El 'Rey del Gasóleo', una vida de contrabando, estafas y fugas

Un 75% de gasoil y un 25% de aceite, esta era la fórmula del empresario almeriense Emilio Torrecillas Martínez para comercializar gasóleo adulterado. Al menos de 2007 a 2010 logró distribuir combustible fraudulento a cientos de Estaciones de Servicio y Transportes del sureste español. Torrecillas, de 66 años y natural de Albanchez, ya había sido condenado en 1995 por delitos de contrabando. Para conseguir sus fines utilizaba como testaferros a otras personas y del mismo modo volvió a repetirlo años después. Gracias a una ‘formidable ingeniería financiera’ basada en cientos de transacciones entre sociedades, inexistentes o sin actividad, evadió el impuesto especial de hidrocarburos. Actuaba directamente y se valía de otras personas que ya fueron juzgadas, una perfecta tapadera para aparentar que el aceite iba al exterior. La Operación Aceite del Servicio de Vigilancia Aduanera y Guardia Civil destapó esta trama de fraude con el gasóleo adulterado en 2010. Diez años más tarde llegó el fallo con penas que fueron rebajadas por la dilación en la causa que arrancó con la fuga del cerebro de la organización. ‘El Rey del Gasóleo’, como se denomina a Emilio Torrecillas, contaba con tres sociedades principales. Gasóleos Las Palmeras, se dedicaba a la compra y venta de gasoil; y las mercantiles ERTA Servicios y Corporación Butchart eran las responsables del transporte del combustible y derivados. A una nave de Cantoria en Almería llegaban las cisternas de aceite para hacer la mezcla procedente de Fuenlabrada en Madrid. Allí otra sociedad, Tracemar, los obtenía de un proceso de regeneración para lubricantes que cuando se destinan al comercio intracomunitario están exentos de tributación. Aquí estaba el auténtico ‘quid’ de la cuestión. Para hacerlo posible, Torrecillas se inventó otras dos sociedades que compraban el líquido en Italia y Francia, pero nunca salían de España. En la mayoría de las ocasiones los pagos se realizaban en mano, lógicamente con dinero negro. Más de 498 operaciones investigadas, ninguna de las cisternas cargadas con aceite mineral salió del territorio español. Los camiones llegaban a las instalaciones en el polígono industrial en la provincia almeriense. El producto resultante se vendía de forma clandestina a través de sus propias redes, sin facturación y con la ayuda de otras sociedades. En el registro se encontraron miles de litros de combustible adulterado. Se estima que las ventas fraudulentas a transportistas y gasolineras superaron los 14 millones de litros desde 2007 a 2010 con clientes en Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Cuenca y Madrid. Con los grandes beneficios y a través de sociedades ficticias adquirió cientos de inmuebles que figuran a nombres de terceras personas. Parcelas y viviendas distribuidas en Huércal-Overa, Mojácar, Zurgena y Cuevas de Almanzora en la provincia de Almería, pero también en la capital murciana y el municipio de San Javier con un valor de tasación de 2,8 millones de euros. Diez años después de la operación, en junio de 2021, el ‘Rey del Gasóleo’ fue detenido por la Policía Nacional en un hotel de Logroño en Cantabria. Durante un control rutinario los agentes descubrieron su identidad y que estaba en busca y captura por un juzgado de Madrid y otro de Almería. Torrecillas huyó mientras que se juzgaron a sus colaboradores. Reconocieron los hechos, documentos falsificados, adquisición de bienes con dinero procedente de la estafa y creación de sociedades pantalla. Los informes de patrimonio evidenciaron los movimientos llevados a cabo y el uso de sociedades para eludir su detención. Hace unas semanas, el Tribunal Supremo ha condenado a 14 años y tres meses de prisión y al pago de multas por importe superior a los ocho millones de euros al empresario almeriense. Le rebajaron un año la sentencia de la Audiencia de Almería, donde su defensa reconoció el blanqueo de capitales, pero en una cuantía inferior a la marcada por la Fiscalía. Tras una década en busca y captura, se solicitó la prescripción los delitos, pero el veredicto lo rechazó en sus fundamentos. Los agentes localizaron vehículos valorados en 785.990 euros, entre los que había una flota de 20 camiones y 24 automóviles. El historial delictivo de Torrecillas se remonta a 1995 cuando fue condenado por contrabando. El empresario almeriense vendía lo que no era, así exportó 45.000 kilos de azúcar a Marruecos, tras obtener una ayuda de la Unión Europea. Lo que llegó al país alauita no era otra cosa sino polvo de mármol.
Source: abc economia

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