La banca de Reino Unido, preparada para afrontar un Brexit duro

Los test de estrés de la banca británica han sido superados por las siete grandes entidades de la nación y el sistema financiero está preparado para el peor de los escenarios posibles: una salida dura de la Unión Europea y la consiguiente guerra comercial que podría provocar. Así se desprende de los resultados hechos públicos por el Banco de Inglaterra de las pruebas a las que han sido sometidas los bancos en 2019.

El peor de los escenarios planteados en caso de un divorcio a las bravas y una crisis posterior es el de una recesión con una caída del PIB del 4,7%, con tipos de interés que alcancen el 4%, una tasa de desempleo del 9,2%, una caída del 33% en el precio de la vivienda y un desplome del 30% del valor de la libra en relación con el dólar estadounidense. Las entidades más grandes superaron esta «prueba de fuego», aunque el banco explicó que es necesario que aumenten la cantidad de capital para emergencias, así como recortar bonificaciones y pagos a los accionistas por valor de 41.000 millones de libras esterlinas (unos 47.900 millones de euros).

«El núcleo del sistema financiero del Reino Unido, incluidos los bancos, los concesionarios y las compañías de seguros, es resistente y está preparado para la amplia gama de shocks económicos y financieros en el Reino Unido que podrían estar asociados con un Brexit desordenado en el peor de los casos», aseguró el comité de política financiera del Banco de Inglaterra, aunque el gobernador de la entidad, Mark Carney, aclaró en una rueda de prensa que «los inversores deben ser conscientes de que los bancos harán los recortes necesarios si se materializa el estrés».

Asimismo, afirmó que el escenario de las pruebas de resistencia ha sido «lo suficientemente severo como para abarcar los riesgos económicos» del panorama mundial actual, como la guerra comercial, los disturbios en Hong Kong, las disputas arancelarias que Estados Unidos ha estado librando contra sus principales socios comerciales y el Brexit; y advirtió que «las vulnerabilidades globales subyacentes siguen siendo importantes y existe el riesgo de un mayor deterioro». Sin embargo, la economía global tendría que empeorar de forma muy drástica para cumplir con los niveles establecidos en la prueba de estrés.

Este es el tercer año consecutivo en que todos los principales bancos británicos aprueban el control anual al que son sometidos y que determina la capacidad de cada entidad para seguir otorgando préstamos a hogares y empresas en caso de recesión. El objetivo de estas pruebas es evaluar la capacidad de reacción de la banca en caso de que se produzcan un conjunto de circunstancias aún más severas que las de la crisis financiera mundial del 2008.
Source: ABC

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