La semana fantástica de Sánchez: de Davos a Macron

Diciembre ha dicho adiós con una subida del 15,7% en el precio de los alimentos. Sin duda es otro alarido de los catastrofistas reaccionarios de las derechas retrógradas que solo ven el vaso medio vacío en la mesa de la abundancia del sanchismo. Porque, además, las cifras esas que constatan que en España se han disparado las quiebras -un 22%- mientras cayó la creación de empresas -un 2,5%- son malos augurios sustentados en números retorcidos por esos mismos reaccionarios y catastrofistas… Ya, pues ahí están. Publicados. Y a cierre de 2022, nada de previsiones a futuro. Tal cual. El caso es que para compensar la confabulación estadística y mientras los nuevos medidores progresistas del INE surten efecto, el Gobierno tiene previsto llenar la nevera de los españoles con propaganda fresca. Recién ideada en la factoría Barroso para ser expuesta en un mostrador excepcional: Davos , primero, y la cumbre hispanofrancesa , después. Todo en una misma semana para debutar a lo grande con la ‘operación amnesia’ con la que las familias de clase media y trabajadora han de sacarse de la cabeza esas malas ideas sobre la sedición, la malversación y la entrega a independentistas y demás lindezas de la coalición de Gobierno. Propaganda o solvencia. Para salir de esta sobra la palabrería de quien solo tiene el propósito de embaucar al personal, porque solo busca revalidar a cualquier precio la aritmética legislativa, poner a cero el contador del mandato y plantarse en 2027 con una España reinventada. Sánchez huye de España y se refugia en el extranjero y traga saliva a lo Edmundo Dantés , resistiéndose a actuar ahora contra sus enemigos y aguardando a después de la cita electoral, mientras engrandece el personaje. Tiempo habrá después de pasar facturas al cobro y ejecutar un asalto extraordinario del país. Pero para eso necesita que le den los números y que Bruselas no le marque como un quemafondos que tanto irrita a los frugales. Sus asesores le dirán que lo de menos es el discurso, que lo importante es estar en Davos y hacerse la foto. Igual ocurre con la cumbre a medias con su homólogo del país vecino del norte, Emmanuel Macron . Ya se ocuparán después los trompeteros y aplaudidores de fabular la maravillosa sintonía con el presidente francés, la complicidad con el capital y el saber estar de un Sánchez a quien solo los errores del PP pueden mantener en La Moncloa otra legislatura -convencidos están al 100% en Ferraz, hasta los bedeles oigan-. Que pruebe a acercarse en Davos a Larry Fink , presidente y consejero delegado de BlackRock, a contarle que aumente sus participaciones en España, que tenemos una envidiable seguridad jurídica, que el paro es historia y que la cesta de la compra está más barata que nunca gracias a su decidida acción de Gobierno. Verán ustedes que de aquí al domingo que viene solo les faltará encontrarse al presidente del Gobierno en las monedas de euro   Sánchez teme como nublados a los empresarios que pasarán por la ciudad suiza -los José María Álvarez-Pallete, Francisco Reynés, Ignacio Galán, Josu Jon Imaz, Ana Botín, Carlos Torres …- y la imagen de su Gobierno que trasladarán a las grandes fortunas y mandatarios del mundo una vez pasen los aplausos a su intervención de obligada visita, en los reservados del hotel Steigenberger Belvedere y entre las fiestas privadas de JP Morgan o Thomson Reuters. Piensan los inversores y empresarios que ya escucharon sus persuasivos mensajes en la última cita previa a Davos -el Spain Investors Day – que mientras Sánchez propaga aquí y acullá discursos vacíos y propagandísticos ante el mundo, Isabel Díaz Ayuso aprovechaba su intervención, y al público que acudió a escucharla a la espera de noticias -no defraudó-, para anunciar medidas con el objetivo de atraer inversores a la comunidad madrileña que preside. Resumen de los allí presentes: lo que hace falta es que Sánchez hable menos y deje más hablar y hacer a los empresarios, que son quienes se juegan el dinero y crean empleo y oportunidades. Davos y la cumbre hispanofrancesa pues serán las primeras dosis de la burundanga con que Sánchez y los Sanchistas S.A. quieren animar la memoria y la voluntad de los españoles este curso 2023. Es solo el principio pero promete. Verán que de aquí al domingo que viene solo les faltará encontrarse al presidente en las monedas de euro. Inflación, sedición, malversación, reputación… todo eso es agua pasada que no mueve molino, rencores patrios que hay que olvidar en favor de la concordia sanchista. Si alguien pregunta por el prohibitivo precio de los alimentos en España, ya sabe: ‘En no comiendo vamos sacando para los gastos’. Y si perdiste, el pescado y la carne serán declarados fijos-discontinuos de la inflación subyacente y aquí paz y después gloria.
Source: abc economia

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