Las empresas europeas ya no tocan la ventanilla bancaria para financiarse

A pesar de los tipos cero, teóricamente un sueño hecho realidad para los responsables de la financiación de las compañías, la demanda de créditos bancarios por parte de las empresas en la zona euro registró a finales de 2019 un retroceso del 8,01%, la primera caída del dato desde 2013, según revela la última edición de la encuesta de préstamos bancarios que elabora el BCE. Y la caída es especialmente significativa en España, con un descenso del 40%, tras el retroceso del 30% en el tercer trimestre, mientras que en Francia, por ejemplo, bajó un 2%, después de incrementarse un 29% en los tres meses anteriores; se estancó en Italia y en Alemania aumentó un 6%, ligeramente por debajo del 9% del tercer trimestre.

Seguramente la incertidumbre inherente a la situación política en España y la precaución ante el futuro de las inversiones pueda explicar la profundidad de esa curva en el caso de nuestro país, pero el panorama europeo en su conjunto, al igual que el estadounidense, tiende a la baja y hunde sus raíces en los programas de compra de deuda corporativa de los bancos centrales. Han regado tanto la planta empresarial que ha quedado anegada.

En 2019 se pusieron en el mercado algo más de 2,5 billones de dólares de deuda empresarial, superando el anterior récord, establecido en 2017. El BCE volvió a bajar el tipo de depósito (-0,5%) y puso en marcha un nuevo programa de compra de bonos, evitando así que buena parte del crédito empresarial pase por los bancos e inflando el nivel de deuda corporativa. Sólo en enero del año pasado, el BCE reinvirtió 834 millones en bonos de empresas y sus previsiones para todo el año, al margen del nuevo programa de compras de 2019, y contemplaba reinversiones de unos 6.000 millones en bonos corporativos para todo el año. ¿Para qué pedir crédito a un banco intermediario si el BCE te ofrece inyecciones directas de capital?

«Ángeles caídos»
El problema es que la deuda corporativa se está volviendo peligrosa. Ya en octubre, el Fondo Monetario Internacional cifró en unos 19 billones de dólares la cantidad de deuda corporativa a nivel mundial que podría estar en riesgo si se produjese una recesión la mitad de severa que la crisis financiera de 2008. En el argot de la Reserva Federal se refieren a sus potenciales consecuencias como los «ángeles caídos».

El hecho de que en los últimos 10 años la deuda corporativa haya aumentado muy por encima del incremento del PIB ha generado un debate acerca de la acumulación de bonos BBB, sobre todo en Wall Street, pero también en Europa. El supervisor del BCE, Andrea Enria, ha advertido sobre los crecientes incumplimientos. «Estamos preocupados por esto y estamos pidiendo a los bancos que frenen esto, que repiensen sus estándares de préstamos y que se dirijan a sus deudores afectados», ha reconocido.

En su último informe de estabilidad financiera, los economistas del BCE identificaron los riesgos de la revaluación corporativa como una de las principales amenazas. Particularmente afectadas son las compañías financieramente débiles que han utilizado el entorno de tasas de interés extremadamente bajas para anotar una deuda más alta. Y a este frágil conjunto se han sumado en 2019 los «bonos yanquis inversos», fruto de emisiones de deuda de empresas estadounidenses en euros. La emisión por parte de empresas estadounidenses no financieras con grado de inversión se ha cuadruplicado este año desde los niveles de 2018, hasta alcanzar una cifra de alrededor de 93.000 millones de euros, según muestran los datos de Dealogic recogidos por Reuters. Esto supone el 27% de un total de 346.000 millones de euros de emisión de bonos corporativos con grado de inversión denominados en euros. El «yanqui inverso» se ha convertido en el mercado de referencia para las empresas estadounidenses que ahora son la mayor fuente de ventas de bonos corporativos en Europa y la tendencia parece continuar en 2020.

La gran paradoja reside en que estos datos se corresponden en teoría a un gráfico de PIB en ascenso, mientras que en las previsiones de crecimiento para 2020 el BCE reconoce que la zona euro crecerá en torno al 1% este año, con Alemania creciendo al 0,6%, y el FMI acaba de rebajar su previsión para España este año al 1,6%. El hecho de que la deuda corporativa pierda gas supondría un elemento de equilibrio si no fuera porque la economía se encuentra en plena desaceleración. Y tras la primera reunión del año del consejo de gobierno del BCE, las indicaciones de Christine Lagarde apuntan a que el programa de compra de deuda corporativa de la entidad tiene todavía recorrido. La única pista que ha dado es que dará prioridad a la protección del clima en las compras.

Las telecos emitieron un 38% más de bonos en 2019
Solo las emisiones de deuda del conjunto del sector TMT en 2019 superaron los 85.000 millones de euros, un 38% más que durante el ejercicio anterior. Según Bloomberg Intelligence, de cara a 2020, la refinanciación prevista es menos de un tercio inferior a las cifras de emisiones realizadas en 2019, dados los altos volúmenes de colocaciones realizados el pasado año, que sirvieron para financiar operaciones como la compra de los activos de Liberty Media en los países del Centro de Europa, por parte de Vodafone, por cerca de 18.500 millones de euros.

Durante el pasado año, las telecos aprovecharon el escenario de bajos tipos de interés para emitir nueva deuda y refinanciar la existente, reforzar la liquidez y extender los plazos de vencimiento. Telefónica, por ejemplo, situó la vida media de su deuda en 10,7 años al cierre del tercer trimestre, frente a nueve años a la conclusión de 2018.
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *