¿Estoy pagando más? ¿Es abusivo el IRPH? Las dudas de los consumidores sobre sus hipotecas han ido a más; los vaivenes de la jurisprudencia no ayudan a aclararlas y las reclamaciones se enquistan en plataformas como Stop Desahucios y en los departamentos de Consumo. Ante este guirigay, la Dirección General de Consumo del Gobierno balear ha dado un paso al frente para intervenir en las condiciones hipotecarias, pero no de manera directa sino dando herramientas a los afectados y juristas para que sepan si pueden litigar contra los bancos. ¿Cómo? A través de una ‘app’ que medirá económicamente la ‘mala fe’ de las entidades bancarias en el momento de su firma.
La medida pionera se pondrá a disposición de los consumidores a partir de marzo y se centra en las hipotecas con IRPH, que es el segundo índice más utilizado en los préstamos para la compra de viviendas, detrás del euríbor. «Nosotros no queremos entrar en el tema jurídico pero como el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea dice que el IRPH no es transparente, ahí nosotros sí podemos entrar», avanza a ABC Fèlix Alonso, director general de Consumo de Baleares, que no descarta sanciones a las entidades. Esta herramienta financiera pretende que cualquiera pueda consultarla y ayudar a los letrados que buscan orientación del tema, «ya que muchas veces ni ellos ni el Supremo lo analizan desde una perspectiva financiera», recalca Alonso.
Consumo ha estado recabando datos y se ha dado cuenta de que el problema de raíz de las hipotecas con IRPH es de ‘comprensión financiera’ y eso genera un perjuicio para la gente. Por ello encargó un estudio que concluye, entre otras cosas, que generalmente estos contratos contenían «una redacción incomprensible, alambicada y con información parcial», y presentaban argumentos extrafinancieros como que la información estaba al alcance de los firmantes cuando en realidad no se podía acceder a ella o no la podía entender.
El estudio advierte de la afectación del «riesgo ajeno» -que el prestatario del IRPH paga intereses más altos cuando las entidades deciden apostar por clientes de más riesgo- y alerta de la cláusula freno que los bancos ponían para hacer que los prestatarios no se beneficiasen de las bajadas de los tipos.
Aplicación equivocada
«El IRPH no es bueno ni malo pero al final se convierte en una media que se aplica a la tasa de los otros», sostiene Alonso, que recuerda que el propio Banco de España dijo que para aplicarlo bien debería ser en negativo y que no se le podía sumar un diferencial.
Dos sentencias del Juzgado de Primera Instancia número 7 de Pamplona anularon este índice hipotecario ante el «perjuicio económico causado» al consumidor a principios de este año, después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) no fuera claro sobre este asunto. Sin embargo, recientemente el Tribunal Supremo (TS) volvió a dar la razón a los bancos.
«El Supremo dice que es legal, claro, pero no dice que a las administraciones públicas lo están aplicando precisamente con lo que en su día publicó el Banco de España, con un diferencial negativo, mientras a un ciudadano de a pie se lo aplican con un ‘más x’», rebate el director general, que encargó este estudio financiero a Guillem Bou, autor de los cálculos financieros en el estudio ‘La protección de los afectados por el índice de referencia de préstamos hipotecarios’ del Síndic de Greuges de Catalunya. También han participado los profesores del Departamento de Economía de la Universidad de Barcelona, Josep González Calvet y Joaquín Turmo Garuz.
Este informe que ahora abre el camino para las reclamaciones de los afectados con hipotecas fijadas con el IRPH incluye una hoja de chequeo del contrato IRPH con diversos capítulos que permiten comprobar en un primer vistazo si existe o no mala fe financiera en su contrato. Tras este estudio financiero, Baleares está pendiente de un informe jurídico, y espera tener a principios de marzo ya la aplicación en marcha. En la ‘app’, que se ubicará en la web del Gobierno balear, se podrá comprobar el posible desfase económico, y además cumplimentar una hoja de chequeo, para saber si el contrato es correcto.
Source: abc economia