El Gobierno rebaja el tono contra las empresas ante un fin de año aciago

Gobernar, por momentos, de espaldas a los empresarios y a los autónomos ha deparado a Pedro Sánchez unos meses de pandemia sin consensos amplios. Cada paso requería de días de negociación o, en el peor de los casos, de medidas unilaterales. La situación llegó a ser insostenible con la CEOE. Pero el jefe del Ejecutivo, si algo ha demostrado estos años, es que es un político camaleónico. Por ello ha mutado su estrategia con el tejido productivo en esta última semana de agosto: ahora, mano tendida y rebaja en el tono de sus ministros para escenificar unidad y capacidad de entendimiento. Sabedor, también, de que se avecina un fin de año turbulento tras el rebrote de la pandemia y para el que necesitará el apoyo empresarial.

Hoy tiene lugar el primer día del nuevo curso económico –aunque aún sea agosto– con un discurso de Sánchez ante los primeros espadas del Ibex en Madrid. No hay lista de invitados anunciada, pero ABC ha podido saber que al menos la banca, con la que ha tenido sus rifirrafes estos meses, estará bien representada: irán los presidentes de Banco Santander (Ana Botín), BBVA (Carlos Torres), Bankia (José Ignacio Goirigolzarri), etc… La intención del presidente del Gobierno es transmitir «unidad» con las empresas solo dos días antes de reunirse con el líder del PP, Pablo Casado.

El presidente del Gobierno, en su giro de 180 grados, también convocará a los empresarios para diseñar el reparto de los fondos europeos, como adelantó ABC. La fórmula, finalmente, como ha podido averiguar este periódico, será la de reunir por temas a los dirigentes de las compañías, y no a todos en conjunto como se ideó al principio.

El signo de este cambio de Sánchez es claro. Incluso sus ministros dejan de lado el enfrentamiento al ser preguntados por la prórroga de los ERTE o por el devenir del diálogo social. Ahora, el Gobierno transmite que busca la unidad; una unidad que empresas y autónomos le exigieron al propio Sánchez hace dos meses en la macrocumbre empresarial de la CEOE. Y que también le exigen ahora: ambos colectivos recalcan que si se da la espalda a quienes generan empleo la recuperación económica será incompleta.

Sin embargo, habría otra razón de fondo para que el trato vaya a ser ahora más cordial con el tejido productivo, según apuntan las fuentes consultadas: el golpe económico que se avecina hasta final de año y también a principios de 2021 ya con las estadísticas en la mano. Los rebrotes de la pandemia estas últimas semanas y las restricciones de otros países para viajar a España (Alemania, Reino Unido, etc…) han hecho dar al sector servicios un paso atrás. Lorenzo Amor, presidente de ATA, es claro: «El nuevo curso lo afrontamos con incertidumbre y preocupación. A finales de agosto se ha producido un deterioro importante en la actividad de los autónomos. Estamos muy preocupados por los rebrotes y su impacto en el consumo». Según sus cálculos, hay 280.000 trabajadores por cuenta propia que no han abierto tras el confinamiento y alrededor de un millón que «están en el alambre», en una situación casi crítica.

Escenario macroeconómico
El Banco de España estimó hace meses una caída del PIB en 2020 de hasta el 15,1%, que la tasa de paro escalaría en el peor escenario hasta el 23,6%, que el déficit podría llegar hasta el 14% sobre el PIB, y que la deuda amenaza con escalar hasta al 126,7% en la situación más adversa. Eso se pensaba antes de empezar el verano. Ahora, el panorama ha cambiado, indican los expertos, y no se espera recuperar los niveles previos al Covid hasta finales de 2022. Por delante, dos años en crisis.

En esta época estival se ha conocido que España sufrió el mayor varapalo en la economía de toda la Unión Europea (-18,5%) en el segundo trimestre y el segundo mayor de la OCDE, solo por detrás de Reino Unido. Y las perspectivas para el conjunto del año tomando las previsiones de la Comisión Europea son peores en España que en la mayoría del resto de territorios. Incluso, nuestro país es el único de los grandes de la UE donde el indicador de sentimiento económico (ESI) ha descendido en agosto: de los 90,6 a los 88,1 puntos. Eso pone fin a tres meses consecutivos al alza, es decir, de mayor confianza económica.

Vienen meses duros con los indicadores sobre la man
o, pese a que técnicamente España saldrá de la recesión en el tercer trimestre –la Airef estima un crecimiento de julio a septiembre del 15,2%–. «Los efectos de las crisis sobre el tejido empresarial no son inmediatos sino retardados y acumulados en el tiempo y más como ha sucedido ahora que se ha aprobado una moratoria en los concursos de acreedores hasta fin de año. Cuanto más prolongadas e intensas sean las pérdidas, mayor será la destrucción de tejido empresarial, lo que a su vez obstaculiza la capacidad de recuperación futura», explican desde el Instituto de Estudios Económicos. En este sentido, el «think tank» exige rastreos, test y distancia social para no tener que volver a las restricciones a la actividad, que serían dramáticas.

Favorecer la confianza y la inversión
Así las cosas, fuentes de la CEOE apuntan que lo esencial es que se adopten medidas en el corto plazo que favorezcan «la confianza y la inversión de las empresas». A saber: «Mantener las medidas de liquidez para las empresas y de moratoria fiscal junto con la flexibilización de los ERTE. Lo contrario podría agravar la crisis y retrasar aún más la recuperación de la actividad y del empleo». La patronal exige un marco de actuación estable y evitar a toda costa las subidas de impuestos. Es más, reclama «una fiscalidad atractiva». Dardo directo a los ataques de Unidas Podemos sobre la tributación de las grandes empresas, a las que el Gobierno de coalición planeaba imponer un tipo mínimo en Sociedades.

En materia de impuestos los expertos aglutinan medidas a mansalva. Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Partners, aboga por bajadas de IVA temporales como en Alemania. Allí se redujo el tipo general del 19% al 16% y el reducido del 7% al 5% hasta finales de año. «La clave son las ayudas gubernamentales para evitar un ‘‘shock’’ de confianza», dice. Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas (CGE), comenta que no se explica cómo todavía no se han anunciado rebajas en el IBI o el impuesto de Actividades Económicas en los municipios. Una medida de apoyo a la pequeña empresa, principalmente, que supone casi la totalidad del tejido productivo español. Y denuncia también que, a estas alturas de la pandemia, todavía no haya salido adelante una regulación clara sobre el teletrabajo. Los deberes están por hacer en este inicio del curso.
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *