Renfe deja el AVE a La Meca en manos de otro directivo ligado al PSC

El Gobierno da el pistoletazo de salida a una nueva oleada de cambios en empresas públicas y semipúblicas. Y lo hace en el que, hasta el momento, es el mayor proyecto ejecutado por empresas españolas en el exterior: el AVE a La Meca. El consejo de administración del consorcio español de alta velocidad Meca-Medina (Ceavmm) acordó ayer el nombramiento de Alejandro Colldefors como nuevo presidente de la entidad, en sustitución de Jorge Segrelles. Un relevo impulsado por la pública Renfe, que tiene una posición de dominancia en el consejo al contar con el 26,9% del capital del consorcio y que contará con mayor protagonismo en el proyecto a partir de ahora.

La sucesión lleva horneándose semanas. Las empresas del consorcio consensuaron hace años que el mandato de Segrelles llegara a su fin cuando el proyecto entrara en su fase operacional. Y esto se produjo el pasado 31 de marzo. Desde aquella fecha, el relevo se consideraba inminente, pero no se concretó hasta ayer. Fuentes empresariales creen que detrás de este retraso se encuentran los recelos de algunos socios privados del consorcio a la designación de Colldefors, cuya candidatura se filtró hace semanas.

Según estas mismas fuentes, estos socios han puesto condiciones al nombramiento. Pautas que, sobretodo, tienen como objetivo que el nuevo presidente se mantenga al margen de toda injerencia política y se centre en el aspecto empresarial. Además, varias empresas han intentado el nombramiento de un vicepresidente en el consorcio que sirviera como contrapeso a Colldefors, algo que no se ha concretado.

Porque el nuevo presidente del AVE a La Meca tiene un marcado acento político. Licenciado en derecho por la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), Colldefors ha estado vinculado durante años al PSC. Formó parte de la lista socialista para las elecciones europeas de 2014 y de 2019 y ha ocupado el cargo de comisionado de Asuntos Internacionales del Primer Secretario del PSC.

Eso sí, el nuevo presidente del AVE a La Meca también cuenta con un amplio bagaje en el sector privado, donde se ha especializado en supervisar proyectos internacionales. Ninguno de ellos tendrá, no obstante, la envergadura de la línea de alta velocidad, que supone un servicio faraónico en el que por el momento participan 12 empresas españolas (Abengoa Inabensa, Adif, Cobra, Consultrans, Copasa, Imathia, Indra, Ineco, OHL, Renfe, Siemens Rail Automation y Talgo) y dos saudíes (Al Rosan y Al Shoula).

Precisamente la dimensión del consorcio ha sido foco de conflicto en el pasado, con varias compañías enfrentadas entre sí. Una situación con la que ahora tendrá que lidiar Colldefors, si bien no se descarta que alguna de estas empresas abandone el grupo en los próximos meses.

La explotación de la línea
El relevo se produce en un momento determinante para el proyecto, valorado inicialmente en 6.700 millones de euros. El grupo acaba de cerrar la fase preoperacional del servicio, una etapa que comenzó en 2018 y en la que, aunque circulaban trenes, todavía faltaban por culminar algunas obras.

Esta etapa concluyó el pasado 31 de marzo, cuando se anunció que habían finalizado los trabajos de instalación del sistema de gestión de tráfico ERTMS Nivel 2, lo que en la práctica permite al consorcio ofrecer servicios comerciales con todas las prestaciones tanto en velocidad (300 kilómetros hora de velocidad comercial máxima) como en número de frecuencias.

La fase operacional se extenderá durante 12 años y estará marcada por la explotación completa del AVE de los peregrinos, un proyecto con el que Renfe pretende potenciar su presencia exterior. «La nueva presidencia tendrá como principal objetivo la adaptación de Ceavmm a esta nueva etapa, que requerirá un mayor protagonismo de las empresas operadoras del Consorcio y, en particular, de Renfe y Adif», explicó ayer el consorcio un comunicado.

La salida de Segrelles, en el puesto desde 2016 y cuya candidatura impulsó Adif durante el gobierno de Rajoy, estaba por tanto descontada. Porque el directivo fue designado para capitanear la fase de construcción del servicio, si bien finalmente también se mantuvo en el puesto cuando comenzó la fase preoperacional hace tres años.

Pese a la complejidad del proyecto, el consorcio ha logrado mantener bajo su mando unas buenas relaciones con el cliente saudí, como prueban los tres «settlement agreement» (acuerdos principales) logrados durante estos años. Además, ha logrado solventar importantes escollos técnicos ligados al terreno, como los bancos de arena que se formaban alrededor de la línea, que complicaron la construcción de la línea y dificultaban la visión de los maquinistas cuando echó a rodar la fase preoperacional del proyecto.

Pero no solo ha habido obstáculos desde el punto de vista industrial. El AVE a La Meca ha estado bajo la lupa política desde que se conociera que la Fiscalía del Supremo había asumido una investigación para determinar si el Rey Juan Carlos I recibió comisiones en la adjudicación del proyecto, producida hace ya diez años. Un proceso que fue utilizado por Unidas Podemos para cuestionar, desde el seno del Gobierno, la legitimidad de la línea.

Ayer, Segrelles se despidió del proyecto deseando al nuevo presidente «los mayores éxitos al frente del proyecto, que serán los del Consorcio» y mostrando su gratitud a las empresas accionistas y a los miembros del consejo de administración por el apoyo a su equipo y gestión durante su presidencia. «Afronto con ilusión esta nueva fase de un proyecto que se encuentra a la vanguardia tecnológica del sector ferroviario», opinó por su parte el nuevo presidente del conglomerado público-privado.

La hoja de ruta de Sánchez
La sucesión se produce apenas unos días después del asalto a la cúpula de Indra llevado a cabo por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), un proceso que finalmente solo se pudo completar en parte por la oposición del resto de accionistas de la compañía.

En este caso el Gobierno, a través de Renfe, sí ha podido encumbrar a su candidato, pese a los recelos de sus socios. Fuentes cercanas al consorcio aseguran que son dos perfiles distintos, ya que mientras Murtra apenas contaba con experiencia empresarial Colldefors acredita una carrera en el sector privado más amplio y, además, especializada en proyectos internacionales.

Como fuese, el nombramiento producido en el AVE a La Meca sirve para ensanchar la cuota de poder del PSC, un partido que en los últimos años se ha hecho con el control de compañías públicas o semipúblicas estratégicas para la economía española en general y catalana en particular. Todo apunta, además, a que el peso de la formación en otro tipo de empresas públicas seguirá creciendo en el futuro.

Tal y como adelantó ABC, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene previsto iniciar una marcha de nombramientos en los próximos meses, tanto dentro del Ejecutivo como en determinadas empresas públicas. Un proceso con el que se premiará a socialistas catalanes afines a figuras como el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, y al exministro de Sanidad y actual líder de la oposición catalana, Salvador Illa. El AVE a La Meca puede ser la primera parada de este nuevo camino.
Source: ABC

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