La temporalidad cae a la mitad pero los contratos duran un 9% menos: Fedea desarma la reforma laboral de Díaz

La orquesta suena cada vez más desafinada. La reforma laboral aprobada in extremis en diciembre de 2021 que supuso una cascada de cifras positivas en términos de reducción de la temporalidad para la que fue alumbrada ha dejado paso en este último ejercicio a un rosario de cifras que evocan viejas imágenes del mercado laboral español que persisten al albur de los cambios regulatorios. De entrada, si bien es cierto que la temporalidad ha caído de forma abrupta hasta el entorno del 24% previo a la introducción de la reforma hasta el 14,7% según la última observación del INE correspondiente al tercer trimestre del presente año. Sin embargo, esta reducción de casi diez puntos porcentuales de la temporalidad forzada por un incremento exponencial de las firmas de contratos indefindos -ya suponen el 40% de todas las rúbricas mensuales- no se ha visto correspondida con un aumento proporcional de la duración de las relaciones laborales. Todo lo contrario, en el mes de noviembre, el SEPE registró una duración media de los contratos -tanto temporales como indefinidos- en 46,5 días, lo que supone un 9% menos, que en el mismo periodo equivalente previo a la aprobación de la normativa laboral, en 2021. Noticias Relacionadas estandar Si Los contratos para retrasar la jubilación caen un 40% desde 2018 Gonzalo D. Velarde estandar Si Las renuncias de los empleados con contrato fijo aumentan un 127% Gonzalo D. Velarde Esta realidad la constata el ‘think tank’ de Fedea en la publicación de su último informe de evaluación de la reforma laboral a reforma laboral esta ha impulsado al alza la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, tanto en el fijo ordinario como en el fijo discontinuo, pero también ha elevado la «mortalidad» de los contratos indefinidos ordinarios, de forma que, aunque se hacen más contratos de esta modalidad, su duración es menor. De acuerdo con las conclusiones del estudio realizado por el profesor de economía aplicada colaborador de la URJC e investigador asociado de Fedea, Miguel Ángel García y el catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de Fedea, José Ignacio Conde-Ruiz , aunque la reforma laboral ha demostrado ser «muy eficaz» en la reducción de la tasa de temporalidad «contractual», no lo ha sido tanto en la mitigación de la precariedad o inestabilidad laboral o en la reducción de la tasa de temporalidad «empírica». Y señalan que la estrategia seguida por la reforma española ha consistido en restringir «drásticamente» el recurso a los contratos de duración determinada o temporales «sin variación alguna de la flexibilidad de los contratos indefinidos ordinarios». Menos estabilidad «Sin embargo, para evitar una disminución de la flexibilidad global del sistema, la reforma ha fomentado el uso de otras variantes de contratos indefinidos que ofrecen menos estabilidad, como el contrato fijo discontinuo. Estos contratos, a pesar de ser etiquetados como indefinidos, no ofrecen el mismo nivel de seguridad laboral a los trabajadores que los contratos indefinidos tradicionales», avisan los autores del estudio. El informe, muestra, por un lado, que ha aumentado la conversión de trabajadores temporales en indefinidos, pero, por otro lado, se constata una reducción en la duración de los contratos indefinidos ordinarios. Ello se debe a que el mercado laboral español tiene unos patrones en el calendario «muy marcados»: contrata el lunes para despedir el viernes, contrata solo para el fin de semana y contrata el primer día de mes para despedir el último día de mes. Utilizando un modelo de series temporales en el que se comparan los patrones de creación y destrucción de empleo antes y después de la reforma, Fedea no encuentra diferencias estadísticamente grandes entre ellos, excepto por una disminución de la destrucción de empleo a final de mes, que se ha reducido. Según el ‘think tank’, el nuevo marco laboral ha generado una nueva distribución de los contratos de trabajo que reduce la tasa de temporalidad hasta la media del entorno europeo, «pero replica casi exactamente la situación anterior en términos de estabilidad laboral para los trabajadores», pues se mantienen los patrones diarios de creación y destrucción de afiliados a la Seguridad Social. MÁS INFORMACIÓN España se perpetúa en el pelotón de cola de la productividad en Europa La cara B del mercado laboral: el pluriempleo se dispara un 21% y las horas trabajadas se estancan «Es decir, en términos agregados, el mercado laboral no muestra los cambios que a priori cabría esperar en la duración del empleo como resultado de la disminución del empleo temporal», advierte Fedea asegurando que la tasa de temporalidad , que era el principal indicador para medir la precariedad laboral en países con un mercado de trabajo dual como el español, «no es seguramente la mejor herramienta a estos efectos», vistos los incrementos de rotación asociados a este tipo de contratos.
Source: abc economia

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