Lufthansa, pendiente del veto de uno de sus accionistas

A sus 79 años, el emprendedor multimillonario alemán Heinz Hermann Thiele ha invertido parte de las ganancias de su grupo Knorr-Bremse, el líder mundial en frenos de ferrocarril y camión con ventas de 6.900 millones de euros en 2019, en acciones de Lufthansa. También es uno de los principales accionistas del grupo de tecnología ferroviaria Vossloh, después de haber arrebatado el poder a los accionistas familiares en 2013, en una guerra empresarial de las de vieja escuela.

Comenzó a comprar acciones de Lufthansa en gran volumen a principios de marzo, cuando la pandemia todavía no había obligado a las aerolíneas a detener los vuelos. En abril siguió adquiriendo ya a precio de ganga. En pocas semanas se hizo con el 10% y se convirtió en el mayor accionista individual mientras la compañía aérea alemana perdía un millón de euros por hora y comenzaba a negociar un rescate con el gobierno alemán. Tras un tenso tira y afloja, en el que Lufthansa ha conseguido salvar la mayor parte de sus slots (sólo ha cedido 24 slots en los aeropuertos de Múnich y Frankfurt), a pesar de que la Comisión Europea hubiese deseado repartir más entre el resto de aerolíneas para promover la competencia, el consejo de supervisión de la empresa ha aceptado el rescate y se prepara para que el Estado alemán, a cambio de una inyección de 9.000 millones de euros, entre en el accionariado con un 20%, que podría incrementarse hasta un 25% en caso necesario. Pero ahora son los accionistas los que deben aceptar la operación, que viene acompañada con una dolorosa cláusula: deben aceptar la exclusión de los derechos de suscripción en el aumento de capital, viendo cómo se reduce su participación. El jefe del consejo de supervisión de Lufthansa, Karl-Ludwig Kley, les ha recomendado «seguir este camino, incluso si exige contribuciones sustanciales para estabilizar la empresa», en la asamblea de accionistas virtual convocada para el 25 de junio.

El Estado alemán, a cambio de una inyección de 9.000 millones de euros, entre en el accionariado con un 20%

Sin embargo, Thiele ha hecho llegar a la directiva que no está seguro todavía de cuál será su voto, agravando la situación cardiológica de los ejecutivos de la empresa, sometida ya a un intenso estrés en las pasadas y tirantes semanas. Con su 10%, tiene en la práctica un derecho de veto que podría dar al traste con el rescate.

La resolución debe ser aprobada por una mayoría de dos tercios de los accionistas participantes. Debido a que solo el 33% del capital participó en la votación en la última asamblea general anual, celebrada a principios de mayo, y ya que no se espera esta vez una participación mucho más alta en la votación, el paquete de Thiele es de inmensa importancia, circunstancia que está dispuesto a aprovechar al menos para dejarse querer.

Sin plan B
«No hay plan B, la única alternativa es la insolvencia de Lufthansa, lo que no solo diluiría las acciones, sino que probablemente las haría inútiles», explica un portavoz de la Asociación Alemana para la Protección de Valores (DSW). «La exclusión de los derechos de suscripción nunca es buena para los accionistas y probablemente no le quede otra opción, pero no ha informado acerca de sus intenciones o su estrategia», añade. La Ley de Comercio de Valores de Alemania estipula que un accionista del 10% debe proporcionar esta información y, a principios de abril, Thiele informó debidamente que su entrada en Lufthansa perseguía «implementar objetivos estratégicos», sea lo que sea que eso signifique. En ese momento, todavía sin haber sido acordado el rescate, informó que no buscaría «ninguna influencia en la composición de los órganos administrativos, de gestión y supervisión», pero su ambición en ese sentido puede haberse visto estimulada por el derecho a veto.

Thiele comenzó a comprar las acciones cuando ya habían bajado hasta alrededor de doce euros y antes de que bajaran aún más, hasta los siete euros. Lufthanas, que el próximo 22 de junio despegará del índice de referencia de la bolsa de Fránkfurt, el Dax 30, para ser sustituida por el consorcio inmobiliario berlinés de Deutsche Bank, Deutsche Wohnen, está valorada ahora mismo en 4.400 millones de euros. Ha perdido 1.200 millones solo en el primer trimestre, más de la mitad de su valor desde principios de año, y ha anunciado que la recuperación de la actividad será «muy lenta» y que necesitará «una profunda reestructuración que solo podrá funcionar si nos ponemos de acuerdo con los actores sociales en decisiones innovadoras». La crisis del coronavirus «ha afectado de manera inédita a nuestro resultado», ha explicado el director, Carsten Spohr, junto al anuncio de que la compañía aumentará sus vuelos en las próximas semanas, pero con una oferta de plazas hasta septiembre de solo el 40% de lo que estaba previsto antes de la pandemia de coronavirus.

Después de casi 32 años en la primera liga bursátil, Lufthansa, miembro fundador en 1988 del Dax, pasará a cotizar en el índice de medianas empresas MDax, mientras espera en tensión la jugada de su por ahora primer accionista.
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *