinero sin seriedad ni garantías», sentencia.

Cuideo, la importancia de los «business angels»
Esta consolidada empresa dedicada a la intermediación online entre cuidadores y personas mayores, nació de la unión de tres socios que recabaron el conocimiento de escuelas diferentes: Universidad Europea de Madrid, ESIC e IESE. De esta última, Roberto Valdés destaca en especial el apoyo que han recibido en cuestiones de financiación gracias a su foro de «business angels», permitiendo el contacto con esos mecenas tan necesarios para cualquier emprendedor. Para Valdés el paso por una escuela de negocio aporta «una visión multisectorial del mercado que abre el interés por otros campos diferentes al que pudieras estar trabajando». Algo que él sabe bien, porque pasó a mundos bien dispares: del sector infantil al mundo de la tercera edad. Y precisa que en el emprendimiento se valora la experiencia. Valdés reconoce que durante el Covid-19 la demanda en Cuideo de peticiones de cuidadores para personas mayores se ha multiplicado por tres: hoy atienden a más de 25.000 familias. Su equipo tiene ya medio centenar de personas y, tras cuatro años, inician un nuevo reto: conquistar el mercado francés.
Source: ABC

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