Los riesgos económicos de un Gobierno Frankenstein: más gasto público y más impuestos

La nueva convocatoria electoral ha dejado tras de sí el aumento de la fragmentación política y una complicación parlamentaria aún más enrevesada de lo que afloró en abril. Pero amenaza también con cobrarse una víctima colateral más: la economía. La desaceleración económica, el Brexit, el conflicto comercial entre China y Estados Unidos y la parálisis reformista mantienen al país en un delicado equilibrio que puede descompensarse sin previo aviso. En este escenario, la posibilidad de un «Gobierno Frankenstein», conformado entre PSOE, Unidas Podemos, Más País y el apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes, vuelve a ponerse sobre la mesa de las negociaciones, con la consecuente inquietud para la clase empresarial. «Mejor elecciones que el efecto económico devastador de Podemos en el Gobierno», aseguraba el presidente del Círculo de Empresarios, John de Zulueta, en una entrevista a ABC antes de que se oficializara la llamada a las urnas.

A continuación se desgranan las principales propuestas más criticadas por los empresarios para una coyuntura económica como la actual:

Más impuestos: a los ricos, la banca, las empresas….

Los dirigentes de Podemos han apostado por la creación de un impuesto para las grandes fortunas, que en el acuerdo de gobierno con el PSOE se incluyó en el IRPF. También han apostado por un impuesto a la banca para «recuperar el rescate bancario de 60.000 millones de euros», han asegurado en reitaradas ocasiones desde la formación morada durante la campaña. De igual modo, el PSOE se ha mostrado favorable a aumentar la presión fiscal sobre los que más tienen, aunque sin llegar a especificar la figura tributaria.

En concreto, el partido que lidera Pedro Sánchez quiere también incrementar «la aportación de las grandes empresas» y adaptar la fiscalidad «a la economía del siglo XXI», incluyendo «impuesto sobre transacciones financieras e impulso a la fiscalidad ambiental que desincentive la contaminación y favorezca la transición ecológica». La economía verde es precisamente otro de los focos comunes para aumentar la tributación entre ambos partidos. La propuesta del partido que lidera Pablo Iglesias pasa por crear un impuesto a las grandes empresas que más contaminen. Además, «para evitar que los amigos de los políticos del PSOE y del PP acaben en las grandes empresas energéticas» proponen la prohibición de las puertas giratorias.

Cambios en la reforma laboral

El documento programático de Unidas Podemos apuesta por «eliminar la llamada flexibilidad» del despido y acabar con «el uso fraudulento» de los contratos temporales. El PSOE apuesta por eliminar los aspectos «más lesivos de la reforma laboral» y simplificar la oferta de contratos de trabajo, reduciéndolos a tres: indefinido, temporal y formativo. Además, busca potenciarlas políticas activas de empleo y poner en marcha el Estatuto del Becario. Los socialistas proponen además modificar el Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA).

Salario mínimo de 1.200 euros

Después de la subida del salario mínimo a 900 euros, pactada en diciembre, por el PSOE y Unidas Podemos, ambas formaciones se han mostrado a favor de una nueva subida hasta 1.200 euros en la siguiente legislatura. La diferencia es que el PSOE se daba de plazo hasta cuatro años mientras los de Pablo Iglesias abogan por hacer una subida a 1.000 euros ya en 2020, algo que no contemplaban los Presupuestos elaborados por el gobierno socialista.

Trabajar 34 horas semanales y renta garantizada

El programa de Unidas Podemos incluye el recorte de la jornada laboral hasta las 34 horas semanales, divididas en 7 horas de trabajo de lunes a jueves y los viernes, 6 horas. Además, se propone una renta garantizada de 600 euros al mes para las personas en riesgo de pobreza.

Mercado alquiler

Intervenir los precios del alquiler es otro de los grandes reclamos de Unidas Podemos, a los que se une la creación de un gran parque público de vivienda y la prohibición de los desalojos de familias en situación de vulnerabilidad si los inquilinos no cuentan con alternativa habitacional. La intervención de los precios del alquiler fue uno de los principales choques entre Unidas Podemos y el PSOEen la pasada legislatura pues contó con el rechazo frontal de la ministra de Economía, Nadia Calviño.

Presupuestos Generales del Estado

Más allá de las medidas, otro de los problemas es la complejidad de sacar a delante unos Presupuestos. Los socialistas son conscientes de que esta es la primera medida que deberían aprobar en caso de formar gobierno, ya que supone la principal herramienta de política económica. Cabe recordar que desde que asumió la presidencia, Pedro Sánchez no ha sido capaz de aprobar sus propias cuentas y el Estado funciona desde 2018 con los Presupuestos que elaboró entonces el PP y que se han prorrogado. El Gobierno del PSOE ya vio como el Parlamento tumbó su proyecto de Presupuestos a principios de año, forzando el adelanto electoral, al no conseguir ni siquiera el voto favorable de Unidas Podemos.

Aquel proyecto de Presupuestos ya incluía numerosos guiños sociales y electorales para amarrar el apoyo tanto de Podemos como de los partidos independentistas catalanes y del PNV. Esos guiños, evidentemente, se traducían en el mayor crecimiento del gasto desde la etapa del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. En concreto, esas cuentas ciontemplanan un aumento del gasto no financiero del 5,3%, a 345.358 millones de euros, debido a un incremento del 59% en la partida de Dependencia, la supresión del copago farmacéutico para determinados colectivos, la gratuidad de las guarderías locales de 0 a 3 años, un aumento del 10% de los fondos para becas, la extensión del permiso de paternidad…

Parece claro que el PSOE volverá a intentar sacar adelante unos Presupuestos que impliquen más gasto público, que se financiaría con un aumento de los impuestos. Pero además, posiblemente tendría que ceder a algunas de las exigencias que planteaba a principios del año Unidas Podemos y cuya no aceptación motivó que la formación liderada por Pablo Iglesias no apoyase finalmente las cuetas. Entre esas medidas, la intervención de los precios del alquiler.

«Una cosa es lograr la investidura y otra aprobar los Presupuestos, ya que hace falta mayorías cualificadas», dice el profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros de IEB, Javier Niederleytner, no duda en asegurar que una coalición entre PSOE, Unidas Podemos y separatistas sería «mala para la economía». A su juicio, considera la alianza entre PP y PSOE como la mejor opción ya que otorgaría «mucha estabilidad». En el otro extremo, estaría la repetición electoral ya que considera muy negativa la irrupción de Vox en estos últimos comicios.

En cualquier caso, ha apuntado el profesor del IEB, la clave estará en la negociación presupuestaria, cuando «los nacionalistas vascos y catalanes comiencen a pedir cosas, a ver qué van a exigir a cambio. No se sabe». Para este analista, a corto plazo, «la economía no está en peligro, ya que se tardará mucho en adoptar decisiones serias que calen, aunque la parte negativa es que a los mercados no les gusta la incertidumbre».

Según Joaquín Robles , analistas de la agencia XTB, hay diferencias entre formar un gobierno en coalición «con todas las fuerzas necesarias o hacerlo en base a abstenciones». Si bien, ha apuntado este analista, en el primer caso tocaría negociar las posibles medidas adoptar y ,probablemente, no se podrían aplicar todas las previstas. Robles ha advertido que el problema de las abstenciones es que «en cualquier momento pueden dejar de votar los Presupuestos, paralizar el Gobierno y conducirnos a nuevas elecciones».
Source: ABC

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