Youtube se convierte en la pizarra digital del mundo

Todo ocurrió en 2005. Tres jóvenes crearon YouTube para poder compartir sus contenidos audiovisuales. Un año después, en agosto, Juan Medina cambió parte de la forma de entender la enseñanza. Este profesor en la Universidad Politécnica de Cartagena y doctor en Matemáticas subió a la plataforma el primer vídeo educativo. Hace ya catorce años de aquello, y lo que no sabía es que forjaría lo que hoy es ya un nuevo concepto: el profesor «youtuber».

«Para mí YouTube ha cambiado la forma de dar las clases. Lo que hago es complementarlas con este material audiovisual. Me hace las clases más fluidas porque los alumnos pueden trabajar por su cuenta en casa», explica Medina, más conocido como «Shurprofe» en la red. Los jóvenes –en este caso universitarios– pueden afianzar conocimientos por su cuenta; un apoyo para aquellos que no les basta con la docencia tradicional de pupitre y pizarra.

Con el paso de los años, cada vez más docentes han dado el paso a internet. Es habitual encontrarse ya varios ejemplos de profesores youtubers que son famosos por sus vídeos. Es el caso de David Calle, fundador de Unicoos y la cara más visible de este «mundillo». Todo un fenómeno de masas entre los más pequeños. «Cojo una pizarra, un rotulador y explico lo mismo que en una clase presencial. Lo bueno es que, al hacerlo yo en casa, no tengo las interrupciones del aula y puedo aportar toda la creatividad que quiera», comenta.

Pese a todo, Calle destaca que no es tarea fácil adentrarse en el ámbito youtuber. Hay que estar buscando continuamente ganchos audiovisuales para los niños, ejemplos que guien su atención. Siempre será más fácil captarles a través de una pantalla por la cultura de vídeo que llevan ya incorporada las nuevas generaciones. «Les atrae todo lo que tenga que ver con el mundo real, con lo que les afecta a ellos en particular. Así dejan de ver las Ciencias como solo números y letras y entienden que sirven para algo», comenta.

Formato abierto
Juan Antonio Lucero, profesor de Secundaria de Historia y «youtuber» (La Cuna de Halicarnaso), incide en que tanto los alumnos como los padres reciben de buen grado estos materiales. Una nueva forma de aprender, pero también de enseñar. «Me he encontrado con padres que me cuentan, muy animados, que ven los vídeos con sus hijos, que los disfrutan con ellos, que los trabajan con ellos… Se dan cuenta de que sus hijos pueden usar YouTube para algo más que entretenerse», señala.

Así las cosas, este formato no es solo para Ciencias o Historia. Las fuentes consultadas apuntan a que ser youtuber está abierto a casi todas las asignaturas. Solo hace falta plantearse la situación, no tener miedo a la cámara y lanzarse a crear contenido atractivo para los más jóvenes. Esto último quizás sea lo más complicado, pero ejemplos de éxito ya hay muchos en la red.

Pero no todo son ventajas con esta plataforma. Medina, pionero en esto, reconoce que en la universidad se encuentra con problemas respecto a varios alumnos. «Con el paso del tiempo te das cuenta de que los alumnos trabajan menos que en años anteriores. Quizás esto a ellos les venga genial para estudiar la asignatura de otra manera, pero también para desconectar en clase», destaca. Este docente universitario se ha encontrado con que hay alumnos que se abstraen directamente de sus clases sabiendo que tienen materiales en internet o que, en ciertos casos, dejan de venir por esta razón. Esto último en un instituto sería imposible, aunque hay también problemas. Lucero comparte también la visión de que no es oro todo lo que reluce en YouTube. «Hay chavales a los que esto les va mejor y a otros peor. He notado que, por los vídeos, en clase no conectas de la misma forma con los alumnos. También está el peligro de que YouTube les permite cambiar al instante de vídeo y dejar de aprender. Pueden distraerse muy fácilmente», dice.

Más allá de los contras, el balance, de momento, es positivo. Cada vez son más los que utilizan esta plataforma para sus enseñanzas. «Profesores haciendo cosas distintas hay muchísimos, lo intentan por todos los medios», recuerda Calle. En los formatos, cada vez más disruptivos, no está el problema; ahí, dice, sí que hay innovación. El foco lo pone sobre los conocimientos obsoletos, del siglo XX, que se imparten. Pero eso ya se escapa de YouTube.
Source: ABC

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