El coronavirus no solo ha convertido 2020 en el «annus horribilis» del transporte de pasajeros, sino que también está lastrando la puesta en marcha de futuros proyectos. Entre ellos, destaca la apertura del mercado de la alta velocidad, que era vista como la oportunidad para incrementar el uso del tren y ahora arroja más dudas que certezas.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto de manifiesto esa incertidumbre, al publicar una resolución en la que expone que la capacidad (circulación por las vías, acceso a las estaciones…) caerá el año que viene en comparación con 2019. Y esto será así porque la entrada de competidores «no será suficiente para compensar la reducción de la capacidad por parte de Renfe Viajeros, que prevé una recuperación más lenta de los tráficos de larga distancia, incluyendo los de alta velocidad, dado el impacto del cambio de patrón de los viajeros y del teletrabajo en los viajes de negocio». Competencia asegura que Renfe ha solicitado unas frecuencias muy inferiores respecto a las comprometidas inicialmente con Adif, un extremo que ha sido confirmado por este periódico.
El administrador ferroviario adjudicó tres lotes para organizar la apertura del mercado, diferenciados por el número de frecuentas contenidas en cada uno. Renfe se quedó con el primero de ellos, y se comprometió inicialmente a cubrir el 86% de la capacidad ofrecida en este paquete. El segundo lote se adjudicó a un consorcio formado por Trenitalia e Ilsa y el último se lo llevó la francesa SNCF.
Adif pretendía con este sistema maximizar el uso de la red de alta velocidad. De hecho, suponía un aumento del 65% de su capacidad. Sin embargo, la pandemia ha echado por tierra estos planes, porque Renfe finalmente ha solicitado menos surcos (frecuencias) de los acordados y Trenitalia no empezará a competir en España al menos hasta 2022.
Una estrategia para las tasas
La propia CNMC reconoció hace unos meses que si bien la pandemia no justificaba por sí misma una modificación de los acuerdos marco firmados por Adif y los operadores ferroviarios, debía ser tenida en cuenta a la hora de facilitar estas modificaciones. El coronavirus ya obligó hace unos meses a retrasar la llegada a España de SNCF, que estaba prevista para diciembre y finalmente se producirá en marzo de 2021.
En este contexto tan complejo, Competencia ha propuesto a Adif que posponga los incrementos previstos en los cánones, las tasas que cobra a los operadores ferroviarios por utilizar sus vías. A cambio, el organismo dirigido por Cani Fernández propone que el Gobierno compense la pérdida de ingresos del administrador ferroviario. Tal y como refleja la CNMC, los cánones representan el 50% de los ingresos de Adif y el 57% de los de Adif Alta Velocidad.
La resolución publicada este miércoles por la CNMC también afea al Gobierno la falta de planificación con estas empresas, ya que los cánones siguen fijándose año a año pese a que la ley del sector ferroviario estipula que debe haber una estrategia a medio plazo para fijar estas tasas. Según Competencia, esta falta de planificación genera «una importante incertidumbre» tanto para Adif como para las empresas ferroviarias.
Source: ABC