El FMI se pone serio y exige a los gobiernos más esfuerzos para reducir el déficit público

En la misma semana en la que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha pronosticado que España va a cerrar el año, y la primera legislatura del gobierno de coalición, con un déficit público que va a exceder en 15.000 millones de euros el umbral máximo del 3% que permite la normativa europea sobre sostenibilidad fiscal, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha aprovechado su tradicional discurso previo a la publicación del influyente Informe Global de Sostenibilidad Financiera de la institución para instar a los gobiernos a redoblar sus esfuerzos de contención del déficit para facilitar la lucha contra la inflación. «En el plano fiscal, es crítico que se haga un mayor esfuerzo para reducir los déficit presupuestarios para luchar contra la inflación y crear los colchones fiscales necesarios para combatir futuras crisis», aseguró ayer Georgieva en un discurso en el que trazó las líneas maestras de lo que el Fondo entiende que debe ser la gestión desde la política económica de un momento delicado, caracterizado por la previsión de crecimiento global (3%) más débil desde los años noventa. Noticia Relacionada estandar Si El FMI insta a los países a revisar sus medidas de los últimos meses para no alentar la inflación Bruno Pérez Pide priorizar las subvenciones a hogares vulnerables sobre las rebajas fiscales o los recortes en el gasto Georgieva definió en este sentido tres áreas prioritarias de actuación que competen a los bancos centrales y a los gobiernos de los países desarrollados. Los bancos centrales deben seguir subiendo los tipos «No habrá crecimiento si no hay estabilidad financiera» , advirtió Georgieva, que puso de manifiesto cómo un fenómeno aparentemente positivo, la resistencia de los mercados laborales en todo el mundo, estaba teniendo por el contrario consecuencias negativas en la reducción de la inflación, incluso en un contexto de subidas de tipos de interés como no se había visto en décadas. «En la medida en que las presiones financieras estén bajo control», señaló la directora gerente del FMI, «esperamos que los bancos centrales continúan su hoja de ruta para luchar contra la inflación para impedir un desanclaje de las expectativas respecto a los precios». «En otras palabras, los bancos centrales deberían seguir usando los tipos de interés para luchar contra la inflación, mientras usan la política financiera para asegurar la estabilidad financiera», concluyó. La otra cara de esa estrategia corresponde a los gobiernos de los países que, en opinión del FMI, deben tratar de evitar agitar las tensiones inflacionistas con su política fiscal . El Fondo Monetario Internacional ya ha manifestado en otras ocasiones su inquietud en relación a que la presión social a los gobiernos para que den una respuesta a la escalada inflacionista derive en la adopción de medidas poco focalizadas con elevados costes presupuestarios y ciertos efectos inflacionistas, al alcanzar a segmentos de la población más acomodados a los que estas medidas pueden llevar a consumir más. Ayudar a los más vulnerables La solución que encuentra la institución a ese laberinto de complicada salida es, por un lado, apretar a los gobiernos para que reduzcan sus desequilibrios presupuestarios lo antes posible y, por otro, «respaldar a los más vulnerables, especialmente a aquellos que están sufriendo de manera más directa la crisis del coste de la vida», recalcó ayer Georgieva. No es un desafío fácil y así lo reconoció ayer la directora gerente del FMI, que señaló que las economías enfrentan el triple desafío de controlar la inflación, proteger la estabilidad financiera y salvaguardar la protección social . Pero la recompensa es elevada. Según el FMI, hacerlo bien alejará a las economías desarrolladas del riesgo de un aterrizaje económico brusco y de paso evitará los posibles problemas que se podrían desprender de esto para las economías en desarrollo. De momento, las previsiones del FMI apuntan a un crecimiento mundial algo inferior al 3% y a que el 90% de las economías desarrolladas vivirán una desaceleración económica respecto a los niveles de actividad de 2022 durante este año. El organismo advierte, además, de que la ralentización de la actividad económica será especialmente perceptible en dos áreas económicas, Estados Unidos y la zona euro, más afectadas por la guerra en Ucrania y la escalada proteccionista.
Source: abc economia

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