España, por debajo de la media de la OCDE en libertad económica y de empresa

España se sitúa entre los países con peor índice de libertad económica dentro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) . Concretamente en la posición 26 de 37 de entre estas naciones, 18 de la UE, y en el puesto 39 a nivel mundial. Aunque a nivel global escaló diecinueve puestos en el último año, según el Informe de Libertad Económica (ILE) que publica cada año la fundación Heritage y que es editado en nuestro país por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), un think tank de CEOE.

Es decir, que nuestro país ocupa una posición baja en cuanto a libertad económica entre los países desarrollados, con un índice cinco puntos por debajo de la media de la OCDE y detrás de naciones como República Checa y Letonia, territorios comunitarios que se abrieron al capitalismo hace menos de 30 años. Aunque el documento considera a España como un país de libertad económica «moderada».

Para realizar la medición, el informe recoge cuatro grandes pilares: el imperio de la ley (derechos de propiedad, la efectividad judicial y la ausencia de corrupción) , el tamaño del Estado (carga impositiva, el gasto público y la fortaleza presupuestaria y salud fiscal) , la eficiencia regulatoria (libertad de empresa, flexibilidad laboral y libertad monetaria) y la apertura de los mercados (libertad comercial, libertad de inversiones y libertad financiera). De todas estas subcategorías, España solo supera la media de la OCDE en tres de ellas: libertad inversora (85 puntos), libertad comercial (84 puntos) y libertad monetaria (83,5) .

Estos indicadores también han sido diferenciales durante la pandemia. Así, los países con más libertad económica de la clasificación presentaron una contracción media del PIB del 4,1%, frente al 7,5%, de los países con libertad económica moderada o baja. En el caso de España se acusó un descenso del 11%, especialmente por las restricciones a la movilidad que paralizaron el turismo, sector clave para la economía nacional.

«Asimismo, este índice demuestra que la libertad económica conduce a un mayor crecimiento de la economía. Desde el inicio de esta publicación en 1995, los países en los que la libertad económica ha han crecido, en media anual, un 2,6%, mientras que, aquellos donde se ha reducido la libertad económica, presentan un crecimiento medio del 1,7%», señala el IEE.

En la parte alta de la clasificación, Singapur (89,7 puntos) Nueva Zelanda (83,9) Y Australia (82,4). Por su parte, Estonia y Dinamarca, con el octavo y el décimo puesto respectivamente, son los países de la UE mejor clasificados en el ranking.

Trabas
A destacar, la mala posición de España en cuanto salud fiscal, donde ocupa el puesto 34 entre los 37 países de la OCDE. «De poco sirve que los impuestos sean bajos si el gasto es artificialmente elevado y la brecha deficitaria se cubre con cargo al endeudamiento público, puesto que esto solo implica trasladar los impues- tos de hoy a mañana y generar una montaña de obligaciones que irá creciendo con el tiempo», señala el documento.

Aunque el informe sobretodo pone en evidencia la posición de nuestro país entre todos ellos en el ámbito de la libertad de empresa, donde ya es el sexto país que más trabas pone a la actividad empresarial «siendo esta una variable especialmente relevante y que hace referencia a la capacidad de abrir y gestionar una operativa empresarial sin interferencias ni injerencias indebidas por parte del Estado».

Concretamente, España tiene una puntuación un 14% inferior a la del promedio de la OCDE y un 9,5% inferior a la media de la UE. «Además, preocupa la deriva que ha experimentado en este sentido en los últimos años, principalmente a partir de 2017» abunda el IEE, que también apunta la pérdida de quince puntos en este factor durante la última década.

De cara a mejorar en este sector, el IEE recomienda que se efectúen reformas para evitar la imprevisibilidad y la inseguridad jurídica, «ya que son factores del riesgo regulatorio, que perjudica la eficiencia de los sectores, afectando a empresas y usuarios», e incide en la importancia que tienen a la ahora de atraer inversores, sobretodo en el caso de las inversiones extranjeras.
Source: ABC

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