El escándalo Wirecard entra en campaña electoral

¿Quién en el gobierno de Merkel estaba al tanto de los chanchullos de Wirecard? Esa es la principal cuestión que tratará de resolver la comisión parlamentaria de investigación que va a constituirse para tratar el caso. El mayor escándalo financiero del índice bursátil DAX 30 estaba hasta ahora en mano de una comisión interna de Finanzas, pero en año electoral presenta potencial político y apuntará directamente al hombre que ha forzado un adelantado pistoletazo de salida al anunciar su candidatura, el ministro de Finanzas Olaf Schozlz.

En particular, los parlamentarios se centrarán en el órgano supervisor financiero Bafin, que está subordinado al Ministerio Federal de Finanzas y que ha estado ciego desde 2015, fecha en la que ha sido ya probado que Wirecard estaba reportando ganancias ficticias. El pasado mes de junio, el ahora insolvente proveedor de servicios de pago admitió reservas imaginarias por valor de 1.900 millones de euros, para lo que ha debido falsificar sus balances durante años. La Fiscalía I de Múnich está investigando y asume que Wirecard ha cometido el delito de fraude comercial ante las narices de supervisores y controles, de lo que se desprende que esas autoridades eran ineficientes o miraron hacia otro lado. El ex director de la empresa, Markus Braun, ya ha sido detenido y el ex director financiero Jan Marsalek está huyendo de las autoridades penales. El daño a los bancos prestamistas e inversores podría ascender a 3.200 millones de euros y todo esto habría sucedido bajo las competencias de los Ministerios de Economía y Finanzas.

Para formar una comisión de investigación son necesarios los votos de al menos una cuarta parte de la cámara baja del parlamento alemán. Hasta ahora la habían solicitado el Partido Liberal (FDP), el partido de izquierda radical Die Linke y el partido extremista de derecha Alternativa para Alemania (AfD). El voto de Los Verdes permitirá a los dos primeros abrir la comisión sin contar con el hasta ahora necesario apoyo de AfD, puesto que juntos suman 216 de los 709 escaños del Bundestag.

Las preguntas centrales en la reevaluación política son cuándo exactamente el gobierno federal tuvo información sobre las irregularidades y si hizo o no algo al respecto. Medios alemanes han informado que unos días antes de la quiebra del grupo, la autoridad financiera Bafin mantuvo conversaciones confidenciales con el director ejecutivo de Commerzbank, Martin Zielke, y el director de riesgos de Commerzbank, Marcus Chromik, sobre la situación en Wirecard. El secretario de Estado Jörg Kukies habló con Zielke y Chromik el 21 de junio, y nuevamente con Zielke el 25 de junio. Wirecard tuvo que declararse en quiebra ese último día. En una reunión especial de la comisión de Finanzas, el gobierno federal confirmó esta conversación.

En el momento de las conversaciones, Kukies debería haber estado bien informado sobre el desequilibrio de cuentas en Wirecard. El Secretario de Estado es también el Presidente del Consejo de Administración del regulador financiero alemán Bafin. Commerzbank, uno de los mayores prestamistas de Wirecard, recortó un préstamo de 300 millones de euros en más de un tercio del volumen apenas unos días antes de que fuera anunciada la quiebra de Wirecard. Gracias a ese movimiento, Commerzbank ha limitado sus pérdidas a 192 millones de euros. Según un informe confidencial del gobierno alemán, Commerzbank es aparentemente la única institución de crédito que redujo significativamente el alcance de sus líneas a Wirecard en el segundo trimestre. Y dado que Commerzbank fue intervenido durante la pasada crisis, con una compra por parte del Estado del 15% de sus acciones, el gobierno federal es su mayor accionista. La espiral de sospechas irá cobrando forma en una comisión de investigación que prolongará su trabajo hasta bien entrada la campaña electoral de otoño de 2021.

El experto financiero del FDP Frank Schäffler ya está exigiendo consecuencias. «Si es cierto que Kukies informó a Commerzbank con anticipación sobre Wirecard, entonces ya no puede mantenerse como Secretario de Estado. Esto incluso tendría relevancia criminal bajo la Ley de Negociación de Valores», ha acusado.

Y como guinda del pastel Wirecard, aparece Vladimir Putin, últimamente en todas las salsas. El ex gerente de Wirecard, Jan Marsalek, en busca y captura, se habría refugiado en Moscú, según ha informado el diario salmón alemán Handelsblatt, que dice haber localizado al prófugo en una finca al oeste de la capital rusa. Esta información añade que ha podido esconderse allí gracias al apoyo del servicio de inteligencia exterior de Putin, SWR (Sluschba wneschnei raswedki).

Funcionarios de inmigración filipinos habrían falsificado su documentación para que pudiese viajar desde la ciudad austriaca de Klagenfurt, en un jet privado, a la capital de Estonia, Tallin, desde allí a la capital de Bielorrusia, Minsk, y finalmente a Moscú. Putin estaría pagando a Marsalek servicios prestados, puesto que se sospecha que fue él quien ayudó, entre otras cosas, a que los fondos fluyeran para las operaciones rusas en el extranjero, como el pago de mercenarios en Siria, Ucrania y países africanos. Dado que Rusia niega el uso de mercenarios, los canales de pago deben ocultarse lo mejor posible.
Source: ABC

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