Dimite la consejera delegada de Indra por las presiones del presidente impuesto por Moncloa

Se mascaba la jugada desde hacía semanas y el jaque mate ha llegado este jueves. La consejera delegada del área tecnológica (Minsait) de Indra, Cristina Ruiz, no ha aguantado más la presión del presidente de la compañía, Marc Murtra, y le ha presentado su dimisión. Y es que La Moncloa ha aplicado la apisonadora en Indra para darle oxígeno y galones a su hombre en la presidencia por lo que la la CEO de Mindsait ha sido invitada a marcharse en pago a su rebeldía contra el desembarco político en la tecnológica española.

Marc Murtra se acerca a los poderes ejecutivos por la vía de los hechos y, para trasladar seguridad al mercado, se apuesta por Luis Abril, un profesional de la casa, hasta ahora director general de negocios, que pasa a ser consejero ejecutivo y con la responsabilidad de mantener las constantes vitales de una compañía que es zona conquistada para Moncloa.

Desde el Gobierno alertaron de que no podía repetirse un desplome de la acción como ya ocurrió con la llegada de Murtra y que debían enviar señales de confianza a los inversores. Para ello llega Abril, un ex McKinsey discreto y eficaz que pone el punto de conocimiento técnico a una compañía donde los «empotrados» políticos van desde el presidente a los consejeros pasando por el director de comunicación.

Esta salida se produce apenas 20 días después de que el director general corporativo y director financiero de la compañía, Javier Lázaro -de la cuerda del anterior presidente destituido por Moncloa, Fernando Abril-Martorell- anunciara que dejará su puesto a finales de junio. Este directivo era el encargado de coordinar funciones entre los dos CEO. El anunció tuvo una reacción inmediata para la acción: un 6% a la baja.

Como viene publicando ABC, el Gobierno de Sánchez va tomando posiciones en el tejido productivo, sobre todo en empresas públicas y semipúblicas, pero también privadas. En este sentido, desde 2020 ha ido situando en los consejos de administración y equipos directivos en los que puede influir a personas afines.

El Gobierno ha aprovechado la pandemia para tomar posiciones y ha entrado en 29 empresas y ahora pretende crecer en el capital de Indra, operación que se fraguaría a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). A través de este holding público el Estado controla a otras grandes compañías como Correos y Navantia, y cuenta con participaciones en Enagás, Red Eléctrica y la propia Indra, incluidas en el Ibex 35.

La llegada a la presidencia de Indra de Marc Murtra, vinculado también al PSC, es un ejemplo en este proceso de colocación de afines a Sánchez. No obstante, este motivimiento desató una pequeña rebelión en el consejo de administración y se logró desprenderle de los poderes ejecutivos.

En el caso de la Sareb, el llamado ‘banco malo’ que se creó para absorber los activos tóxicos inmobiliarios de la banca, el accionariado de la compañía quedó en un primer momento el 54,1% en manos de bancos y aseguradoras y el 45,9% en manos del FROB, es decir, el Estado. Pero ese equilibrio ha cambiado y el FROB anunció hace menos de dos meses que ha adquirido pequeñas participaciones de aseguradoras y bancos que le permiten superar el 50% del capital del Sareb y convertirse en accionista de referencia.
Source: abc economia

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