Los ministros de Economía de la UE decidirán el viernes entre Calviño y Vestager para presidir el BEI

La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, tiene previsto llegar al edificio del Consejo en Bruselas el jueves a las dos y media de la tarde, según se ha informado oficialmente. Aunque la reunión del Consejo de Ministros de Economía (Ecofin) será el viernes, para entonces ya debería saber si su candidatura a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) tiene el apoyo suficiente para imponerse a la de la excomisaria de Competencia Margrethe Vestager. Pero la realidad es que el pulso es tan cerrado que ni una ni otra pueden decir que han logrado los apoyos suficientes para ser puestas al timón de la principal entidad de crédito del mundo. Noticia Relacionada estandar Si El bloqueo en la UE hace subir el precio de los apoyos para lograr la presidencia del BEI Enrique Serbeto La danesa Vestager no renuncia a la candidatura pese a la carta del ministro belga El norte contra el sur, una socialista contra una liberal, un país partidario del rigor presupuestario y otro que vive aplastado por una deuda colosal, todo separa a las dos candidatas a priori y precisamente por eso da la impresión de que la misma división que ha impedido hasta ahora un acuerdo sobre las nuevas reglas fiscales está bloqueando la elección del sustituto del alemán Werner Hoyer que deberá cesar a partir del 1 de enero. La carta del ministro belga Vincent Van Peteghem proponiendo a Calviño debía haber sido la ocasión de que los demás países dijesen si tenían objeciones y aunque no se conoce cuantos gobiernos han respondido, el hecho de que no se haya informado de ello da a entender que tampoco esta maniobra ha logrado confirmar que exista una mayoría en dirección de ninguna candidatura. Se trata de una situación tan congelada que en los últimos días ha aparecido la posibilidad de echar mano de una fórmula que no se ha utilizado jamás hasta ahora y que consistiría en nombrar un responsable provisional, en la persona del vicepresidente más antiguo, hasta la llegada de las elecciones europeas de junio que viene, cuando se tengan que volver a repartir los puestos principales en las instituciones comunitarias, de manera que la presidencia del BEI pudiera servir para facilitar otras designaciones. La elección del presidente del BEI debe ser apoyada por al menos 18 gobiernos que además representen al menos el 68% del capital social. Además del Gobierno del que forma parte, Calviño tiene el apoyo de Alemania, pero no el de Italia, que a pesar de que comparte intereses generales con España sobre la orientación de la economía (y tiene aún más deuda) mantiene todavía un candidato, Daniele Franco, y es difícil que quiera apoyar a una candidatura socialista. De modo que para alcanzar el 68% del capital necesitaría el apoyo de Francia, que todavía no ha desvelado cuales son sus preferencias. Y en estas circunstancias, a nadie les puede resultar sorprendente que el vicepresidente más antiguo, que sería ese presidente interino hasta el verano, sea casualmente el prestigioso profesor francés Ambroise Fayolle . Está por ver si en estas circunstancias la solución pudiera ser la entrada de un candidato sorpresa, que no sea ni siquiera uno de los aspirantes formales, algo que ha sucedido otras veces en la UE, pero no parece probable en un puesto tan específico como el BEI. En todo caso, para el Gobierno de Pedro Sánchez, el precio a pagar por el apoyo de Francia o de Polonia podría llegar a ser muy elevado, a estas alturas del proceso. También podría ser que la situación política española y las tensiones que ha prtovocado el Gobierno de coalición a causa de su propuesta de ley de ambnistía y que ya han llegado claramente a Bruselas, entrasen en el ambiente de la sala del Ecofin, lo que probablemente sería fatal para las aspiraciones de Nadia Calviño.
Source: abc economia

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