La industria turística española amplía sus horizontes

El cambio de rumbo del sector turístico parece tomar la rampa de despegue. En un contexto de creciente competencia, con la pujante recuperación de destinos mediterráneos rivales como Egipto, Turquía y Grecia, el camino inmediato de la primera industria española parece claro: apostar por la calidad

más que por la cantidad. Atraer a turistas de largo radio, con mayor capacidad de gasto que los de los mercados emisores europeos tradicionales, parece el pasaporte directo hacia el nuevo destino.

Las cifras comienzan a avalar que algo se mueve ya en el sector. Según datos de la European Travel Commission (ETC), recogidos en un informe de The Shopping & Quality Tourism Institute, en los primeros nueve meses del 2019 España se situó como uno de los países que menos ha crecido en llegadas de turistas internacionales: ocupa el puesto 26 de un total de 34 destinos analizados. Mientras el INE refleja una subida del 1,3%, países como Montenegro (18,1%) o Turquía (14,7%) disparan su poder de atracción. El leve repunte español se debe a la caída de visitantes de mercados como Reino Unido (-1,6%), Francia (-2,4%), Alemania (-1%) y países nórdicos (-6%).

El «crack» de Thomas Cook, la desaceleración global y el Brexit dibujan más incertidumbre sobre este nicho tradicional, destaca el informe. Según la ETC, el peor de los escenarios del adiós del Reino Unido a la UE podría costar unas 1.300.000 llegadas de turistas a España entre 2020 y 2021. La buena noticia es la velocidad que han empezado a coger los mercados emisores no europeos como Corea del Sur (43,4%), Arabia Saudita (28,9%), Japón (25,5%), EE.UU. (14,2%) o China (13,6%). El crecimiento medio de los 13 grandes mercados analizados fue del 13,1% (frente al 9,6% de 2018).

«Obviamente, el sector turístico español ha estado tradicionalmente dirigido hacia el ‘sol y playa’ pero está experimentando un cambio de mentalidad progresivo, muy importante y avalado por los datos. En este sentido, hay que reconocer que la realidad es muy tozuda y nuestro informe pone de manifiesto que el crecimiento del turismo viene impulsado por los viajeros de largo radio. En líneas generales, la actitud parece que va bien encaminada, y hay que destacar las iniciativas por parte del Gobierno y de las principales ciudades españolas», explica Jordi Hereu, presidente del consejo asesor del The Shopping & Quality Tourism Institute, sobre el cambio de mentalidad en la industria española. Se progresa adecuadamente, pero aún hay muchos deberes pendientes. «Este buen curso todavía necesita ser potenciado, para evitar quedar atrás respecto a otros mercados competidores. España está mejorando, pero a un ritmo menor que otros, y ese ‘gap’ es lo que debemos mejorar, para evitar quedar rezagados», precisa Hereu. «El impulso a la colaboración público-privada y la eficiencia en la gestión de aspectos fundamentales como la concesión de visados a turistas externos a la UE» son algunas de las palancas para impulsar la nueva hoja de ruta.

Las cifras de gasto confirman la conveniencia de modificar el plan de vuelo. Mientras un turista japonés se deja una media de 400 euros al día, un coreano 365 y un indio 357, un francés gasta 99, un italiano 131, un británico 135 y un alemán 140. El gasto medio de los 11 grandes mercados de largo recorrido analizados en el informe fue de 308 euros al mes, frente a las 301 del año anterior y los 277 de 2017.

El estudio destaca también el potencial de algunos mercados casi inexplorados, como el Golfo Pérsico. «Son países con un gran atractivo, debido al interés que muestran sus ciudadanos por viajar, conocer otras culturas, realizar inversiones, etc. No obstante, no debemos olvidar otros mercados como los asiáticos, junto a EE.UU., Canadá o Rusia. Ni al continente africano, pues se está consolidando una clase media en diversos países destinada a sumarse al turismo internacional», explica Hereu.

Mercados maduros
Por supuesto, China siempre está en el radar. España recibe en torno al 7% de los turistas del gigante asiático que llegan a Europa. Los visitantes chinos crecen a un ritmo del 13% anual, y la desventaja con nuestros competidores comienza a acortarse. «Francia, Reino Unido e Italia nos llevan años de adelanto en la captación de viajeros de largo radio, pero también es cierto que comienzan a ser observados como mercados maduros por esos turistas. España tiene una gran oportunidad que no debe desaprovechar», subraya Hereu.

Un desafío para el que el Brexit supone una doble amenaza. «Reino Unido se va a convertir en un destino especialmente competitivo en la captación de estos turistas, pues su excelente oferta de ciudades, transporte, compras… quedará a un coste inferior. Asimismo, el cambio climático les favorecerá, porque aliviará los rigores climáticos de las islas británicas. En consecuencia, y desde España, nos vamos a encontrar ante la paradoja de que Inglaterra puede pasar, de ser uno de nuestros grandes mercados emisores, a convertirse en un extraordinario competidor en la atracción de turistas», afirma Hereu.
Source: ABC

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