España, medalla de oro de la Unión Europea en desempleo juvenil

la pasada primavera España se colgó una medalla de oro que no es olímpica y, en realidad, nadie quiere. En concreto, sobrepasamos a Grecia a como el campeón del desempleo juvenil en la Unión Europea. Además de estar muy por encima de la media de paro juvenil de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), el club de las economías más desarrolladas. En concreto, la tasa de paro entre los menores de 25 años alcanzó en junio el 37,1%, según Eurostat. Los griegos que, hasta abril encabezaban este ranking, registraron en julio una tasa casi siete puntos inferior a la española (30,4%). Por su parte, según un estudio del Círculo de Empresarios a partir de datos del informe de la OCDE ‘Employment Outlook 2021’, en abril de este año, los países de la OCDE registraron un desempleo medio entre los menores de 25 años del 14% por un 38,8% de la tasa española. En concreto, esta tasa creció 7,6 puntos durante el peor momento de la pandemia (abril de 2020) alcanzando el 19% y hasta 10 puntos en el caso de España encaramándose al 42% (junio de 2020). Según recuerda esta organización internacional, este alza «es más del triple del crecimiento en la tasa de paro de los trabajadores de más de 25 años». Así pues, la crisis del Covid se ha cebado en aquellos que entraron en el mercado laboral durante la pandemia y que no lograron encontrar un empleo. En este sentido, señalan desde esta organización con sede en París, que la tasa de contratación cayó en 5 puntos en el segundo trimestre de 2020 y que, a pesar de las menores restricciones, la tasa de paro fue en mayo del 37,6% (Eurostat).

Todo ello, mientras Bruselas le ha puesto deberes al Gobierno, a cambio de recibir los 140.000 millones del nuevo fondo de rescate europeo. La
Comisión Europea exigió a la coalición de PSOE y Unidas Podemos una reforma laboral profunda, para atajar los dos grandes males de nuestro mercado laboral: el elevado desempleo entre la población más joven y la dualidad entre los fijos y temporales. Todo ello, en línea con la reforma laboral aprobada por Rajoy en 2012. La misma que la actual titular de la cartera de Trabajo, Yolanda Díaz (Unidas Podemos, UP), insiste en derogar.

En cualquier caso, el Ejecutivo ha tomado nota de cómo respiran en Bruselas y aprobó el pasado 8 de junio el ‘Plan de Garantía Juvenil Plus 2021-2027’, dotado con 3.263 millones de euros a cargo del Fondo Social Europeo (FSE) y que forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que tiene previsto dedicar 4.950 millones en iniciativas contra el paro juvenil como el programas ‘Primeras experiencias (330 millones)’ y la formación en alternancia, que combina conocimientos teóricos y prácticos (600 millones). Solo la ‘Garantía Juvenil Plus 2021-2027 ‘ contempla hasta 69 medidas, para promover la inserción laboral de los menores de 30 años. En opinión del profesor de IESE José Ramón Pin, «hay que profundizar en las medidas de la reforma laboral de 2012» y apuesta por evitar la dualidad del mercado laboral «reduciendo las indemnizaciones por despido de los contratos indefinidos y aumentando el de los temporales». Pin achaca la situación actual a la baja productividad de los trabajadores «por la organización de las empresas y el país» y a que las universidades o institutos «no preparan a los jóvenes, para los trabajos que deben realizar».

Sobre las medidas como la ‘Garantía Juvenil Plus 2021-2027 ‘, el profesor de EAE Business School José D. Canseco teme que «estemos haciendo lo de siempre: subvencionando la contratación y potenciando la contratación temporal. Por todo lo anterior, cree que es «mejor invertir gran parte de este dinero en formación de calidad» y pide que no se fíe todo al autoempleo de los jóvenes.

Desde Asempleo (Asociación de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal) reconocen que «las reformas laborales han sido útiles para ajustar las plantillas a las necesidades de cada momento». En su opinión, ahora es el momento de «reformar la entrada en el mercado de trabajo para facilitar al máximo el acceso al mismo» e insta a «aprovechar el momento de la recuperación económica de las empresas».

Pero, ¿ha llegado el rebote del empleo a los trabajadores más jóvenes? Los últimos datos apuntan en esa dirección: según el Ministerio de Trabajo, el mes pasado había registrados en las oficinas del SEPE (Servicio Público de Empleo) 262.411 menores de 25 años. Lo que supone 36.926 personas menos que en junio. Una de las consecuencias del final del último estado de alarma y la recuperación parcial de la actividad. En los últimos cinco meses, el número de parados de este grupo de edad se ha reducido en 103.992 personas. Cabe recordar que, en enero de este año, el número de desempleados de entre 15 y 24 años era de 357.123 personas.

Alta temporalidad
Una recuperación que tiene su pilar en otra de las características del empleo en España: la elevada temporalidad. En concreto, de los 1.838.250 contratos firmados durante el mes de julio apenas 165.000 fueron indefinidos. Solo el 9% de la contratación. En el acumulado de este año, ya se han cerrado 1.457.270 contratos y, en los últimos doce meses, se han firmado 302.128 contratos más (+19,67%). Para el profesor de EAE Business School, José D Canseco, «se necesitan políticas atemporales en cuento a intención o enfoque, que no venga un partido político de otro signo y lo cambie todo». En concreto, este experto , apuntó la necesidad de que la administración pública se reúna al máximo nivel con empresarios, agentes sociales y universidades «para un cambio de enfoque» que incluya modificaciones en la reforma laboral como «acomodar parte de las tipologías del trabajo». Además de modificaciones en el funcionamiento del SEPE o la relación Universidad- empresa – «necesitamos una formación muy pegada a la realidad empresarial» – y cambiar el sistema de becarios, «ya que muchos se están usando para amortizar puestos de trabajo: No se pueden sostener compañías de 70 personas con 45 becarios».

Por su parte, desde la patronal que reúne a las empresas de trabajo temporal en España, destacan que «la mayoría de los jóvenes que se insertan con éxito en el mercado de trabajo acceden al mismo a través de un contrato laboral, que acaba convirtiéndose en estable». Por este motivo, piden no confundir ‘temporalidad’ con ‘precariedad’: «Precariedad es no tener contrato, no cobrar según convenio, hacer horas extras no retribuidas o carecer de protección social para el empleo», apuntan.

Preguntados sobre la situación de muchos menores de 30 años, en Asempleo, concluyen que estamos ante «un claro desajuste entre las necesidades del tejido productivo y la formación inicial que han recibido los jóvenes». Como ejemplo, menciona la formación dual o las prácticas, aunque asegurándose de no se usen «como una forma de obtener fuerza de trabajo barata».

Más ‘ninis’ por el Covid
Ilustrativo de todo lo anterior, según el análisis del Círculo de Empresarios, es que el número de jóvenes que no estudian ni trabajan volviera a crecer en el segundo trimestre de 2020 tras años de reducción. En concreto, el crecimiento interanual fue superior al 4% en España frente al 3% de la OCDE. Todavía en el cuarto trimestre del año pasado, el crecimiento de la cifra de ‘ninis’ de entre 15 y 29 años fue del 1% de media en el conocido como ‘club de los países ricos’ mientras el alza en España superó el 1%.

Canseco (EAE Business School) explica que los denominados ‘ninis’ no contabilizan a efecto de la EPA (Encuesta de Población Activa) y aclara que «no son gente que no tenga dinero, sino que no estudia porque no quiere y no desea trabajar debido a que no le gusta o se ha rendido». En concreto, cree que se pueden recuperar hasta dos tercios de este colectivo a través de formación personalizada.

Según los datos más recientes del Ministerio de Educación, a partir de la Encuesta de Población Activa (EPA), a cierre del año pasado se encontraban en esta situación el 17,3% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años. Esto representó un repunte de 2,4 puntos respecto a 2019 y la ruptura de la tendencia descendente de los últimos años después del pico de 2013 (22,5%).
Source: ABC

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