Intraemprendimiento, la palanca de innovación que mueven los empleados

Poco se conoce que productos tan revolucionarios y exitosos como las pequeñas hojas de papel autoadhesivas Post-it (de la empresa 3M), la aplicación Gmail y Google Maps (de Google) y la PlayStation (de Sony) nacieron por iniciativa propia de empleados de esas grandes compañías. Estos son considerados algunos de los primeros ejemplos de lo que ahora se denomina intraemprendimiento: cuando las personas que trabajan en una empresa desarrollan productos, servicios y procesos en el entorno de esa organización con el fin de innovar y de crear un nuevo negocio, del que luego son partícipes, aunque no siempre sea así. De esta forma, se despierta el espíritu emprendedor de los empleados dentro una corporación.

Es una estrategia que conocen muy bien las grandes tecnológicas americanas. Google, por ejemplo, permiten que sus empleados dediquen el 20% de su tiempo de trabajo al desarrollo de proyectos propios, que posteriormente pueden ser impulsados por la compañía. «3M o Google son grandes buques insignias del intraemprendimiento», cuenta Joan Riera, profesor del departamento de Dirección General y Estrategia de Esade. «Detrás hay una gran cultura empresarial moderna, basada en la confianza en la gente, que funcionan con cierta libertad; fomentando valores como la creatividad, el poder errar, la flexibilidad, el optimismo, empoderando a los trabajadores y animándolos a emprender. Pero todavía hay muchas compañías que para ser eficientes son burocráticas, siguen estrictas reglas y procesos, son inflexibles y les cuesta mucho cambiar», explica.

En España el intraemprendimiento no es una práctica desconocida, aunque sí bastante novedosa, como indica el II Informe de Emprendimiento Corporativo en España, presentado recientemente por Deusto Business School, el Banco Santander, a través de Santander Universidades, y el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE). El estudio se ha elaborado a partir de entrevistas con 58 grandes empresas. El 86% de ellas cuenta con algún tipo de iniciativa de intraemprendimiento y el 86,4% coincide en que aumentará estas prácticas en los próximos años. La mayor parte (63,9%) lo han impulsado a partir de 2015 o en años posteriores. El 67% permite a los empleados dedicar parte de su horario a ese proyecto emprendedor, pero menos de la mitad les respalda con recursos económicos y solo el 15% cuenta con políticas de compensación para esos trabajadores.

Un talento latente
Trasladado a cifras globales, solo el 2% de las personas activas en nuestro país están realizando procesos intraemprendedores, un porcentaje muy por debajo de la media europea (5%) y de EE.UU. (8%). Sin embargo, «toda organización tiene emprendedores latentes y dormidos», asegura Riera. Solo hay que despertarlos. Para ello las compañías tienen que construir un sistema que lo permita y ofrezca seguridad. Normalmente, las que apuestan por esta estrategia convocan anualmente un concurso de ideas y proyectos entre sus empleados. Un comité o un jurado evalúa esos trabajos y elige aquellos que pueden ser más viables como negocio. A partir de ahí, un equipo de asesores acompaña a los intraemprendedores que dedican parte de su jornada (o incluso fuera de ella) al desarrollo de esa idea. La maduran.

Solo el 2% de las personas activas realizan proyectos propios en su empresa

«Los empleados son los pilotos de ese proyecto, para ello la compañía les da soporte, orientación, “mentoring”, les da tiempo para desarrollarlo, financiación y asesoramiento para adaptar esa idea a un modelo de negocio. Lo más importante es que acceden a los contactos y clientes de la compañía en fases muy tempranas del proyecto piloto y pueden experimentar cómo perciben ese nuevo producto o servicio», indica Riera. Al concluir, los intraemprendedores suelen ser socios de la recién creada empresa. Y cualquiera puede hacerlo. «Sorprende la gente que se llega a presentar a estas convocatorias. Desde “millennial” hasta veteranos que llevan 20 años en la compañía», comenta Riera.

De ello hay ejemplos entre las empresas del IBEX. Bajo el paraguas del intraemprendimiento, han nacido siete nuevas startup a lo largo de los últimos cuatro años, por iniciativa de sus empleados, en el seno de Enagás Emprende, la filial de Enagás para el desarrollo de estos proyectos de emprendimiento e innovadores. Un ejemplo es Scale Gas que desarrolla las infraestructuras necesarias para proveer de gas natural licuado, en sustitución de otros combustibles más contaminantes, a pequeña escala. Desarrolla desde gasineras para vehículos de transporte por carretera a instalaciones en puertos para dar ese mismo servicio a buques. Gas2Move es otro de estos casos. Se trata de una empresa de logística que pone a disposición de sus clientes furgonetas y camiones de gas natural para el reparto de última milla. Y Sea monitoriza la red de gas para mejora los procesos a través de la Inteligencia Artificial. Y todo ello surgió por iniciativa de los propios trabajadores. «Los que más saben de gas están en Enagás. Es difícil que a otras personas se les ocurra esto desde casa o en su garaje.En nuestra empresa hay mucho talento y conocimiento de nuestro sector», reconoce Marcelino Oreja, consejero delegado de la compañía.

«El intraemprendimiento —defiende— es un instrumento de transformación de la compañía. Buscamos empleados que sean innovadores y emprendedores. Hay que prepararse para el futuro». Para los trabajadores es también una gran oportunidad profesional. «La carrera de un técnico es bastante lineal. Pero si le das la posibilidad de crear un nuevo producto y una empresa, eso le genera mucha ilusión. De hecho, más del 10% de la plantilla se ha presentado a estos concursos y algunos repiten. Algunas de las ideas terminan en un negocio, en el que el empleado es también socio y participa con su dinero. Cooinvertimos juntos, aunque Enagás sea el socio mayoritario. Otras iniciativas no tienen entidad para convertirse en empresa, y acaban en propuesta de mejora para la compañía», cuenta Marcelino Oreja.

«Toda organización tiene emprendedores latentes y dormidos», cree el profesor Joan Riera

Al igual que Enagás tiene un equipo que promueve dentro de la compañía el intraemprendimiento, la empresa de seguros Santalucía cuenta con una red de mentores que asesora a sus intraemprendedores. La marca Santalucía Impulsa «es un programa de incubación para empleados. Convocamos y hacemos un proceso de selección. Normalmente, cogemos 25 empleados en grupos de 5 para trabajar en cinco proyectos. Les mentorizamos, cada grupo parte de una idea que desarrolla hasta un mínimo producto viable que pueda tener salida en el mercado. Dos de ellos son seleccionados para pasar a un acelerador de startup, donde conviven con otras startup externos. Y cuatro meses después se les dota de presupuesto para poner esa idea en el mercado», cuenta Ángel Uzquiza, director de Innovación de Santalucía. De momento, una de esas ideas ya está en prueba: es un comparador de los productos que hay en el mercado, donde se muestra las coberturas y las condiciones (la letra pequeña) de cada uno de ellos. «Con esta herramienta, los comerciales podrán vender mejor las bondades de mi producto frente a la competencia», asegura.

Un motor de innovación

Idea es un programa de intraemprendimiento que desarrolla Ecoembes desde 2016. La dinámica es similar a los anteriores. «Han surgido ideas de todo tipo, desde algunas más destinadas a áreas técnicas, a otras más sociales, del campo de la Responsabilidad Social Corporativa», comenta Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing. De ese nido de innovación surgió el programa «Terceros en edad, primeros en reciclar», donde los mayores residentes en más de 240 centros de Asturias, Aragón, La Rioja y Cantabria se han convertidos en auténticos embajadores del reciclaje. Otro caso de éxito fue el llamado «contenedor ligero», un contenedor amarillo que se puede trasladar a actos y eventos donde un contenedor al uso no podría estar: para fiestas de barrios, eventos musicales, «actos realizados en lugares donde no podría acceder un camión para recoger los residuos», explica Rey.

De 58 empresas del IBEX, el 86% asegura que aumentará esta práctica en el futuro

Unos y otros van apostando por el intraemprendimiento dentro de sus compañías, porque nadie duda de todas las ventajas que aporta. «Se forman equipos multidisciplinares muy enriquecedores, donde participan, por ejemplo, desde la operadora de un call-center, hasta un perito de seguros y un informático. Eso les aporta mucha formación y se abren a ecosistemas diferentes», cree Ángel Uzquiza.

Las compañías tienen también su rédito. «El intraemprendimiento se convierte en una herramienta de innovación tan potente como cualquier otra que exista en la empresa. La innovación no solo puede surgir de los departamentos de I+D, muchas mejoras, productos y servicios nuevo surgen de los propios empleados que son quienes más lo conocen. Si a eso añades el vehículo del emprendimiento, con una cuenta de resultados, va todo mas rápido», explica Iñaki Ortega, coordinador del II Informe de Emprendimiento Corporativo en España y profesor de Deusto Business School.

En efecto, el intraemprendimiento es un potente motor para innovar, y así competir con lo agilidad de las startup. «Si creas filiales de empleados es más fácil competir con el ecosistema emprendedor mucho más dinámico», cuenta Ortega. «La gran empresa está lastrada por superestructuras y largos procesos, tiene músculo y recursos. Son un elefante. Sin embargo, las startup tienen frescura, se mueven más rápido… Son gacelas. Y si eres un elefante nunca vas a correr tan rápido como una gacela. De no ser que busques sistemas como el intraemprendimiento», cuenta Rocío Saenz, profesora de la Universidad Pontificia de Comillas y una de las investigadoras del informe. Aún así elefante y gacela pueden caminar juntos hacia el futuro de la innovación.

Otras formas
El intraemprendimiento es una de las herramientas del emprendimiento corporativo con las que cuentan las grandes empresas para ser más innovadores y competitivos. También llevan a cabo otras estrategias desde las que las corporaciones interactúan con el ágil ecosistema emprendedor. Las más habituales son las incubadoras de startup externas, los fondos de «corporate venture capital», la colaboración pública y privada a favor del emprendimiento, las aceleradoras globales y el «crowdsourcing». «Son formas de innovar diferentes al departamento tradicional de i+D», explica la profesora Rocío Saenz. «Porque para competir en el ecosistema emprendedor, la gran empresa tiene que hacerlo con nuevos agentes y diversificar», indica Iñaki Ortega.

Es un fenómeno relativamente reciente, pero en crecimiento. De hecho, II Informe de Emprendimiento Corporativo en España indica que el 84% de las empresas promueve activamente estas nuevas maneras de innovar. Eso sí, la mayor parte de ellas lo está haciendo desde los últimos diez años. Es más, incluso un 55% aplica estos sistemas desde hace tan solo cinco años.
Source: ABC

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