Los accionistas del gigante petrolero “Royal Dutch Shell” han aprobado por aplastante mayoría la decisión de trasladar su sede a Londres desde la capital holandesa La Haya. Oficialmente el traslado es una consecuencia del Brexit, dado que la compañía tenía una doble estructura fiscal dividida entre la jurisdicción europea de los Paises Bajos y la de la isla británica de Jersey, aunque se sospecha que también ha tenido que ver la sentencia de un tribunal holandés pronunciada en mayo y que considera que tanto el gobierno como las compañías energéticas basadas en los hidrocarburos son jurídicamente responsables de los efectos del cambio climático, por no haber cumplido estrictamente sus compromisos medioambientales.
Los directivos de la compañía presentaron el plan en noviembre, argumentando que la simplificación fortalecería la competitividad y facilitaría el pago de dividendos y la recompra de acciones. Debido a esta decisión, la compañía va a tener que abandonar el título de «Royal Dutch» que ha ostentado durante más de un siglo y se convertirá en «Shell PLC».
Según los estatutos, para aprobar esta decisión se necesitaba la aprobación de al menos el 75% de los votos de los accionistas emitidos en una reunión que ha tenido lugar en Rotterdam y que ha superado con amplitud este requisito.
La sentencia pronunciada en mayo ordenó al gobierno holandés reducir las emisiones de carbono en un 45% para 2030, tal como figura en sus compromisos internacionales. Shell, que decidió recurrir el fallo, asegura que su política medioambiental no se verá afectada ni por el traslado ni por la sentencia. La nueva estructura con base fiscal británica eliminará los impuestos a las transacciones de acciones que si se aplicaban hasta ahora en la parte holandesa del accionariado
Un diputado ecologista holandés había intentado imponer un impuesto a la empresa por el hecho de abandonar el país, pero no ha logrado apoyo de los partidos mayoritarios. El gobierno holandés se ha declarado “muy decepcionado” por la decisión.
Source: ABC