Sin acuerdo sobre el SMI: El entendimiento entre Sánchez y la CEOE incendia a los sindicatos

Termina sin acuerdo y con pocos avances la reunión del diálogo social para tratar el nivel del salario mínimo en 2021. Aunque los ánimos sí que comienzan a desgastarse. Los sindicatos están descolocados, no entienden cómo el ala socialista del Gobierno se ha alineado con la patronal y su propuesta de congelar el salario mínimo en 2021 y da, así, la espalda a UGT y CC.OO, sus naturales aliados. Y no se quedarán de brazos cruzados, están «incendiados», y la reunión de ayer fue la constatación de este cambio en las fuerzas del diálogo social.

Según fuentes de las negociaciones, de confirmarse que el indicador se mantiene el año próximo en 950 euros mensuales, las relaciones con el Ejecutivo de Sánchez quedarán tocadas. En la reunión de hoy, que ha terminado sin otra cita de momento en el calendario a la espera de sea propuesta mañana, básicamente se han afianzado las posiciones marcadas la semana anterior. Fuentes del ministerio de Trabajo aseguran que intentarán seguir negociando para encontrar el consenso, aunque fuentes empresariales remarcan que no moverán ficha.

Como ya informó ABC, la paz social ya no está asegurada en un momento el que el acuerdo en el diálogo social será clave para sacar adelante con éxito las reformas que Europa exige a España como condición para recibir los millonarios fondos para luchar contra la crisis. Fuentes de las negociaciones aseguran que los dirigentes sindicales, Pepe Álvarez y Unai Sordo, no va a aceptar que se congele la referencia salarial para más de 1,5 millones de trabajadores cuando tienen el compromiso del Gobierno de que llegue al 60% del salario medio al final de la legislatura, cuando debería situarse entorno a los 1.100 euros al mes.

Sostienen que esta congelación no puede producirse porque el salario mínimo afecta sobre todo a los asalariados del campo y a los menos cualificados de los servicios, «que son los peor tratados por la crisis generada por la pandemia». Justo lo contrario que defiende la patronal, que entiende que subir ahora esta referencia daría la puntilla a pymes y autónomos de los sectores más afectados por el Covid-19. «La debilidad de los precios ha permitido ganancias del poder adquisitivo», insisten. Y esta es la posición que han mantenido hoy durante la reunión.

Tampoco en el Gobierno ha habido cambios de posición. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, sí que ha mostrado hoy sus cartas con más claridad de lo que había hecho hasta ahora y ha asegurado en una entrevista en televisión que lo sensato es «esperar a tener la recuperación económica enfilada en 2021» para aprobar una subida del salario mínimo. Mientras, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha redoblado su apuesta por la subida: «Sería muy preocupante que las empresas no pudieran asumir «una subida de apenas nueve euros al mes», lo que equivale a un alza del 0,9%. «Trabajo está muy preocupado por las empresas, pero también por ese 1,5 millones de trabajadores que se verían afectados para mal por la no subida del SMI», aseguró ayer Díaz.

Pero lo cierto es que Unidas Podemos ha afrontado la batalla del salario mínimo con la tranquilidad de quien sabe que va a obtener un éxito seguro. Tanto si lograba arrancar esta ganancia de poder adquisitivo de los salarios mínimos, como si no, el rédito político iba a ser positivo para una formación que ha logrado envolverse en esta bandera frente a sus socios del PSOE. De ahí que la ministra Díaz no haya cejado en su intento pese al posicionamiento del presidente. «Sí, somos muy cabezones para que se cumplan los acuerdos firmados», aseguraba el pasado sábado el vicepresidente Pablo Iglesias, refiriéndose a la conversación en los pasillos del Congreso con la portavoz María Jesús Montero, que le pidió que no fuese «cabezón» en relación con el corte de suministros o los desahucios, que finalmente llegan hoy al consejo de ministros. Airear los desacuerdos en el seno de la coalición está resultando una exitosa estrategia en términos políticos para los la formación morada y de ahí que también con el salario mínimo o la derogación de la reforma laboral vayan a mantenerla intacta.
Source: ABC

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