La voracidad pesquera china arrasa los mares y Rusia quiere seguir sus pasos

La depredación de los mares por la flota pesquera de China va en aumento. Cientos de puntos luminosos, como un enjambre que trabaja por la noche puede verse desde el espacio con las imágenes satelitales. Milko Schvartzman , especialista en conservación marina, pesca ilegal y miembro del Círculo de Políticas Ambientales sentencia que «las embarcaciones chinas han incrementado en número y presión. Realmente es una catástrofe lo que está ocurriendo. Solo en el Atlántico sur se estima que se estarían capturando 2.000 millones de dólares anuales en pesca, con un impacto que en muchos casos puede ser irreversible». Y la diferencia con otros países es la enorme legión de barcos de que disponen. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 4820 Código APP (Mapa situación de los pesqueros en tiempo real en   Global Fishing Watch ) China de esta forma practica a su vez una geopolítica expansionista por todo el mundo que pone a prueba la soberanía de los países y la seguridad económica de las regiones locales. Y es que en zonas de gran valor como la Antártida, empresas pesqueras chinas y rusas, entre otras, tienen a su disposición un gran festín para sus redes del que abusan de manera indiscriminada. Se aseguran así los recursos naturales en medio de una legislación llena de líneas grises y sin fuerza para tener efectos disuasorios para los infractores. Los mares más amenazados son el mar Negro, el Mediterráneo, el Pacífico suroriental y el Atlántico sudoccidental. Las aguas se convierten en el salvaje oeste para la pesca ilegal, donde encontrar a los barcos responsables en medio de una actividad pesquera mundial muy activa es como intentar hallar una aguja en un pajar. Por eso, estas prácticas de pesca han encendido todas las alarmas frente a un aumento de la tensión entre las naciones pesqueras extranjeras y los organismos observadores de su actividad. Noticia Relacionada La sombra del sabotaje se cierne sobre los cables submarinos de Europa Alexia Columba Jerez La condición especialmente vulnerable de estas infraestructuras las pone en el foco de la tensión internacional, y uno de los cuellos de botella donde se encuentran varios cables es en el Estrecho de Gibraltar Posición en cabeza Andrés González , teniente coronel y analista de IEEE, apunta en su informe que «los recursos biológicos marinos se consideran la mayor reserva de proteínas del planeta, por lo tanto, poseer y dominar el océano significa garantizar la soberanía alimentaria china. Sus pesqueros se han convertido en los nuevos dueños de los caladeros, accediendo a la riqueza de todo el mundo». El gigante asiático invierte millones de dólares en su industria pesquera con esquemas de subsidios masivos para los pescadores. Y Schvartzman señala que «la inteligencia gubernamental de China provee de información satelital a su flota para que evite ser detectado cuando realizan pesca ilegal. Son cómplices de esa pesca». Peter Thomson, enviado especial de la ONU, ilustraba la situación afirmando que «esto es similar a pagar a los ladrones para que roben la casa de un vecino». González detalla que «la identificación de las empresas propietarias de los buques y el control de las operaciones de la flota china es una tarea compleja. Detrás de las pymes dedicadas a la pesca es probable que existan grandes corporaciones. Se sospecha que al menos 183 barcos de la flota pesquera china están involucrados en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Solo 10 empresas poseen casi la mitad de estos buques y varias son compañías paraestatales». Además la pesca ilegal es la sexta economía criminal más lucrativa , a nivel global, y el gigante rojo lidera esta clasificación. Estas embarcaciones como apunta Fernando Cortiñas, profesor del IE Business School, hacen ‘bullying’ a los pequeños barcos de los países de la zona en la que operan. Su táctica consiste en que las zonas económicas exclusivas (ZEE) de un país se considera que se extienden 200 millas en el mar, y los chinos operan en la milla 201 , moviéndose en aguas internacionales y en una delgada línea legal». En realidad faenar tan cerca es como hacerlo dentro de una ZEE, ya que las especies marinas no saben de fronteras, y esto ocurre incluso con una reserva marina esencial como la de las Galápagos. Así «la flota pesquera espera el momento adecuado o apaga sus sistemas de identificación automática, que todo barco lleva para evitar colisiones, y entra en la ZEE», explica González. Enormes flotas En 2020 la prensa ecuatoriana informaba que la flota china en alta mar superaba las 3.000 embarcaciones, pero el ‘think tank’ Overseas Development Institute revelaba en un informe de 2020 la impactante cifra de más de 16.000 barcos chinos , y si bien muchos no tienen bandera china, indican que trabajan para empresas chinas. Una de ellas es Pingtan Marine Enterprise, una compañía que cotiza en el Nasdaq. «No es solo una empresa pesquera: es prácticamente un activo del gobierno chino», aseguró Susi Pudjiastuti, ex ministro de pesca de Indonesia. El total de capturas chinas doblan el tonelaje del segundo país en el ranking mundial de pesca, que es Indonesia, y triplican el de la Federación de Rusia. Ante esto y con la creciente tensión geopolítica entre Occidente y Rusia y China ha provocado que el Quad , que es un foro estratégico informal formado por Estados Unidos, Australia, Japón e India, decida usar tecnología satelital para tener un sistema de seguimiento de la pesca ilegal en zonas del Pacífico sur o el Índico. En África o Suramérica, esta situación pone a prueba la capacidad de los países para reaccionar ante el expolio pesquero. El paraíso de los saqueadores está entre Argentina y las Islas Malvinas, una zona sin supervisar. De hecho, diputados argentinos llegaron a hablar de la entrega de la soberanía a Rusia y China a cambio de favores. En Ghana controlan el 93% de los arrastreros e Irán les ha arrendado sus aguas. Mientras que Ecuador frente a los barcos chinos está usando tecnología canadiense para monitorear el área de las Islas Galápagos , y así proteger las especies amenazadas. Y la CBC informaba que organizaciones como el grupo de rastreo Global Fishing Watch, respaldado por Google, han ofrecido su tecnología al país. Schvartzman señala que «la flota china más grande se fue formando en el Pacífico entre 2017 y 2018. Actualmente son 300 embarcaciones que pescan calamar, también se les llama poteros. Y han estado pescando alrededor de las Galápagos. Pero el calamar es crucial para la cadena alimentaria marina en el Pacífico sur y del Atlántico sur. El problema es que ante la falta de transparencia china no se sabe cuánto están realmente capturando. Eso significa que se está caminando por la cornisa , y no sabemos cuán cerca estamos de colapsar». Otra zona de interés es la Antártida . Tanto China como Rusia practican una pesca masiva de krill , fundamental como base para la alimentación de la fauna marina de la región. La Unión Soviética inició en los setenta su pesca en la zona, que hoy se ha disparado. Ante la demanda creciente de pescado China impulsó la acuicultura criando especies acuáticas, la problemática de esto es que engordar a los peces supone contar con harina de pescado rica en proteínas, ahí es donde entra el krill. Y eso lleva a la sobreexplotación ya que la acuicultura se espera que alcance una producción de 106 millones de toneladas de animales acuáticos para 2030, según la FAO. Reuters informaba de que Rusia pretende sobre el papel invertir 604 millones de dólares en la pesca de krill y la construcción de 38 barcos de pesca. Schvartzman detalla que «Rusia y China tienen una ofensiva conjunta y una conducta agresiva para evitar la constitución de áreas marinas protegidas en la Antártida, los dos países bloquean el consenso». La prueba de este trabajo conjunto está en que con el bloqueo parcial de los productos de pesca rusos en EE.UU., el atajo ha sido enviar esa pesca a China, para luego terminar en EE.UU. Saltándose así las sanciones pesqueras. Además, de la apertura de nuevas rutas en el Ártico con más pesca para Rusia. Un daño colateral en estas prácticas para los océanos es la pesca descartada, Celia Ojeda , responsable de biodiversidad de Greenpeace, señala que «son peces sin interés pesquero que se tiran por la borda muertas o moribundas, porque no tienen un alto valor comercial. Y no interesa llevarlas a puerto». Son pesca que queda sin registrar. Competencia desleal Schvartzman que ha hecho patrullaje con la prefectura naval argentina y ha estado a bordo de embarcaciones chinas dice que el impacto no es solo ambiental, ya que estos barcos también arrojan toneladas de residuos. Otro efecto es la competencia desleal con los pesqueros artesanales que están sujetos a una normativa a cumplir. Asimismo la tripulación en estos barcos, salvo el capitán que es chino el resto suele ser de origen indonesio, filipino o africano y viven en un régimen de esclavitud que incluye grilletes, malos tratos, y la situación que puede prolongarse durante años atrapados en esos pesqueros. Con un tripulante fallecido por mes entre 2003 y 2018, explica Schvartzman. Además, los cargueros de combustibles y provisiones les permite a los barcos chinos navegar durante meses sin pasar por un puerto. Y los transbordos de la pesca capturada a buques frigorífico es una forma de convertir la pesca ilegal a legal . Ya que en estos buques se mezclan ambas capturas y es complejo o prácticamente imposible diferenciar su procedencia. Si bien China ha prometido aumentar las restricciones a la pesca ilegal, ya en el pasado firmó tratados que al final no ratificó. MÁS INFORMACIÓN ‘Chernozem’, el otro oro negro con el que Putin podría tener el control de la despensa mundial El ardid tecnológico chino que amenaza el equilibrio internacional «Oro blanco», el enorme botín estratégico que el Kremlin quiere arrancar a Ucrania Ojeda, de Greenpeace, comenta que una solución pasa por crear como parques nacionales, pero en alta mar, es decir zonas protegidas. Cambiar las técnicas de pesca a otras más sostenibles. Y políticas que hagan un seguimiento de la pesca no declarada. «No actuar supone perder biodiversidad, riqueza, empleo y una barrera efectiva para luchar contra el cambio climático ya que el mar tiene la función de absorber CO2, si están bien conservados». Para Cortiñas «los chinos se están disparando al pie , porque a la larga ellos también se quedarán sin pescado que saquear», y las víctimas de esto no pueden permitirse una tecnología de vigilancia permanente y cara.
Source: abc economia

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