Son muchos los motivos que pueden llevar a los jóvenes a abandonar sus estudios y más cuando forman parte de grupos con un alto riesgo de exclusión social. Resulta decisivo en estas edades fomentar su interés por mantener su formación y el posterior acceso al mundo laboral. De esta forma se conseguiría llegar a los objetivos marcados por la Unión Europea para nuestro país. Según datos del INE, en el año 2019, el porcentaje de jóvenes de entre 18 a 24 años que tiene como máximo el título de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) se situó en el 17,3%. Los datos reflejan que el 13% de las mujeres de dichas edades han abandonado el sistema educativo de manera prematura en 2019, frente al 21,4% de los hombres. Los números de Eurostat hablan de esta cifra de abandono masculino como la más alta de todos los países de la UE, y la de mujeres rebasa en 5,1 puntos la media europea. «En España la tasa de abandono escolar se multiplica por tres en ambientes complicados y socialmente más desfavorecidos, la más alta de Europa, con lo que la contribución del sector privado para reducirla es crucial y para nosotros es una pieza clave», explica Angels Ucero, Global Management System Director de Cellnex.
Riesgo de exclusión
Ante esta realidad, la compañía española de infraestructuras de telecomunicaciones lanzó el año pasado el programa «Youth Challenge Cellnex», gestionado con United Way y varias entidades educativas y organizaciones públicas para prevenir el abandono escolar temprano. «El programa se dirige a un colectivo de jóvenes con un altísimo riesgo de exclusión social con el objetivo de fomentar su interés por continuar formándose y acceder al difícil mundo laboral. Para nosotros resulta muy enriquecedor porque nos permite entrar en contacto con esta realidad complicada de jóvenes que, en muchos casos, están aislados de su contexto familiar, desconectados de la comunidad», indica Toni Brunet, director de Asuntos Públicos y Corporativos de Cellnex.
Un grupo de 64 jóvenes de entre 16 y 21 años de un instituto cercano a la sede corporativa de Cellnex en Barcelona fue el primero en participar en el programa el curso pasado. Junto a los voluntarios, profesionales de Cellnex, y el equipo docente del centro, buscaban un doble objetivo: acompañar y formar a estos jóvenes en un contexto social complicado para reducir el abandono escolar, ofreciéndoles una conexión directa con el entorno laboral que les animara a seguir estudiando y a aumentar la empleabilidad a través de la formación. Tras 19 actividades y más de 800 horas de formación y mentoría, el 89% de los estudiantes aseguró que el mentor les ayudó a querer seguir con los estudios.
Visita a una de las salas técnicas de Torre CollserolaLos voluntarios de Cellnex se encargaron de dirigir un proceso de «mentoring» que, en última instancia, persigue fomentar vocaciones STEM entre los jóvenes, estableciendo un vínculo entre la actividad de Cellnex y su impacto social. «Los voluntarios ponen su talento al servicio, no solo de nuestra empresa, sino también de la comunidad donde viven, porque al ser un instituto cercano a escasos diez minutos andando de una de nuestras sedes corporativas, fomenta el orgullo de pertenencia a la comunidad y a la empresa», señala Ucero.
Un «sentido del propósito» que traspasa fronteras
Además del «mentoring», uno de cuyos pilares es la mejora de la autoestima y la visión de futuro, los alumnos disfrutan de ponencias o sesiones formativas por parte de expertos de Cellnex y visitan centros operados por la empresa, pudiendo participar también en talleres de aprendizaje activo.
Cellnex, que forma parte de varios índices de sostenibilidad de referencia y está adherida al Pacto Mundial de la ONU o a la iniciativa climática SBTi, ultima los detalles de la renovación de su Plan de Responsabilidad Corporativa para el período 2021-2025, uno de cuyos principales retos será extender su «sentido de propósito» a los ocho países en los que está presente. El grupo tiene un compromiso de gestión sostenible y participa en numerosos proyectos de carácter social.
Source: ABC