Iberoamérica extiende recetas de unión e integración frente al contagio económico

En pleno ojo del huracán sanitario, Iberoamérica está siendo duramente golpeada por el Covid-19. La pandemia se ha acelerado en una Región que en estos momentos acapara uno de cada dos fallecidos a nivel mundial y ya supera las 100.000 muertes. El impacto en unas economías que acumulaban sensibles debilidades previas también será contundente. Esta misma semana, el FMI pronosticaba una contracción para la zona del 9,4% para este año (frente a la caída del 4,9% del PIB global), con una recuperación del 3,7% en 2021. Del varapalo no escapan ninguna de las grandes economías, con México acaparando los peores augurios (caída del 10,5%), pero no muy lejos de Argentina (-9,9%) o Brasil (-9,1%). El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a su vez, estima que se perderán en torno a 12 millones de empleos en el sector formal y que el informal se incrementará del 54% al 62%.

Es difícil hallar luces de esperanza en plena tormenta perfecta, pero para encender faros que puedan guiar el camino hacia un nuevo futuro se reunieron recientemente varios expresidentes de países de la zona y figuras empresariales y académicas en un acto convocado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), y la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), en colaboración con la Universidad Camilo José Cela, en el marco de una serie de actividades denominadas «Más Iberoamérica».

Bajo el lema «Reflexiones de futuro desde la política, empresa y academia», este foro sirvió, desde visiones a veces complementarias y otras contrapuestas, para definir algunos de los puertos claves que se deberían tocar en el complejo viaje de recuperación. «La mejor receta para afrontar esta situación tiene que ser la de apostar por una Iberoamérica más cohesionada que nunca, apoyada en pilares como la unidad, la solidaridad, la promoción del comercio intrarregional y la agenda digital, el desarrollo sostenible, la educación, la formación, la retención de talento o la colaboración público-privada», resumió Gerardo Cuerva, vicepresidente de CEOE y presidente de Cepyme. En lo que respecta a esa necesaria suma de esfuerzos entre instituciones públicas y privadas, Cueva resaltó que «estamos ante una oportunidad histórica para alcanzar acuerdos en diversas áreas y sectores, no lo desaprovechemos».

Diálogo desde el respeto
El azote del Covid marcará un antes y un después, pero todos los participantes resaltaron el error que supondría levantar viejos muros comerciales o ahondar en antiguas desigualdades. En este sentido, la secretaria general iberomaericana, Rebeca Grynspan, instó a lograr un nuevo contrato social «pensando en las infraestructuras estratégicas; incluyendo la digitalización; la innovación, una economía verde, sostenible y conectada; y garantizando una mayor integración regional, que hoy es más importante que nunca. En definitiva, hay que pensar en cómo integrarse mejor, creando espacios multiactor y multinivel, donde todos puedan dialogar con respeto, igualdad y solidaridad, en base a la implementación de agendas constructivas y proactivas».

La unión hace la fuerza. «Construir espacios de integración es ahora, más necesario que nunca, para poder establecer una interlocución adecuada como bloque», apuntó Carlos Mesa, expresidente de Bolivia. La respuesta de la UE frente a la crisis, contundente ahora a diferencia de la tibieza de 2008, fue puesta como ejemplo en varias ocasiones. «En América Latina no se ha visto ninguna colaboración entre los países. Por este motivo, es necesario estrechar lazos y forjar alianzas», subrayó el expresidente chileno Eduardo Frei. «En la UE resultó más fácil llegar a acuerdos y colaborar entre gobiernos, empresa y sociedad; mientras que en Iberoamérica fue más complicado controlar la situación, debido a la fuerte presencia del sector informal», corroboró Ernesto Samper, expresidente de Colombia.

El expresidente panameño Aristides Royo dobló la mítica cifra de García Márquez y aseguró que América Latina lleva viviendo «200 años de soledad», porque no logró armar una organización unida. «Es crucial replantearse la idea de alcanzar una integración que tenga, al menos, la mitad de la potencia y la fuerza que la de la UE», advirtió.

El multilateralismo, tocado antes de las crisis por el huracán proteccionista desatado por Trump, se erige ahora como herramienta indispensable de recuperación para la Región. «Es crucial volver a negociar acuerdos, como se hizo hace tiempo con EE.UU. o Canadá, para fomentar la apertura económica, el multilateralismo y el libre comercio», afirmó Vicente Fox, expresidente de México. Luis Alberto Lacalle, expresidente de Uruguay, coincidió en que «el comercio va a seguir estando pase lo que pase, por eso hay que derribar barreras, predicar la apertura económica, con el fin de alcanzar la prosperidad colectiva». «No podemos dejar que se apaguen los motores de la economía», remarcó.

Como recordó la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores para Iberoamérica y el Caribe, Cristina Gallach, en ese camino cobra especial relevancia el trecho ya andado con el acuerdo UE-Mercosur, «que ahora es más importante que nunca». Gallach defendió que España seguirá siendo un impulsor clave en la relación de Europa con Iberoamérica y subrayó el papel de «firme aliado» de la Región que nuestro país continuará representado. «Estamos convencidos de que nuestras relaciones económicas son sistémicas y, sin la presencia de las empresas españolas en la Región, nuestra economía sería mucho más débil y volátil, por eso confiamos en una profundización mayor de nuestras relaciones bilaterales», manifestó. Más cerca y más unida, Iberoamérica busca argumentos para escapar de sus horas más oscuras.

Una nueva cartografía para un territorio desconocido
Un aspecto en el que coincidieron la mayoría de los participantes en el evento fue en el hecho de que las viejas recetas económicas no bastarán por sí solas para paliar los efectos del Covid. «Entramos en un nuevo espacio, en el que sería un error entrar con los mapas del anterior. Es fundamental crear una cartografía nueva, adaptada al territorio desconocido», apuntó Jamil Mahaud, expresidente de Ecuador. En el encuentro se plantearon algunas de estas recetas audaces. «Se deberían aceptar préstamos del Banco Central a todos los gobiernos; prescindir de las reglas fiscales que nos condicionaban; lograr el refinanciamiento de la deuda externa; y reconstruir la economía y el tejido social, que representará en torno a un 10% o un 15% del PIB de la Región, es decir, aproximadamente entre 600.000 y 800.000 millones de euros, si queremos colocar a los países en la situación en la que se encontraban hace cinco años», argumentó Ernesto Samper. El actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, puso el colofón al evento reclamando una recuperación basada en la sostenibilidad y la igualdad. «El mundo se convirtió en una gran aldea a la que hay que empezar a cuidar. Debemos empezar a vivir con otras lógicas de mayor igualdad, lo que no significa poner límites al comercio, sino fijar mejores reglas», argumentó.

El evento también reivindicó el papel clave que la educación debe jugar en una recuperación sólida. «Es crucial diseñar y crear planes de estudio y una formación profesional adaptados a la realidad de las empresas», aseguró Emilio Lora-Tamayo, rector de la Universidad Camilo José Cela. Nieves Segovia, presidenta de la institución académica SEK, subrayó también que es imprescindible «dar un impulso a la innovación, la educación, la colaboración con empresas y el liderazgo político, pues sólo así lograremos diseñar un nuevo escenario de esperanza».
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *