El descontento social al alza amenaza con dar la puntilla a España

El riesgo de que la dura crisis económica que vive España se convierta también en una torbellino social aumenta por momentos. El fuerte desplome del PIB unido al crecimiento del desempleo suponen un cóctel explosivo de cara a la estabilidad del país y así ha quedado patente en la actualización del «Mapa del riesgo político 2020» que elabora la consultora de riesgos Marsh. La compañía explica en su análisis que el duro impacto de que la pandemia ha tenido en la estabilidad económica de España puede incrementar el «descontento social», y pone como ejemplo de lo que puede estar por venir el cierre de la planta de Nissan en Barcelona, que el pasado mes de mayo ya originó «protestas» y «actos violentos» por la pérdida de 3.000 empleos.

Las conclusiones de Marsh son seguidas por inversores de todo el mundo, tanto en este como en su otro gran informe anual, el que analiza los «Riesgos Globales» y que se presenta en el Foro de Davos. Respecto a España, la consultora destaca que nuestro país ha tenido que encajar un recorte del 14% de la producción, lo que supone «el descenso más acusado de todos los países de la OCDE» y un «considerable» deterioro fiscal que supondrá un crecimiento del déficit hasta el 12% este año frente al 2,8% de 2019. Un desfase que obligará a elevar la deuda hasta el 110% del PIB, frente al 95% de 2019.

Además, incide en que esta situación acarreará un incremento de la deuda pública hasta el 110% del PIB en 2020, frente al 95% al cierre de 2019, lo que se complica debido a que la pandemia ha afectado a dos de los sectores con más peso en nuestra economía: el turismo y la automoción. Para Diego Fernández, responsable de riesgo político de Marsh en España, este es uno de los focos de riesgo más importantes. «La industria de fabricación de automóviles representa el 10% del PIB de Cataluña y podrían producirse nuevos recortes de empleo en el sector en los próximos meses. Todo ello sin olvidar un posible resurgimiento de las tensiones independentistas», apunta.

El enorme gasto social es otro de los grandes desafíos, así como el acompañamiento a las empresas sobre todo de los sectores más afectados. Algo que, según Fernández, conduce necesariamente a una subida de impuestos. «El aumento del gasto social exigido por parte del Gobierno, en un entorno de menor crecimiento económico, será complicado de materializar sin un considerable incremento de la presión impositiva. La negociación de los Presupuestos, la reforma laboral y las exigencias de los partidos nacionalistas pondrán a prueba en los próximos meses la resiliencia del ejecutivo», asegura. añadió. Ante esta situación, el salvavidas de España vuelve a estar en Bruselas. Según remarca Fernández, el programa de ayudas del que España recibirá 140.000 millones, con una importante cantidad en ayudas directas es una gran oportunidad para nuestro país.
Source: ABC

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