Escrivá plantea subir un 0,5% las cotizaciones para pagar las pensiones del 'baby boom'

El Gobierno vuelve a recurrir a la subida de impuestos para solucionar problemas de gasto. En un país como España, con una de las fiscalidades al empleo más elevadas de Europa, la solución que da el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, al problema de la sostenibilidad de las pensiones es aumentar la contribución de empresas y trabajadores a las arcas de la Seguridad Social.

Escrivá presentó ayer a los agentes sociales el diseño del nuevo mecanismo de equidad intergeneracional que sustituirá al factor de sostenibilidad y que centra su propuesta en subir las cotizaciones en medio punto en un periodo de diez años. En vez de recortar el gasto en pensiones, Seguridad Social plantea dotar un nuevo fondo de reserva con el que tener un colchón para utilizar el ahorro y los rendimientos que genere durante esa década para atender las desviaciones de gasto previstas por la llegada del ‘baby boom’. Un ‘ejercito’ de jubilados que comenzará a retirarse en 2023 y tras largas carreras de cotización. El mecanismo propuesto por el ministro se pondría en marcha a partir de ese 2023 y hasta 2032 y la idea es que se verifique cada tres años el nivel de gasto en pensiones previsto para 2050 para ver si fuera necesario aplicar otra serie de medidas, según consta en los documentos presentados en las mesas de negociación a los que ha tenido acceso ABC.

Según los papeles del ministro, se trata de una «cotización finalista», que supondría unos 6 euros mensuales para un trabajador con un sueldo de 1.000 euros, con la que se pretende dotar una hucha que se utilizará si el gasto en pensiones se desvía de lo marcado por el «Ageing Report» de la Comisión Europea. En caso de que el gasto se desvíe de lo que la Comisión Europea considera sostenible se utilizaría el dinero ahorrado en esta hucha. En caso contrario, se devolvería vía aumento de las pensiones o reducción de las cotizaciones.

Lo cierto es que el tiempo apremia para tener listo el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional que deberá sustituir al denostado factor de sostenibilidad introducido con la reforma del año 2012. Según figura en la propia ley, el mecanismo debe estar redactado antes del 15 de noviembre e introducido vía enmienda en la reforma que ahora tramita el Congreso. La idea era que también para esa misma fecha la fórmula hubiera sido negociada, tanto con los agentes sociales como con las fuerzas parlamentarias. Pero esta tarea se antoja prácticamente imposible.

Este mecanismo ha venido generando una fuerte incertidumbre, pues aunque el ministro de Seguridad Social ha insistido en que iba a garantizar la «suficiencia» y «revalorización» de las pensiones, todo apuntaba a que el nuevo mecanismo iba a afectar al importe de las pensiones o al periodo de vida laboral, pues debe corregir el fuerte desfase que existe entre los ingresos y los gastos del sistema, especialmente en los años de mayor tensión demográfica, esto es, con la llegada al retiro del ‘baby boom’. Finalmente la propuesta del ministro se ha centrado en un aumento de los impuestos al trabajo.

Un 1% del PIB
Según cálculos de Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research, la derogación del factor de sostenibilidad supondrá un aumento progresivo del gasto del 1% del PIB, algo más de 10.000 millones, hasta 2050. El nuevo mecanismo de equidad, por tanto, deberá introducir un ajuste al menos de la misma envergadura si no se quieren aumentar los números rojos del sistema de pensiones.

Hasta el momento, el ministro Escrivá se había limitado a decir que trabajaba en un «mecanismo contingente», que se activaría solo en momentos de crisis que pongan a prueba las cuentas del sistema. «Se activará solo si la evolución de los ingresos y gastos del sistema así lo requiere» y únicamente en «los años en los que el sistema soportará más presión demográfica», con el fin de «proteger especialmente» a los jóvenes.

Unas palabras que volvieron a dirigir la mirada hacia la generación del ‘baby boom’, cuya jubilación a finales de esta década supondrán un reto demográfico sin precedentes para el sistema nacional de pensiones. El ministro ya reconoció en verano, en unas declaraciones que levantaron una fuerte polvareda, que esta generación tendría que elegir entre «trabajar un poco más» o «cobrar un poco menos».
Source: ABC

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