Sánchez llama ahora al «consenso» con los fondos europeos y Von der Leyen avisa: será un «camino duro»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho hoy una llamada al consenso de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales del país para llevar a buen puerto las inversiones del ‘Next Generation EU’, el llamado maná europeo. En la puesta de largo de la aprobación del plan presentado por España, con las críticas del mundo empresarial y político por el oscurantismo del proceso como telón de fondo, Sánchez ha alegado que «nos estamos jugando el futuro» y que el aprobado es un «plan de país», que recoge las aportaciones de «los agentes sociales y los foros de alto nivel» de diferentes sectores. Sánchez ha anunciado además que convocará en julio a la conferencia de presidentes de las comunidades autónomas -que ya han criticado la falta de información por parte del Gobierno- para «que haya el mayor consenso posible».

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, por su parte, ha destacado el «momento crucial» que atravesamos y ha pedido que  «miremos al futuro con esperanza y confianza». En un intento de marcar distancias con la gestión de la anterior crisis que generó un fuerte desapego de muchos ciudadanos con las autoridades comunitarias, la dirigente alemana ha señalado que el plan español «se ha diseñado aquí y se va a desarrollar aquí». «Los españoles van a ser los dueños de este crecimiento. Las reformas y las inversiones harán que España surja más fuerte de este plan», ha dicho. Von der Leyen ha apuntado al la modernización del mercado laboral y el impulso al empleo juvenil como palancas de este nuevo crecimiento. Y ha sido tajante: «Este es el inicio de un viaje duro. Estamos ante un desafio y una oportunidad histórica».

La firma de hoy supone la escenificación oficial al ‘ok’ del plan de recuperación presentado por el Gobierno de España, y abre la puerta a un potente paquete de inversiones de hasta 140.000 millones de euros, la mitad en créditos y la otra mitad en subvenciones, que buscan transformar la economía nacional en tan solo seis años. Al paso dado hoy le seguirán otros tantos, como es habitual en la burocracia comunitaria. El documento pasa ahora al Consejo que, tendrá un mes para analizarlo, aunque se espera que esto se produzca en la reunión de Ecofin del próximo 13 de julio.

Eso sí, las cifras no han terminado de cuadrar con las previsiones del Gobierno. España recibirá un primer anticipo antes de que acabe el año de unos 19.000 millones de euros, lejos de los 27.000 millones presupuestados por el Ejecutivo Presupuestos. «Ha sido difícil encajar todas las piezas. Estamos muy agradecidos a la Comisión. Nos parece suficiente», ha dicho Sánchez. A partir de ahora, España deberá ir cumpliendo hitos, en forma de reformas e inversiones, lo que supondrá en definitiva el «duro viaje» al que se ha referido Von der Leyen. El primer desembolso ascenderá a unos 9.000 millones.

La puesta en escena estaba hoy pensada hasta el último detalle y cargada de un fuerte simbolismo. Ni el orden en que los países han recibido el visto bueno de la Comisión, ni el escenario donde se ha fotografiado el histórico momento, ni la manera en la que ha viajado Von der Leyen, estrenando un pasaporte Covid que encierra las esperanzas de recuperación de un sector turístico agónico, han sido casuales.

Portugal, que ostenta la presidencia semestral del Consejo Europeo, fue el primer país en presentar ante Bruselas sus proyectos de inversión y ha sido también hoy el primer socio comunitario en recibir vía libre a los fondos. El lugar elegido ha sido un centro  pedagógico orientado a las ciencias y que responde a la intención de este país de revolucionar la innovación y la educación, a los que destinará 16.000 millones de euros del maná europeo.

La ‘minigira’ de la responsable alemana le ha llevado a hacer escala en España justo a continuación. Von der Leyen ha aterrizado por la tarde en Madrid y ha acudido junto al presidente Sánchez a la sede de Red Eléctrica de España (REE). Reflejo, en esta ocasión, de que cerca del 40% de las inversiones reflejadas en el plan español se orientarán a la transición ecológica. Antes de que acabe la semana la jefa del Ejecutivo comunitario también visitará Grecia, Dinamarca y Luxemburgo para anunciar el visto bueno a sus estrategias de recuperación.

Portugal, España y Grecia fueron, junto a Italia, los países más castigados por la anterior crisis financiera y su gestión -llegaron a ser llamados los PIGS-. Ahora, su puesta en primera fila para recibir unas inversiones históricas en cuanto a volumen y modo de financiación, suponen un ejemplo del profundo cambio que ha experimentado el clima político de Bruselas. «Europa va a estar al lado de España en todos los pasos del camino para poner en marcha este plan», ha dicho Von der Leyen. Por su parte, el presidente Sánchez ha destacado cómo Von der Leyen «siempre ha demostrado, y sobre todo en los momentos más duros, estar al lado de España».

Caber recordar, no obstante, que los llamados ‘países frugales’ ya dejaron constancia de sus reticencias a poner en marcha estas inversiones millonarias sin los controles suficientes y que tienen en su poder el llamado ‘freno de emergencia’, que pueden activar en caso de que las condiciones ligadas a los fondos no se cumplan. En este caso se trata de la activación de reformas estructurales, y no el cumplimiento de hitos macroeconómicos,  lo que marca la condicionalidad.

El viaje de la dirigente comunitaria se ha producido un día después de que a Unión Europea captara en los mercados los primeros 20.000 millones de euros en bonos con los que financiará el fondo de recuperación. Se trata de una emisión histórica, tanto por las proporciones -a la emisión de ayer le seguirán otras tantas hasta recabar 800.000 millones de euros- como por su estructura, pues está garantizada por el presupuesto común. Esto se traduce en que está avalada por el conjunto de países europeos aunque, después, no todas las naciones se beneficiarán por igual. Italia y España, de hecho, lo harán mucho más que otros países vecinos.

Sánchez ha señalado, en este sentido, que estamos ante «un día histórico, por lo que representan en términos de recursos económicos, pero también lo es para Europa» y que la aprobación de los primeros planes «abren la puerta a una nueva forma de entender la Unión, cooperar unidos y dar respuesta a los desafíos».

En España, sin embargo, el desbloqueo de los fondos llega en un ambiente de recelos y alegría contenida. Las críticas al Gobierno por el «oscurantismo» y la «falta de transparencia» con que se ha gestionado el proceso llegan desde el mundo empresarial, el financiero y también el político. Hay dudas también en torno al hecho de que el Gobierno, en su afán por reducir los plazos de ejecución de los fondos, pueda reducir también la competencia de empresas que optan a los proyectos. Y, sobre todo, en que la dirección de las reformas prometidas coincidan con lo esperado en la capital europea.
Source: ABC

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