Deutsche Bank se pone en manos de Google

Tiene algo de gesto de humildad, pero sobre todo de apuesta al caballo ganador. Deutsche Bank, con sus más de 150 años de historia pero habiendo dilapidado su valor en bolsa y su prestigio, reconoce su incapacidad para adaptarse a la digitalización del modelo de negocio con una estrategia de liderazgo propia y decide ponerse en manos de un número uno del sector.

El banco alemán ha llegado a un acuerdo para establecer una alianza estratégica con Google Cloud, que dirigirá la transformación de sus servicios financieros. Ambas partes han firmado ya un acuerdo de intenciones y planean firmar un contrato de varios años de duración. Es evidente que Deutsche Bank puede aprender muchísimo de Google, pero también lo es que el gigante digital aprovechará sin duda las nuevas y posibles sinergias. No en vano, Google ya había tratado de adentrarse en la selva de los servicios financieros, que elevarían exponencialmente la capacidad de su negocio. Nadie sabe mejor que Google, ni siquiera nosotros mismos, qué es lo que deseamos o buscamos. Ahora, además, nos ofrecerá la posibilidad de financiarlo.

El pasado mes de febrero, mientras el mundo iba cayendo progresivamente en la crisis económico-sanitaria, Deutsche Bank convocó a diversos proveedores de servicios en la nube a presentar sus propuestas para establecer una colaboración duradera que formará a partir de ahora parte esencial de la estrategia del banco. Google ha presentado un proyecto «muy satisfactorio» cuyo objetivo es acelerar la transición a la nube de Deutsche Bank y «desarrollar las capacidades de ingeniería informática de ambas compañías», según el comunicado del anuncio. En cuanto se cierren los últimos flecos del acuerdo,muy posiblemente después del verano, Deutsche Bank arrancará con una transformación profunda de su estructura informática con la que espera generar un valor considerable para sus clientes.

«La asociación con Google Cloud será un impulsor importante en nuestra transformación estratégica», ha declarado el consejero delegado del banco alemán, Christian Sewing, «demuestra nuestra determinación de invertir en nuestra tecnología ya que nuestro futuro está fuertemente vinculado a una digitalización exitosa».

La directiva del banco es consciente de que la supervivencia en el siglo XXI exige un cambio de paradigma, que no basta con hacer lo mismo que antes aunque ahora a través de internet. Por eso Sewing está seguro de que «la cooperación con Google Cloud es un avance significativo en nuestra estrategia tecnológica y transformará la forma en que producimos y brindamos nuestros servicios al cliente», una perspectiva que comparte con Bernd Leukert, director de Tecnología, Datos e Innovación del Deutsche Bank y miembro del Consejo de Administración del banco.

«Durante más de 150 años, Deutsche Bank ha sido pionero en la industria, con un sólido historial de innovación en el sector de servicios financieros», señala por su parte Sundar Pichai, consejero delegado de Google y Alphabet, «estamos entusiasmados con nuestra asociación estratégica y la oportunidad de que Google Cloud sea útil para Deutsche Bank y sus clientes, a medida que hacen crecer su negocio y dan forma al futuro de la industria de servicios financieros».

Quizá este acuerdo sea recordado en el futuro con el sello de un punto de inflexión para la entidad financiera. Tras ser duramente golpeado en Bolsa durante los últimos años, el gigante alemán ha logrado cambiar en 2020 su tendencia y anota una subidas del 17% en el primer semestre. Es de hecho casi la única entidad del sector al alza, junto al italiano FinecoBank. Tras ese optimismo de los inversores está el plan de transformación material puesto en marcha por Sewing, que implica la salida de algunos de sus negocios de banca de inversión y una nueva reducción de costes, además de haber fijado el objetivo de rentabilidad sobre capital tangible del 8% para 2022, frente al 0,2% que logró en 2019 en términos ajustados. La única manera de cumplir con esos exigentes objetivos es adentrarse con garantías en un nuevo know how que optimice las posibilidades de negocio gracias al big data.

Deutsche Bank, por lo demás, ha registrado pérdidas de 43 millones de euros en el primer trimestre de 2020, en contraste con el beneficio neto atribuido de 97 millones contabilizado en el mismo trimestre del año anterior. Ha informado acerca de un incremento de sus previsiones en un 261%, hasta los 506 millones de euros, y ha precisado que, durante esos tres meses, alrededor de 260 millones de euros en provisiones por pérdidas crediticias estuvieron directamente relacionadas con la pandemia.

La cifra neta de negocio en ese primer trimestre alcanzó los 6.350 millones de euros, en línea con los ingresos de 2019, y los ingresos del área corporativa disminuyeron un 1% hasta marzo, quedando en 1.326 millones, mientras que la banca de inversión creció un 18%, hasta los 2.339 millones. Su división de banca privada facturó un 2%, hasta los 2.162 millones, y el negocio de gestión de activos retrocedió un 1%, hasta los 519 millones. Al finalizar el primer trimestre, la ratio de capital básico CET1 se situaba en el 12,8%, frente al 13,6% de finales de 2019 y 240 puntos básicos por encima de las exigencias regulatorias.
Source: ABC

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