Iberdrola «ensaya» en Portugal su apuesta por la técnica del bombeo

El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha aprovechado la visita que ha realizado esta semana al complejo del río Támega (Portugal), junto al primer ministro luso, Antonio Costa, para hacer una defensa de las centrales hidroeléctricas. La que la compañía energética está construyendo en ese afluente del río Duero tiene la particularidad de que permite bombear agua de un embalse a otro para reutilizarla y producir electricidad.

En España, uno de los ejemplos similares es el de la central de La Muela (Valencia), aunque no hay prevista ninguna otra construcción similar, más allá de eólicas y fotovoltaicas, para cubrir el cierre de las plantas de carbón, inminente, y de las nucleares, que se irán clausurando en los 15 próximos años.

No existe tampoco ningún planteamiento oficial, aunque sería necesario el apoyo institucional para acometer este proyecto, pero Iberdrola trabaja en posibles actuaciones de este tipo en enclaves donde ya cuenta con concesiones hidroeléctricas. Se trataría de desarrollar bombeos nuevos en base a instalaciones ya existentes. Algunos de los enclaves donde la corporación cuenta con hidroeléctricas en funcionamiento, para construir el bombeo, se encuentran en el Tiétar (afluente del Tajo, en la provincia de Cáceres) y en el Esla (el afluente más caudaloso del Duero, entre León y Zamora). Así construiría embalses auxiliares que permitan realizar las labores de traslado del agua en dos sentidos.

La infraestructura del Támega, en el norte de Portugal, comprende la construcción de tres embalses en el afluente del Duero, con una inversión de 1.500 millones y cuyas obras se encuentran materializadas en dos terceras partes. Está prevista su puesta en marcha en el año 2023.

En su visita a esta infraestructura, Galán también anunció que al proyecto luso del Támega se sumarán desarrollos renovables de Iberdrola en Portugal: la compañía se ha adjudicado capacidad solar para más que duplicar su potencia renovable operativa en el país y promueve ya nuevos proyectos de capacidad eólica en la región del Támega, que implican una inversión de 200 millones de euros. Así, suministrará energía limpia a 800.000 clientes portugueses. «Continuaremos impulsando la transición energética en este país, y con ello la creación de riqueza y empleo», apuntó Galán.

Recado al Gobierno
El ejecutivo también respaldó este martes el tratamiento de las políticas energéticas en Portugal ante el primer ministro luso. Galán recordó que «emprender infraestructuras como esta solo es posible con un planteamiento claro, un marco estable, una seguridad jurídica y un diálogo permanente para buscar soluciones a las inevitables incidencias que pueden surgir a lo largo de su construcción y operación» para «evitar las incidencias que puedan surgir» con el paso del tiempo.

Se refería así indirectamente al Ejecutivo español, en su anhelo de que desarrolle plenamente el Plan Nacional de Energía y Clima tal y como está aprobado desde el año pasado. «En mis 20 años en la compañía, ahora he tenido la suerte de tener un plan energético como éste con una visión de largo plazo», explicó para mostrar la buena sintonía de la compañía con la vicepresidenta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera. Pero ese plan fue fruto del Ejecutivo anterior, antes de las elecciones del pasado mes de noviembre. Ante la posibilidad de que el Gobierno, ahora de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, pueda incorporar algún cambio sustancial con respecto a lo presentado, Galán solamente espera «estabilidad» regulatoria y que se cumpla lo acordado. «Cuando tienes un marco determinado es para cumplirse», ha apuntado. «No tengo dudas de que se hará de forma estable», indicó.

En su encuentro con Costa en la zona norte del país vecino Ignacio Galán quiso «reconocer a Portugal» la apuesta por esta planta de la que se han construido dos terceras partes y que estará plenamente en funcionamiento en el año 2023. El ejecutivo ha recordado que la necesidad de desarrollar planes de transición energética fue plasmado tanto en la última cumbre de la COP 25 en Madrid, como en el reciente Foro de Davos en Suiza. «Nosotros ya empezamos en la Cumbre de Kioto cuando planteábamos que eran necesarias fuentes del almacenamiento energético para cuando no sopla el viento o no haga sol», explicó.

Una gigabatería para almacenar luz
La gigabatería del Támega implicará un incremento superior al 30% respecto a los megavatios de bombeo de los que dispone Portugal. Las plantas de bombeo son una salvaguarda para el sistema eléctrico, ya que permiten almacenar energía elevando el agua de un embalse inferior a otro ubicado a más altura. Esto hace que se pueda generar una gran cantidad de electricidad de forma rápida, al turbinar el agua de bajada al embalse inferior. Y sin generar ningún tipo de emisión contaminante. Así, la energía sobrante en períodos de bajo consumo se utiliza para bombear agua de un embalse inferior a otro superior, obteniendo una energía de calidad que puede ayudar a cubrir las necesidades del mercado en las horas de mayor demanda. Una tecnología clave ante de otras fuentes de energía renovables
Source: ABC

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