ACS cambia de rumbo para centrarse en las infraestructuras

Golpe de timón en ACS. El grupo ha puesto a la venta la mayor parte de su división industrial, un segmento donde está integrada la joya de la corona, Cobra. Una decisión ha llamado la atención de la francesa Vinci, que ya ha presentado una oferta no vinculante de 5.200 millones de euros. La propia ACS ha reconocido la proposición en un comunicado remitido a la CNMV en el que aseguraba que «esta propuesta ha sido examinada por el consejo de administración, que ha decidido continuar las negociaciones».

Las conversaciones entre ambas partes, adelantadas por «Cinco Días» están por tanto bien encauzadas, aunque aún no han llegado a buen puerto. Si finalmente lo hacen, deberán contar con el visto bueno de las autoridades de competencia. El mercado ha aplaudido la operación y las acciones de ACS se dispararon un 25,85%, hasta los 23,42 euros por título.

La venta incluiría, además de las actividades de ingeniería y obras, las participaciones en ocho concesiones y proyectos principalmente de energía, así como la plataforma de desarrollo de nuevos proyectos en el sector de energía renovable. Eso sí, quedarían fuera Zero-E (creada el pasado año y que concentra la cartera de activos renovables del grupo) y 15 concesiones, según el comunicado remitido por ACS a la CNMV. De los 5.200 millones ofrecidos por Vinci, 2.800 vendrían en metálico. El resto se podrían compensar con acciones, lo que convertiría a la multinacional española en uno de los grandes accionistas del grupo francés.

La división industrial contaba a cierre de 2019 con una cifra de negocio cercana a los 6.300 millones. Es la rama de la empresa que se dedica al desarrollo, mantenimiento y operación de infraestructuras energéticas, industriales y de movilidad y está sostenida por dos compañías: Cobra y Dragados Industrial. La primera ha convertido a ACS en una referencia en el negocio de los servicios a «utilities». Fundada en 1948, Cobra se ha especializado en el mercado de las energías renovables, donde se ha convertido en un gigante del sector.

Refuerzo contra el Covid-19
Con la puesta a la venta de la división industrial, ACS se enfocaría en el negocio de las infraestructuras. Una vuelta a los orígenes de la compañía, que se acaba de adjudicar la construcción de la nueva terminal del aeropuerto de San Diego (Estados Unidos) por casi 2.000 millones de euros.

En el ámbito financiero, la venta permitiría reducir la deuda, que había crecido en la primera mitad del año por el pago de una serie de obligaciones provocadas por la salida de su filial australiana, Cimic, de Oriente Medio. Además, supone un balón de oxígeno para la tesorería del grupo, que ha sufrido el impacto del coronavirus. El hecho de que Vinci ofrezca 2.800 millones ya en metálico es toda una declaración de intenciones.
Source: ABC

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