La inflación de EE.UU. sube a un ritmo anual no visto desde hace trece años

Los precios subieron un 5% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, en un aumento de la inflación que amenaza con sobrecalentar la economía de EE.UU. y que divide al Gobierno de Joe Biden y a los republicanos sobre su gravedad.

Era previsible que los precios subieran después de la recesión provocada por la pandemia de Covid-19, que hundió el mercado laboral y la economía de la primera potencia mundial casi de un día para otro. Pero el aumento es muy acusado: la mayor crecida inflacionaria de los últimos trece años y con un dato especialmente agresivo: los precios en los últimos tres meses subieron un 9,7% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Los ingredientes que han contribuido a la subida rampante de precios son los avances en la vacunación en lo que va de año, la caída de las restricciones por la pandemia que afectaban a muchos sectores, la lluvia de dinero del último plan de rescate impulsado por Biden en marzo -1,9 billones de dólares- y los ahorros de los estadounidenses durante la pandemia y que ahora están más dispuestos a gastar.

Los sectores que vieron mayores crecidas de precios son aquellos que también fueron muy afectados durante la pandemia. Por ejemplo, el sector de coches usados, servicios de alquiler de coches, reservas hoteleras o viajes en avión. También se han experimentado fuertes subidas en el precio de la comida y en los restaurantes. Los datos, publicados este jueves por la Oficia de Estadísticas Laborales, añaden más presión a la Casa Blanca y a la Fed para que tomen medidas que eviten una inflación incontrolable. De momento, la posición de ambos es que se trata de una situación temporal, normal después de la recesión del año pasado y que todavía habrá más aumento de precio mientras se acoplan las cadenas de producción y la demanda de los consumidores.

Para La Casa Blanca, de hecho, el dato de inflación es «el último indicador de que las cosas se están moviendo en la dirección correcta», según dijo en Twitter Heather Boushey, que forma parte del Consejo de Asesores Económicos de Biden.

La Fed tampoco ha dado indicaciones de momento de que pretenda endurecer los tipos de forma acelerada para contener la inflación o abandonar las compras mensuales masivas de activos para reactivar la economía, como ha hecho desde el año pasado, con la mirada puesta en mejorar el mercado de empleo.

Su anterior presidenta y ahora secretaria de Tesoro, Janet Yellen, dijo el pasado fin de semana que este año la inflación podría subir en EE.UU. a niveles del 3%, por encima de la media del 2% que defiende la Fed para evitar el sobrecalentamiento de la principal economía del mundo. Habrá que ver en los próximos meses si el regulador imprime cambios en función del avance que muestren los precios este verano, en el que se espera una explosión económica.

Para los republicanos, la Fed está tardando. Así lo aseguró el senador Patrick Toomey, que reaccionó en la misma red social al dato asegurando que «es hora de que la Fed comience el proceso de normalizar su política monetaria». La crítica más común entre los republicanos es acusar a Biden de haber regado con dinero la economía del país con el último paquete de rescate, lo que está detrás de la presión inflacionaria. Y lo vinculan, además, con los planes actuales de Biden: amplios programas de gasto en infraestructuras y en bienestar, sufragados con subidas de impuestos a empresas y grandes fortunas.
Source: ABC

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