Tras el boom del alquiler vacacional, llega el del alquiler de piscinas: se expande y ya deja sobresueldos de 10.000 euros
Quien tiene una piscina, tiene un activo. Uno especialmente rentable. Os lo contábamos hace ya un año: quedan atrás los tiempos en los que abrir una alberca en el jardín de casa era un capricho al alcance de unos pocos o —con permiso de la sequía— una forma cómoda de refrescarse durante el verano. A medida que webs como Airbnb u Holidu ganaban popularidad en el alquiler vacacional, alguien se preguntó por qué no arrendar también piscinas particulares por horas o días. La fórmula cuajó en Francia, saltó a España, y ahora se expande a diferentes regiones con miles de operaciones anuales. Hay quien yaSeguir la noticia