Tras dos años de tira y afloja con el principal accionista, Amber Capital, Javier Monzón abandona la presidencia del grupo Prisa. Su destitución ha sido fulminante, tras la celebración esta mañana de la junta de accionistas de la compañía. Además, queda anulado el consejo de administración previsto para las 16.00 horas de hoy por el propio Monzón, donde quería anunciar su dimisión. Según ha podido saber ABC, Amber y Telefónica, accionistas de referencia del grupo de medios, han forzado su salida para «profesionalizar la gestión, y poner en valor la compañía». Según los estatutos del grupo, una vez cesado, las competencias del presidente recaen de manera automática y transitoria en el vicepresidente, el dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian.
El fondo americano logró introducir en el último momento, un punto en el orden del día de la Junta Extraordinaria de Accionistas de esta mañana para destituir a Monzón.
Precisamente, el propio Monzón se pronunciaba sobre este asunto en dicha junta, que ha estado salpicada de continuas dificultades técnicas que han retrasado su celebración y han complicado su seguimiento de forma telemática. En concreto, aseguraba ante sus accionistas que, tras conocer la propuesta de un accionista -Amber Capital- para que abandone la presidencia de Prisa, convocaba un Consejo de Administración a partir de las 16.00 horas de hoy, en el que tenía previsto tratar además el asunto de su destitución, «de forma ordenada» y teniendo en cuenta la opinión del resto de los socios accionistas aunque no estén sentados en el consejo.
El dueño de Amber Capital se ha mostrado partidario de la salida de Monzón de Prisa desde poco después de que fuera designado como presidente. De hecho, ya expresó su malestar en verano de 2019 después de que fuera imputado -la causa se archivó posteriormente- dentro del caso Púnica. Sin embargo, según las mismas fuentes, tanto para Amber como para Telefónica la gota que colmó el vaso f
ue la oferta presentada hace un mes por el empresario Blas Herrero
por el área de medios de Prisa, ya que la compañía estaba abocada a sufrir tanto el deterioro de su imagen como su profesionalización, lo que repercutiría en el interés de sus accionistas.
Source: ABC