El tejido empresarial se desangra y pierde 100.000 negocios en un año

La gestión de la pandemia sigue devorando empresas en España. Cuando a duras penas, y de forma muy lenta, nuestro país recuperaba músculo empresarial, el mes de agosto, muy marcado por el turismo, dejó una sangría de 8.184 empresas. Tras este desplome son ya 100.000 los negocios arruinados en un año (agosto de 2019-agosto de 2020).

El parón económico primero, y el escaso respaldo de las ayudas después, ha terminado provocando la asfixia de empresas, especialmente microempresas y autónomos empleadores, pequeños negocios que son la base del tejido productivo. Muchas se han visto obligadas a despedir a todos sus trabajadores y a bajar sin remedio la persiana. Son la parte más frágil de todo el tejido productivo y su capacidad para sobrevivir sin ingresos y sin actividad es muy limitada en una recesión en la que han tenido un respaldo frágil si se compara con el recibido en otros países europeos. El apoyo a las empresas ha sido, por ejemplo, seis veces menor que en Alemania y la mitad que en Francia o Italia (medido en tanto por ciento del PIB). Y este respaldo al tejido productivo será decisivo para activar la recuperación económica.

En el último día de agosto había

1,39 millones de empresas con cuenta de cotización en la Seguridad Social, la cifra más baja desde 2013, año en el que España aún estaba luchando por salir de la recesión. Las cuentas de cotización son un indicador similar al que mide la afiliación; refleja la marcha de la actividad empresarial y también es un termómetro que da una idea de cómo marchan los ingresos de la Seguridad Social, un organismo afectado por un déficit que ya a finales del mes de junio rondaba la cifra histórica de 27.000 millones de euros, por encima del 2,37% del PIB -más del 2% previsto para todo el año-, y una deuda que este año alcanzará los 100.000 millones.

Los datos del departamento que dirige José Luis Escrivá constatan que el mundo de la empresa está muy tocado. Durante los primeros dos meses de la pandemia (marzo y abril), un total de 142.000 empresas dejaron de cotizar, un descalabró nunca visto antes en la historia. A medida que fueron avanzando las fases del desescalamiento por distintas partes de España, en mayo, junio y julio, la actividad empresarial comenzó poco a poco a reactivarse y en este periodo la Tesorería de la Seguridad Social recuperó cerca de 55.644 empresas cotizantes.

Pero la debacle del turismo se ha dejado sentir en el empleo y en la destrucción de empresas en agosto (8.184 menos), en consonancia con lo que ha ocurrido en el sector turístico, que anota los peores resultados que se recuerdan. Las regiones más afectadas son también las más turísticas. Cataluña perdió 239.062 empresas, Andalucía 230.682, Madrid, 193.629 y Valencia 150.080.

Habrá un antes y un después del 12 de marzo de 2020 en el mercado laboral. Desde entonces se ha desandado mucho de lo avanzado en los últimos años, un revés sin precedentes de todos los indicadores económicos. El creciente número de rebrotes de contagiados por Covid-19 por toda España y las nuevas medidas restrictivas que se han ido adoptando por las administraciones para intentar frenarlos están, sin duda, detrás de la pérdida de fuelle en la esperada recuperación del mercado laboral.

Los datos de la Seguridad Social son solo un anticipo del impacto que se espera en el empleo, según las fuentes empresariales consultadas por ABC, una realidad que no se conocerá hasta que concluya la vigencia de los ERTE por fuerza mayor, que afectan todavía a cerca de 800.000 y se han prorrogado hasta el 31 de enero. En este último caso no trabajan pero siguen cotizando a la Seguridad Social porque su empleo solo está suspendido. Hoy el servicio de empleo registra casi 4 millones de desempleados.

El pasado septiembre, a escasas horas de que expirara el plazo para que dejaran de estar en vigor los ERTE, el 30 de septiembre, el Gobierno aprobó una nueva ampliación hasta 2021. Hoy están prorrogados los expedientes de regulación temporal de empleo por fuerza mayor para determinados sectores económicos, aunque se han puesto en marcha otras dos figuras más, los ERTE de impedimento de la actividad y los ERTE de limitación de actividad, a las que podrán acogerse todas las empresas, sean del sector que sean, y que contemplan exoneraciones muy elevadas, que en algunos casos llegan hasta el 100%.

De momento, los datos de afiliación de septiembre reflejan que el mercado laboral sigue desacelerándose. En septiembre la Seguridad Social apenas ganó 3.224 nuevos afiliados, la cifra más baja en este mes desde 2013 último año de destrucción de empleo de la crisis. Con ello, en los últimos doce meses se han creado 460.739 empleos hasta sumar un total de 19.332.451 trabajadores cotizando. Este ritmo de creación interanual de empleo baja al 2,44% cuando hace un año la ocupación crecía a una velocidad cercana al 3%. Si bien, en términos desestacionalizados, que reflejan mejor la tendencia del mercado, la afiliación creció en septiembre en 32.811 personas.

Como corresponde a un mes de septiembre los sectores de la hostelería y el comercio lideraron la destrucción de empleo con 44.346 y 34.330 cotizantes menos que en agosto, mientras que la educación, las actividades administrativas y servicios a las empresas y la industria ganaron 45.521, 21.681 y 11.88 afiliados, respectivamente.
Source: ABC

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