El Estado acumuló un déficit hasta mayo del 2,88% del PIB, mayor al del conjunto de las administraciones en todo el año pasado, cuando España cerró con un agujero público del 2,8%. La estadística publicada por Hacienda refleja que las arcas públicas se tensionaron el mes pasado a un punto crítico ante la crisis del coronavirus, con la Administración Central y la Seguridad Social asumiendo gran parte de los gastos. Así, el desequilibrio del Estado se disparó hasta los 32.251 millones de euros (un 2,88% del PIB), el doble que los 15.556 que tenía el año pasado (un 1,25%). La razón de esto es que mientras la recaudación solo del mes de mayo se desplomó un 27,6% según la Agencia Tributaria, los pagos no financieros del Estado aumentaron un 10,8%. De enero a mayo la recaudación de impuestos lleva una caída del 9% y los pagos, un alza del 14,1%.
La Agencia Tributaria contrajo sus ingresos en 4.225 millones por las medidas adoptadas ante la crisis. Los aplazamientos tributarios a empresas que facturasen menos de 6 millones de euros supusieron 2.586 millones menos, mientras que la suspensión del plazo para hacer frente a las deudas tributarias redujeron los ingresos en 1.629 millones.
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Los ingresos, a imitación de la actividad, están adelgazando a toda velocidad mientras el gasto no deja de engordar, sobre todo por las prestaciones por desempleo y los ERTE. Al observar las cifras de la Seguridad Social es donde se ausculta con mayor precisión este fenómeno: la exoneración de las cotizaciones en los ERTE por fuerza mayor o a los autónomos han reducido los ingresos en 1.247 millones, lo que explica que en conjunto caigan un 1,57% a los 50.185,8 millones mientras las prestaciones se dispararon un 8,56% hasta los 59.241,44 millones.
En el caso del sistema, el deterioro es de 5.262 millones: hasta mayo alcanzó un boquete de 2.749 millones (un 0,25% del PIB) frente a los 2.513 millones de superávit del año pasado (un 0,2%).
Al cotejar la recaudación solo en el mes de mayo, se observa que el gran sacrificado fue el Impuesto de Sociedades, que redujo su recaudación un 54,6%, seguido de los Impuestos Especiales (un -46,1%) el IVA (un -29,4%) y el IRPF (un -16.1%). En impuestos como el de Hidrocarburos, en un mes en el que las restricciones a la movilidad aún seguían vigentes entre provincias, el hundimiento es del 62.8%.
En cambio, las comunidades fueron la única administración que mejoró sus cuentas por las transferencias del Estado: si el año pasado tenían un déficit de 2.714 millones (un 0,22% del PIB), en este acumulaban hasta abril un superávit de 231 millones (0,02%). Hasta mayo han recibido transferencias del Gobierno Central por un importe de 37.088 millones, cifra que supone 5.967 millones más que el año anterior, señala el Ministerio de Hacienda.
Source: ABC