La España rural, contra la falta de efectivo: «Es un servicio esencial para la gente mayor»

La hostelera Ruth Villa es una de las mayores damnificadas por la falta de cajeros automáticos y oficinas bancarias en Valcabado, un municipio zamorano de 400 habitantes en el que hay dos bares y una pequeña tienda de comestibles, pero ninguna oficina bancaria, ni cajero, ni datáfono en la hostelería.

Ruth lamenta que tenga que desplazarse día sí, día no, hasta la capital zamorana a buscar cambio de monedas y billetes para su bar. Al igual que ella, el resto de vecinos también sufre las consecuencias. «Es un trastorno para toda la gente del pueblo, más para la gente mayor que no tiene coche, ni movilidad, ni nada, pero nos perjudica a toda la población». De hecho, los tres negocios del pueblo también sufren indirectamente esa falta de efectivo, ya que no tienen datáfono porque, dicen, no les compensa. Y en alguna ocasión a algún cliente le ha retraído no tener dinero y verse obligado a ir a Zamora para conseguirlo.

José Luis Mulas, dueño de uno de los dos bares del municipio zamorano

Alberto Ferreras
A su juicio, disponer de una oficina bancaria o de un cajero «sería un servicio muy esencial, más para la gente mayor». En esa apreciación coincide el propietario del otro bar y concejal de Valcabado, José Luis Mulas, que reconoce que este municipio del alfoz de Zamora depende para todo de la capital provincial: «Aquí no tenemos de nada, ni botiquín, ni farmacia, ni nada». Como mal menor, los vecinos que no tienen coche disponen de un autobús que les lleva a la capital zamorana y, si no, tiran de familiares para que les consigan efectivo o bien acuden a las visitas que realiza al pueblo periódicamente un autobús adaptado como oficina móvil con cajero.

Todo ello no evita que algunos se queden sin dinero y pidan que les fíen, algo que José Luis acepta porque todos se conocen en el pueblo.

Pese a que la provincia de Zamora está en los puestos de cola en el informe del Banco de España sobre el acceso de la población al dinero en efectivo, el panorama podría ser mucho peor si no fuera por el hecho de que la entidad bancaria principal en la provincia, Caja Rural de Zamora, ha apostado por no cerrar en los últimos años ninguna de sus oficinas ni sucursales rurales, pese a que algunas de ellas tienen dudosa rentabilidad, como ocurre en todo el sector financiero. Ello se debe a que su estrategia es la de optar por un modelo de banca de cercanía que le ha permitido ganar clientes y cuota de mercado, según explican desde esa cooperativa de crédito.
Source: ABC

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