El Uber chino, último gigante tecnológico derribado por el Partido Comunista

La campaña antimonopolio con la que el Gobierno chino pretende limitar el poder de sus gigantes tecnológicos se ha cobrado una nueva víctima. Se trata de Didi Chuxing, plataforma de movilidad similar a Uber sin rival en el gigante asiático: cuenta con más de 377 millones de usuarios, 13 millones de conductores y 41 millones de operaciones diarias.

La aplicación telefónica ya no está disponible en los portales de descarga oficiales ni es accesible para nuevos usuarios después de que la Administración del Ciberespacio de China (CAC, por sus siglas en inglés) la acusara el domingo de «infringir las leyes en la recopilación y empleo de información personal». El organismo regulador ha asegurado a través de un breve comunicado haber actuado «a partir de quejas, tras verificarlas por medio de investigaciones» para «proteger la seguridad (…) de los usuarios», aunque no ha ofrecido más detalles sobre las vulneraciones cometidas por Didi.

Esta posee una enorme cantidad de datos, desde direcciones y rutas frecuentes de sus usuarios hasta grabaciones de los desplazamientos, las cuales comenzaron en 2018 como medida de seguridad después del asesinato de varios pasajeros. La tecnológica planeaba, además, potenciar esta faceta por medio de su salto al mundo de los servicios financieros, como reveló su inversión el pasado mes de marzo en el Bank of Hangzhou Consumer Finance.

Didi ha respondido, como corresponde, agachando las orejas y emitiendo un ejercicio público de autocrítica, en línea con la tradición marxista. «Agradecemos sinceramente a las autoridades por guiar a Didi a investigar nuestros riesgos, rectificaremos y nos reformaremos seriamente», ha proclamado la empresa por medio de un comunicado oficial. Por otro lado, los usuarios registrados podrán seguir empleando sus servicios con normalidad, ha aclarado.

Esta decisión llega apenas dos días después de que la CAC anunciara la apertura de una investigación contra Didi y, asimismo, la misma semana de su salida a Bolsa en el parqué de Nueva York. Sus acciones, que comenzaron a cotizar el pasado miércoles, obtuvieron una valuación total de 4.400 millones de dólares (3.700 millones de euros), la segunda mayor cifra oferta pública inicial de una empresa china en Estados Unidos, solo superada por los 21.800 millones de dólares (18.300 millones de euros) cosechados por Alibaba en 2014.

«Esta es otra señal de que, como mínimo, Pekín no permitirá que los planes de financiación de las empresas de tecnología se impongan en el camino de su regulación», ha apuntado Xiaomeng Lu, responsable de geotecnología de la consultora Eurasia, en un informe. «Estos movimientos también pueden verse como una señal de la incomodidad de Pekín con las cotizaciones en el extranjero», ha añadido.

Ya en noviembre del año pasado las autoridades congelaron a apenas 48 horas vista la salida a Bolsa de Ant Group, destinada a romper récords como la mayor de la historia. Poco después arrancó esta campaña antimonopolio, cuyas sucesivas rondas de sanciones han hecho sangre en las cuentas de gigantes como Alibaba y Meituan. Entre los afectados también se cuenta Jack Ma, el famoso magnate, cuyas críticas a los reguladores le han hecho perder el favor del Partido Comunista, la única entidad que no conoce límites.
Source: ABC

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