Las bodegas emigran en busca de frío para sus viñas

La concatenación de varias olas de calor desde finales de primavera, y la escasez de lluvias , se está convirtiendo en un auténtico test de estrés para los bodegueros y en un recordatorio de que, las viñas españolas, están en primera línea de combate contra el cambio climático. Al adelanto de la vendimia en denominaciones de origen como Rioja y   Somontano (Huesca, Aragón) se suman prácticas, que se vienen intensificando en las últimas añadas, como el cambio de ubicación de parte de los viñedos hacia localizaciones de mayor altura (la denominada ‘viña en altura’ ) con el riesgo de que se rebasen los límites físicos de las denominaciones y, aunque pesan bastante las razones comerciales, algunos grupos bodegueros se están introduciendo en denominaciones de origen distintas de las de su actividad habitual en los últimos años. También destaca la introducción de nuevas variedades de uva más resistentes (por ejemplo, en Rioja, gana terreno la garnacha), así como los cambios en la gestión de los suelos, de las podas y del riego . Desde la Federación Española del Vino (FEV), su director general José Luis Benítez ha recordado que «las denominaciones de origen están limitadas a un área geográfica» y avisa que el desplazamiento de las viñas hacia cotas más elevadas, en busca de mejores condiciones climáticas, puede llevar a superar estas ‘fronteras’. Benítez ha añadido que, llegado el caso, «las demarcaciones deberían de prever la extensión de sus límites, si así lo consideran los operadores». Por ejemplo, desde la Denominación de Origen Somontano (Huesca, Aragón) su presidente Francisco José Berroy explica a ABC que ya hay tres bodegas que han introducido viñas «por encima de los 700 metros, ampliando plantaciones». En esta línea, ha recordado, que esta Denominación situada los pies de los Pirineos dispone de «amplias zonas de entre 900 y 1.000 metros de altura«» Desde uno de los grupos bodegueros que más se han movido en los últimos años, Alma Carraovejas, con bodegas en las DO de Ribera del Duero (Pago de Carraovejas y Milsetentayseis) , Rioja Alavesa (Aiurri), Ribeiro (Viña Meín y Emilio rojo) y Vinos de Madrid (Bodegas Marañones) su CEO Pedro Ruiz destaca el proyecto ‘Milsetentayseis’ que surge en 2019. «Estamos produciendo vino con otras orientaciones y una elaboración diferente», comenta este productor quien destaca que ya han identificado 27 variedades diferentes de viñedos con unos 100 años de vida. Algunas de ellas no contempladas por la Denominación de Origen de Ribera del Duero. «Hay que pensar en décadas en el mundo del vino, hacen falta entre 8 y 10 años para situarte en una nueva zona y adaptarte », ha apuntado Ruíz. Para este productor el País Vasco se está convirtiendo en «una zona muy interesante». María Urrutia, consejera y directora de marketing de CVNE (dcha), junto con Víctor Urrutia, consejero delegado de CVNE (izda) cvne Recuperación de antiguas zonas de viñedo CVNE La labor de bodegas como Alma Carraovejas y Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE) demuestra que el viñedo evoluciona. Alma Carraovejas, que nace a partir de la bodega Pago de Carraovejas en Peñafiel (Valladolid), está apostando por recuperar zonas vitivinícolas como Segovia y San Martín de Valdeiglesias (Madrid), está última a través de Bodegas Marañones. « Hemos recuperado viñas de 300 o 400 años , que se estaban arrancando para poner pinos», comenta su CEO Pedro Ruiz cuya bodega exporta a 40 países (EE.UU, México, Colombia…). Por su parte, desde CVNE , con 143 años de historia su consejera y directora de marketing, María Urrutia, apunta que «vamos siempre con lo que históricamente ha funcionado» y pone en valor el rol de ‘cortafuegos’ de las viñas en la difícil coyuntura de incendios en lugares como O Barco. CVNE exporta el 40% de su producción a mercados como Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Suiza y Alemania. Con más de 143 años de historia, la Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE) también está apostando por la viña en altura, a través de las 600 hectáreas que posee en Villalba. Al respecto, la consejera y directora de marketing María Urrutia ha admitido que «siempre hemos tenido este viñedo por el más complejo por climatología y viento». Ahora , ha reconocido, «hay una verdad: la temperatura está cambiando» y, añade, que en Villalba en la actualidad las temperaturas son más suaves, «y ya está el viñedo perfecto para las grandes calidades». Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas Alma carraovejas Todo ello, a través de variedades como la garnacha «con la que llevamos 143 años trabajando y han ido evolucionado y adaptándose a su climatología». CVNE también tiene presencia en otras zonas vinícolas como la Denominación de Origen Valdeorras (Orense, Galicia) donde posee una bodega con viñedos a 600 metros sobre un desnivel del 40%. «Estamos rescatando variedades desde el Godello al Mencía, que son más autóctonas. Pensamos que funciona y se van adaptando al suelo, el clima y saben por dónde crecer», ha resumido Urrutia. Contra el cambio climático desde 2018 Benítez (FEV) ha recordado que, desde 2018, «tenemos un plan estratégico que identifica el cambio climático como una de las mayores amenazas del viñedo español : Cada vez hay más sequías, más adelantamientos de las maduraciones y más descompensadas». Una situación que, en su opinión, afecta de forma generalizada «desde hace varios años a todo el centro, sur y este peninsular quedando excluidas partes de La Rioja, Aragón y Galicia ». Sobre el citado plan, remitido en su momento al Ministerio de Agricultura, Benítez ha destacado que se proponen «medidas de mitigación y adaptación». El responsable de la FEV explica que las primeras van dirigidas a la reducción de emisiones como una utilización más óptima de los fertilizantes. MÁS INFORMACIÓN noticia No La Ley de la Viña y el Vino de Castilla-La Mancha entrará en vigor en 20 días noticia No La Policía ultima el informe sobre el presunto fraude del vino de Valdepeñas Sobre las «medidas de adaptación», el director general de la asociación que agrupa a los bodegueros españoles, apunta «la necesidad de balsas para sustituir a otros tipos de riego, molinos antiheladas o mallas (redes) antigranizo contra todos estos fenómenos meteorológicos, que son los mismos que antes, pero se producen cada vez más veces y de forma más irregular». Para ayudar a todas estas transformaciones, comenta Benítez, se contará en la nueva Política Agraria Común (PAC) -que entra en vigor el próximo 1 de enero- con la llamada ‘Intervención Sector Vitivinícola’ de 202 millones de euros anuales, que dedicará obligatoriamente un 5% a la protección del medio ambiente.
Source: abc economia

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