La UE entra en la recta final del pulso por los presupuestos pos-Brexit

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha presentado este viernes su propuesta para la negociación de los presupuestos multianuales para la UE que deben discutir los líderes europeos en la cumbre extraordinaria convocada para la semana que viene. Después de un periodo muy complejo por las tensiones derivadas de la crisis financiera en varios países, las instituciones comunitarias soñaban con ampliar sus políticas hacia campos que no figuran en su ámbito tradicional de actividad, pero la llegada del Brexit, que supone la marcha de un país que era contribuyente neto, ha puesto las cosas muy difíciles y se prevén grandes tensiones entre países partidarios de la contención de gasto y aquellos que dependen de los fondos de cohesión.

La propuesta que ha elaborado Michel para 2021-2027 es de 1,094 billones de euros, o el 1.074% del PIB de la UE y con ella pretende delimitar un punto equidistante entre los países del norte que insisten en que el presupuesto debe estar restringido a menos del 1% del PIB y los del sur y el este que insisten en que no es posible bajar de este límite porque dañaría a las dos grandes áreas de acción, los fondos de cohesión y la política agrícola común, que según esta propuesta sería recortada en un 14%. Los fondos de cohesión se reducirían un 12%.

Michel ha tenido que intervenir porque la anterior presidencia semestral, Finlandia, llevó la discusión hacia un punto inaceptable por la mayoría de países por demasiado restrictivo. Teniendo en cuenta que la actual presidencia le corresponde a Croacia, un país recién ingresado que carece de práctica en este delicado campo de negociación, el presidente del Consejo ha tomado las riendas y después de hacer pasar por su despacho a todos los jefes de Estado o de Gobierno para escuchar su opinión, ha elaborado esta nueva propuesta que apenas aumenta el monto previsto por los finlandeses y no resuelve totalmente el problema que plantea la retirada de los británicos. El Brexit representa una pérdida de 75.000 millones en siete años, pero según la vieja fórmula de distribución de las cotizaciones nacionales, la cuenta le rebota casi en su totalidad a Alemania, que tampoco está de acuerdo.

Las perspectivas financieras u oficialmente el «marco financiero plurianual» son una fórmula específica diseñada para evitar que cada año se produzcan tensiones políticas entre países miembros, de modo que se discute solamente una vez cada siete años. Las actuales terminan el 31 de diciembre de 2020 y a esa fecha es necesario que se hayan aprobado las cuentas para el siguiente periodo, el 2021-2027.

La cuestión depende esencialmente de los gobiernos de los países miembros que son los que han de pagar la cuenta, pero necesita también el apoyo de la Comisión Europea y la aprobación formal del Parlamento. La presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen, es la que ha tomado el relevo del anterior ejecutivo presidido por Jean-Claude Juncker que ya había previsto planes para dotar a la institución de nuevas políticas, como la transición a la economía digital, la protección de fronteras exteriores o incluso la construcción de un embrión de coordinación en materia de Defensa.

La propuesta inicial de la Comisión pedía que se llegase al 1,114% del PIB, porque alega que hay muchas políticas que ha ido asumiendo y que se supone que necesitan ser financiadas. De hecho, la presidenta ya ha dicho además que no aceptará ningún compromiso que no incluya al menos un 25% dedicado a la transición energética y la lucha contra el cambio climático. Von der Leyen ha puesto en el centro de su gestión lo que denomina el «Pacto Verde» y el desarrollo mercado digital y tecnológico.

Para ese «Pacto verde», Michel ha propone que sea el Banco Europeo de Inversiones (BEI) el que movilice créditos de hasta medio billón de euros, a través de una ampliación de su capital de 100.000 millones que deberían cubrir lo países.

Más lejos está el Parlamento, que exigía en un principio que se llegue hasta un ambicioso 1,3%, y recuerda que debe dar su consentimiento por mayoría de votos a lo que acuerden finalmente en el Consejo. Los cuatro principales partidos (Populares, socialistas, liberales y verdes) habían escrito este jueves a Michel para recordarle que están dispuestos a vetar unas cuentas que no sean lo bastante «creíbles» y en el que aparezcan nuevos recursos propios de la UE, que no dependan de la buena voluntad de los países miembros.

Previsiones a siete años
La negociación de las perspectivas financieras es siempre un momento dramático en la politica europea. En el otoño de 2013, la discusión del periodo que ahora termina representó una dura prueba para el Parlamento, que solo dio su consentimiento con la condición de que se garantizase una revisión a mitad del periodo y que un grupo de alto nivel, compuesto por representantes de las tres instituciones (Consejo, Parlamento y Comisión) propusiera nuevas vías de financiación de recursos propios. Frente a la ventaja de eludir las discusiones reiteradas, un periodo tan largo de planificación supone que siempre aparecen circunstancias imprevistas. Entonces fue la crisis de la deuda griega, la llegada repentina de migración masiva los ataques terroristas convencionales o cibernéticos y la necesidad de relanzar las inversiones para crear empleo (el «Plan Juncker») Después de largas discusiones entre el Parlamento y el Consejo, los presupuestos fueron formalmente revisados, pero apenas aumentaron un 0,6%.
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *