No hay prisa, los Estados del euro podrán seguir generando déficit para financiar las medidas de impulso de la economía tras la parálisis forzada por la pandemia. El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, ha asegurado que hay un «amplio consenso» en el bloque al respecto y que los límites de déficit que establece el Pacto de Estabilidad seguirán suspendidos hasta al menos 2022.
«No habrá final concreto ni abrupto de las medidas y, en general, la política fiscal seguirá apoyando al a economía», dijo después de la conferencia de ministros europeos de Finanzas en Berlín. También la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se pronunció a favor del mantenimiento de la respiración asistida y, a pesar de que las previsiones de la entidad están mejorando y el pronóstico de crecimiento para este año ha sido corregido a una caída de solo el 8%, en lugar del 8,7% calculado en junio, ha llamado a los ministros de Finanzas a no caer en la «complacencia» y a no perder de vista que la recuperación que muestran los datos hasta ahora es «desigual, incompleta y asimétrica». «Nuestra política monetaria necesita el apoyo de la política fiscal», les dijo a los ministros, a los que describió un panorama todavía «dominado por la incertidumbre».
El comisario de Economía Paolo Gentiloni estuvo de acuerdo en que «sería más perjudicial retirar las ayudas a empresas y familias demasiado pronto que demasiado tarde» y se mostró contrario a devolver su vigencia a las reglas de reducción de deuda y déficit que establece el Pacto de Estabilidad. «2021 no será todavía el momento de volver a la estabilidad», dio pistas sobre el posible final de la crisis el director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), Klaus Regling.
Danohoe se limitó a decir que trabajará «de cerca con el comisario para elegir el momento correcto» en el que recuperar la normativa comunitaria. «Todos somos conscientes de vigilar las finanzas nacionales dentro de cada Estado miembro y de volver a la senda de la sostenibilidad, pero lo correcto ahora es llevar a cabo políticas presupuestarias que apoyen el empleo», dijo, «hay que tener el máximo cuidado para no dañar la recuperación, la transición desde el estado actual excepcional a la nueva normalidad es un reto que precisa buena gestión».
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, se mostró abiertamente contrario a la idea de fijar una fecha para recuperar las normas presupuestarias porque «no enviaría la señal correcta». «Nadie sabe cuándo se va a acabar la crisis y nadie sabe cuándo tendremos acceso a una vacuna», justificó invitando a sus homólogos a «combinar el desafío sobre la salud pública y la necesidad de una recuperación económica». «Sería extraño definir la vuelta de las normas fiscales antes de saber cuándo acabará la crisis. Hasta que no haya un conocimiento absoluto sobre el final de la crisis, es inteligente no definir un marco que sea demasiado rígido», insistió, con el asentimiento por parte del ministro alemán Olaf Scholz, anfitrión de la conferencia y centrado en su papel de mediador en este semestre de presidencia alemana por turno.
Dado el momento crítico que atraviesa la negociación Brexit, el Eurogrupo aprovechó la reunión para ponerse al día y lanzar una nueva advertencia a Londres. Fue Donohoe el encargado de recordar al gobierno británico de Boris Jonson que respetar el acuerdo Brexit es un «prerrequisito» para que ambas partes puedan cerrar también un pacto sobre su futura relación comercial antes de que acabe el año.
Se refería a la polémica ley que Londres quiere aprobar y que pone en duda varias disposiciones del acuerdo previo, incluido el protocolo para proteger los Acuerdos de Viernes Santo en el Úlster. Y Holanda avanzó por su parte que espera nominar al supervisor de su Banco Central, Frank Elderson, para ocupar la plaza libre en el comité ejecutivo del BCE. El ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, subrayó que su país quiere volver a estar presente en el gremio y que Elderson «es un candidato excelente y tenemos intención de nominarle». La plaza quedará libre en diciembre, con la marcha del luxemburgués Yves Mesch.
Source: ABC