El ejército de robots de Amazon: cámaras, lectores y estanterías que se mueven solas

Los paquetes que llegan a los domicilios con la sonrisa de Amazon en su costado recorren un largo camino antes de que el repartidor toque el timbre y los entregue. Para la empresa de comercio electrónico esta ruta empieza en centros logísticos como el de Illescas, en Toledo, desde el que cientos de miles de productos salen todos los días para dirigirse al territorio central de la península -300.000 de media al día y un máximo de 670.000 en momentos de alta actividad-, proceso en el que trabajan miles de robots y personas. ABC visita este macrocentro para seguir desde dentro cómo se prepara el gigante tecnológico para los días de mayor actividad. El ‘Prime Day’, que tendrá lugar los días 11 y 12 de julio, es una de esas campañas que requieren de todos los esfuerzos posibles. El trabajo de estos grandes almacenes se multiplica estas jornadas, días en los que la empresa rebaja sus productos sólo para sus suscriptores y estos aprovechan para comprar artículos genéricos que necesitarán durante todo el año: pastillas del lavavajillas, productos de cosmética, papel higiénico… Así, fuentes de Amazon aseguran que el año pasado sus usuarios ahorraron más de 1.700 millones de dólares (unos 1.560 millones de euros al cambio actual), más que en ningún otro ‘Prime Day’ anterior, comprando 300 millones de artículos en todo el mundo durante el ‘Prime Day’ 2022, y se espera que este año «se vuelva a llegar a máximos históricos». Noticia Relacionada estandar No El experimento fallido de la ‘tasa Amazon’: Barcelona se boicotea Àlex Gubern Expertos y empresas cuestionan la eficacia de gravar el reparto del comercio a domicilio La maquinaria en el complejo está ya perfectamente engrasada; nada se deja al azar en jornadas como esta, y el ruido en el centro da buena cuenta de ello. La entrada se caracteriza por su aspecto gris impoluto y por la seguridad de acceso a él. Los visitantes tienen que presentar su documento de identificación, no pueden llevar mochilas dentro de la nave y deben pasar por aros de detección de metales para que se les permita la entrada. Viene a ser casi como cuando entras a un aeropuerto; todo se revisa al milímetro y el control es total. La mercancía llega en cajas del proveedor Tania Sieira Una vez dentro de los almacenes, se percibe la informatización y robotización del centro, que cuenta con 1.500 personas, 3.000 robots, 18.000 estanterías y capacidad para 20 millones de productos. La superficie que ocupa es mastodóntica; por ponerlo en contexto, repartidos en cuatro plantas, cuenta con 180.000 metros cuadrados, alrededor de 1,5 veces el Santiago Bernabéu. Lo curioso de estos almacenes está en el cómo es el viaje de los paquetes, que recorren dos kilómetros dentro de la nave antes de transportarse, donde desde el primer ‘click’ del cliente todo está registrado en el sistema. Del primer ‘click’ a la puerta de casa El viaje de estos artículos empieza con su entrada en los grandes almacenes y pueden haber sido producidos por proveedores o ser artículos propios de Amazon. La responsable de operaciones del centro, María del Carmen Veuthey, explica que en torno al 60% de lo que importan a través de proveedores procede de pequeñas y medianas empresas. En nuestro país existen cuatro centros como el de Illescas, y los fabricantes eligen el almacén al que quieren llevar su mercancía y lo hacen normalmente por cercanía para así sacar el máximo partido a los costes de transporte. Para los productos que se venden en el centro del país, pero sus manufactureros se encuentran a cientos de kilómetros, la empresa utiliza unas cajas que denominan como ‘totes’, envases de plástico en los que los artículos viajan sin ser empaquetados. Veuthey apunta que el almacenamiento en estos ‘totes’ se optimiza ya que «hay mucho menos aire», lo que les permite llenar «mucho más» los camiones. Una trabajadora coloca los productos en la estantería inteligente Tania Sieira Cuando están localizados en el centro, los empleados revisan todos aquellos artículos que no han sido fabricados por Amazon. En esta comprobación de calidad, los operarios comprueban de forma minuciosa el estado del pedido y si la cantidad y la descripción coinciden con las indicadas. Si cumplen con los requisitos, los productos siguen su curso natural y pasan a la siguiente fase; en el caso contrario, los trabajadores reportan el error y la empresa habla con el fabricante. En este proceso, la responsable argumenta que revisan los artículos sin abrir sus cajas ya que, por cuestión de tiempo, «les sería imposible hacerlo». Aclara que «normalmente no tienen problemas con este método» y que «asumen las pérdidas si al cliente le llega el producto en mal estado». Una vez pasada la revisión, la mercancía aparece en la web y los consumidores pueden comprarla. Esta, antes de llegar a las casas, pasará de media unas dos horas dentro del centro, para luego ser enviada en los camiones de reparto. Lo que sigue es una evolución normal en un centro logístico: los productos se almacenan en estanterías, y una vez aparece un comprador se empaquetan, etiquetan y se cargan en los camiones. Recomendaciones de calentamiento para que los empleados no tengan problemas físicos Tania Sieira La zona de estanterías está robotizada, por lo que el tratamiento que reciben los artículos está totalmente informatizado; miles de máquinas trabajando para que nada falle. Los armarios en los que se almacenan se mueven de forma autónoma por la planta y se dirigen a los empleados con el producto que estos necesitan. Para que todo funcione sin incidencias, los empleados tienen que pasar los productos por lectores y cámaras. Además tienen que utilizar movimientos específicos, que son indicados con pantallas en sus puestos de trabajo. Estas también recomiendan a los trabajadores que realicen unos segundos de estiramientos, calentamientos y ejercicios de respiración, por cada hora que trabajen. Beneficio para pymes La responsable de marketing del centro, Eva Morales, indica que los mayores beneficiados del ‘Prime Day’ son las pequeñas y medianas empresas, que el año pasado registraron   los dos días con mayor volumen de ventas de su historia. Un ejemplo de estas es Flamingueo, una empresa que vende productos de tendencia (flotadores, toallas y neveras portátiles) y que lleva vinculada a Amazon desde 2019. Las empresas que utilizan la plataforma tienen que pagar una cuota de 39 euros al mes, además de abonar una comisión por cada venta que realicen. Desde la empresa de artículos de moda explican que se preparan para los días de descuentos con un mes de antelación y que para elegir la cantidad de producción se basan en las ventas del año anterior. Antes de ser enviados, los productos se etiquetan con la marca Amazon Tania Sieira Quienes también están preparados ya son todos los empleados del centro de Illescas. El engranaje no se detiene, para que los días 11 y 12 de julio nada falle. El ruido interior continúa, no para, hasta que salimos del centro. Todo está dispuesto para una nueva campaña de ventas masivas.
Source: abc economia

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